Porco Rosso

jueves, 26 de abril de 2012
IRA DE TITANES de Jonathan Liebesman - 2012 - ("Wrath of the Titans")
Perseo ha vivido diez años de paz y tranquilidad con su hijo trabajando como pescador y llevando una existencia absolutamente anónima. Sin embargo, su ambiente pacífico está a punto de romperse de nuevo: una terrible conspiración se está fraguando, una vez más, entre los dioses... Alguien quiere resucitar al casi invencible Cronos, encerrado en el pasado en el Tártaro por sus hijos Zeus, Poseidón y Hades. Si este dios malvado y cruel logra volver al mundo de los vivos, lo destruirá todo para siempre. Perseo se reencuentra con Andrómeda y con el hijo del señor de los mares Agénor, con los que va a intentar acabar con la nueva amenaza.
Jonathan Liebesman es un director habitualmente de cine fantástico y de terror que no ha destacado hasta ahora por ningún proyecto especial. Su en líneas generales mediocre filmografía se compone de "En la oscuridad", "La Matanza de Texas: El orígen", "The Killing Room", "Invasión a la Tierra" e "Ira de titanes".
"Ira de titanes", secuela de la horrible "Furia de titanes" de 2010, repite todos los errores de aquella sin miramientos: la trama vuelve a ser simplona y lineal, los actores vuelven a transmitir bien poco y los efectos especiales no tienen ningún encanto por tratarse de meros emplastes sin imaginación, por lo cual la original "Furia de titanes" de 1981 de Harry Harryhausen vuelve a estar por encima de esta cosa olvidable con vertiginosa rapidez (la vi la semana pasada y les juro que ya se me ha olvidado casi entera de lo poco interesante que es). Sam Worthington repite como protagonista (con un peinado horrendo, por cierto) y le acompaña Rosamond Pike (que sustituye a Alexa Davalos como Andrómeda) y un bastante insufrible Toby Kebbell como el hijo de Poseidón y secundario cómico irritante de la función, mientras que Liam Neeson y Ralph Fiennes repiten como Zeus y Hades respectivamente con, de nuevo, poca gracia. La película es un constante devenir de escenas de acción aburridas creadas con efectos especiales sin encanto (muchos monstruos pero todos bastante anodinos y poco inspiradores de terror o algún sentimiento) con una historia insulsa de traiciones de dioses y de nuevas alianzas muy vista y predecible y además con un toque final de romance bastante gratuíto. Mención especial merece (para mal) un Cronos absolutamente soso y sin alma ninguna que resulta verdaderamente indignante al tratarse de un simple monstruo de ceniza con un coeficiente intelectual de mosquito (vaya villano principal de la función... de infarto). Poco más hay que mencionar de esta cosa infame, de verdad.
miércoles, 25 de abril de 2012
FURIA DE TITANES de Louis Leterrier – 2010 – (“Clash of the Titans”)
Siendo un bebé, Perseo, fruto de la unión de Zeus y de la esposa humana del Rey Acrisio, es salvado por este mismo dios de morir ahogado en los mares después de que el mencionado Acrisio le arrojase a las aguas en un cofre junto a su madre. Tras una infancia feliz a salvo de todo mal y cuidado por una bondadosa familia de pescadores, Perseo es testigo de cómo el pérfido dios Hades acaba con su padre, su madre y sus hermanos y jura vengarse de los dioses. Él no lo sabe, pero está destinado a ser un gran héroe y a salvar al Reino de Argos y a su princesa de la amenaza del propio Hades y de su más terrible criatura, el gigantesco Kraken.
Louis Leterrier es un director de cine de acción irregular que hasta ahora no ha despuntado con ningún filme artísticamente hablando (aunque ha roto taquillas con obras como las dos primeras entregas de "Transporter"). Su filmografía se compone de "Transporter", "Danny The Dog", "Transporter II", "El increíble Hulk" (tal vez su mejor película, lejos de la incomprendidísima versión de Ang Lee pero muy destacada en todos los aspectos) y "Furia de Titanes".
El remake de la que fue la última película con efectos especiales de Harry Harryhausen, tras haberse hecho esperar casi tres décadas (extraño, porque miren que ofrecía posibilidades de revisitación) llegó en 2010 en una versión horrenda que ahora tiene en las salas una segunda parte igualmente desastrosa. La "Furia de Titanes" de 1981, a pesar de contar con un argumento muy simple y con unos actores bastante mediocres, tenía a su favor el encanto del "stop motion", que, aunque muchos tachen de "envejecido" (yo pienso que las cosas hay que valorarlas en su momento, porque es en su momento cuando significaron algo), nos permitió disfrutar de monstruos y seres fantásticos llenos de encanto. La película de Louis Leterrier tiene todos los defectos de la de Desmond Davis... Sin aquel encanto para colmo, porque la Medusa, el Pegaso o el Calibo de ésta son meros emplastes de efectos especiales al kilo que no son "palpables" y que no están hechos con cariño (sí queda resultón el cachondo homenaje al búho metálico Bubo, pero poco más).
El aspirante a nueva estrella (del cine de acción por lo menos) Sam Worthington (muy destacado en "Terminator Salvation" o en "Avatar" y que ha protagonizado otras películas comerciales recientemente como "La deuda" o "Al borde del abismo") es aquí igual de anodino o incluso más que el Harry Hamlin de la primera versión (su inicial rebeldía contra los Dioses, lo que lo hacía más atractivo, termina además siendo vencida por un aburrido pacto con Zeus), mientras que la trama sigue siendo simplona aunque viene ahora aderezada con tontos secundarios cómicos y con escenas aún más improvisadas y hasta incoherentes. Y para colmo, los efectos especiales no son, como he mencionado, nada atractivos (únicamente salvo al Kraken, genial y temible en toda su agobiante y bien conseguida enormidad). Hasta el principal logro de la primera versión, el combate contra la Medusa, ha perdido gancho. "Furia de Titanes 2010" es anodina y no tiene sorpresas de ningún tipo. ¿Tan dificil es hacer una buena película de aventuras? ¿Tan dificil es ponerle un poquito de cariñito a las cosas? Parece que sí, porque su secuela, "Ira de titanes", es de la misma cuerda.
martes, 24 de abril de 2012
FURIA DE TITANES de Desmond Davis – 1981 – (“Clash of The Titans”)
Siendo un bebé, Perseo es salvado por Zeus de morir ahogado en los mares después de que su pérfido abuelo, el gobernador de Argos, le arrojase a las aguas en un cofre junto a su madre temeroso de una misteriosa profecía. Tras una infancia feliz a salvo de todo mal, Perseo es misteriosamente desplazado lejos de su hogar por alguna fuerza que no comprende. Equipado con armas que los dioses le han regalado por orden de Zeus, Perseo, que aún no lo sabe, está destinado a ser un gran héroe y a salvar a una princesa y a todo un reino de una diabólica maldición que tiene que ver con su pasado.
La que es la más conocida película del irregular director Desmond Davis (destacado sobre todo por trabajos para la televisión) y la última en la que el gran Harry Harryhausen (maestrísimo de los efectos especiales autor de los de maravillas como "La isla misteriosa", "Jasón y los Argonautas" o "Hace un millón de años") fue "Furia de Titanes", filme que ahora cuenta con una horrenda saga remake cuya segunda entrega está en las salas y filme que me resulta, a pesar de la simpleza de su argumento, del todo encantador. Aunque muchos le critican haber envejecido mal, el "stop-motion" de esta cinta, junto a sus escenarios y a su áura épica algo ingenua pero sugerente, sigue manteniendo, por lo menos desde mi punto de vista, un gran poder de evocación. Basada bastante libremente en el mito de Perseo, "Furia de Titanes" es una excusa para desatar sin cesar escenas de acción y para monstrar monstruos y seres mitológicos tras cada esquina. Si bien estos referidos seres fantásticos no son de lo mejor que ha hecho Harryhausen (que se debate entre excelentes diseños como la Medusa, el Pegaso, el Kraken o el inolvidable buho metálico Bubo y entre auténticos "pegotes" como el irreal buitre gigante o los simplones escorpiones), pienso que cumplen con su cometido de prometer una divertida sorpresa en cada escena. Y en eso consisten películas como esta, en las que la diversión está servida sin prejuicios.
lunes, 23 de abril de 2012
TAKE SHELTER de Jeff Nichols - 2011 - ("Take Shelter")
Jeff Nichols únicamente ha dirigido dos películas hasta la fecha: "Shotgun Stories" y "Take Shelter". "Mud", su tercera creación, llegará a las salas este 2012.
Si bien creo que el desenlace de "Take Shelter" no es el adecuado, he de decir que la segunda película de Jeff Nichols es una propuesta con novedades dentro del estilo de historia que narra y una película con una muy bien explotada capacidad para extenuar al espectador y hacerle ponerse en la piel de su protagonista, un Michael Shannon que brilla con luz propia en una de las más grandes interpretaciones del pasado año. La premisa la hemos visto otras veces: un ciudadano normal y corriente comienza a tener visiones de una suerte de apocalipsis (desastres naturales y animales y humanos enloquecidos sedientos de destrucción, básicamente) y se obsesiona con proteger a su familia, para lo cual construye un refugio contra las tormentas en su jardín que le lleva a acabar con su mencionada familia, con sus amistades y con su trabajo. La espiral de paranoia que sufre la conduce con una gran fluidez Nichols, que equilibra sin fisuras y sin caídas de ritmo las visiones enrarecidas y alarmantes (con muy buenos efectos) con un retrato cotidiano de los USA profundos bastante deshumanizado y frío de manera consciente (vecinos extraños, relaciones superficiales, familias opresivas, barbacoas de cotilleos, religiosidad cerrada e intransigente o un sistema sanitario lleno de deficiencias -aquí la crítica es bastante clara-) en el que el personaje de Shannon no tiene cabida en el momento en el que se muestra diferente a los demás. El estilo del filme es sobrio, de fotografía bella y a la vez abrupta, con planos cerrados abundantes y unos pocos abiertos desasosegantes (la avenida campestre vacía con las aves volando bajo, el refugio anti tornados en la inmensidad verde y amarilla, el campo lejano con las nubes negras amenazadoras...), mientras que todos los actores están comedidos en sus interpretaciones (repito que el trabajo de Michael Shannon es genial, justo y preciso, sin exageraciones).
Uno de los mejores puntos de "Take Shelter" es, además, saber sumergir al espectador en la locura vertiginosa de su protagonista sin dejarle claro en ningún momento y casi hasta los últimos minutos del filme qué es lo que está pasando realmente; si las visiones apocalípticas son producto de su mente enferma o si son ciertas como él piensa. Hasta que el filme termina, el espectador está enganchado a la trama, que no le deja un respiro y que interesa sin altibajos. En la parte negativa de la película está sin embargo su desenlace, como he comentado nada acertado para mi ya que no se moja del todo con ninguna de las opciones que rondan por la cabeza del público y que Nichols ha levantado. Para algunos está bastante claro; para mi no tanto, y ahí están las opiniones encontradas que está suscitando en otros blogs. Este hecho hace que el filme pierda puntos, pero no lo lastra, pienso. "Take Shelter" es un excelente descenso a la locura.
sábado, 21 de abril de 2012
1408 de Mikael Hafström – 2007 – (“1408”)
El sueco Mikael Hafström lleva una carrera irregular entre su país y los Estados Unidos que constantemente se mueve entre obras solventes y fallidas, aunque en todos sus proyectos intenta siempre aportar por lo menos buenos acabados fílmicos y trabajar ideas originales. Es pronto aún para valorar su filmografía, corta y a la que le falta todavía una personalidad autoral definida. Debutó con los dramas sobre la juventud sueca “Vivir la vida” y “Evil”, tras los que llegó el filme de terror “El fantasma del lago”. Ya en los USA ha dirigido el thriller “Sin control”, el nuevo filme de terror “1408”, el thriller "Shangai" y el thriller de terror "El Rito".
“1408”, basada en un relato corto de Stephen King, es una película de terror en líneas generales fallida que goza de un excelente comienzo y de un desenlace hasta cierto punto sorprendente y que simultáneamente y por desgracia cuenta con una desinfladísima parte intermedia que hunde al cojunto casi por completo. John Cusack da vida de manera solvente a un escritor que se dedica a visitar lugares supuestamente encantados para desmitificarlos en libros cargados de escepticismo y que vive atormentado por la muerte de su hija pequeña. Su nuevo trabajo consiste en pasar una noche en la habitación, también supuestamente maldita, de un hotel de Nueva York, habitación que desmontará sus teorías sobre la inexistencia de lo sobrenatural y que le sumirá en la peor pesadilla de su vida. La premisa atrae, ya que, a pesar de que siempre se mueve entre la novela aceptable y el bodrio más infumable, a Stephen King si algo le suele sobrar es imaginación.
No he leído el relato que Hafström ha adaptado, pero, ciñéndome exclusivamente a su filme, he de decir que, tras un interesante arranque en el que se muestra la vida como fracasado del protagonista y unos primeros momentos bastante coseguidos en la habitación fantasma todo cae bruscamente en la vulgaridad más absoluta. Un terror que comenzaba resultando sugerente y que contenía comedidos y atractivos golpes de efecto (sonidos extraños, objetos que aparecen de la nada, electrodomésticos que se encienden solos, espejos irreales en las ventanas…) se transforma, poco antes de la mitad del filme, en el terror más tópico, predecible y aburrido imaginable gracias a que, una vez más, los efectos especiales se convierten en los protagonistas casi totales de la obra: todo pierde de golpe su misterio y su capacidad para asombrar y se sume en un barroco sopor. Aparecen monstruos cada vez más feos dentro del cuarto, las paredes se alargan de manera efectista, se empieza a mover la estancia como un barco en medio de una tormenta y se termina inundando para más tarde congelarse y estallar por los aires. Nada da ya el más mínimo miedo, pues lo que encontramos a partir del mencionado cambio es acción pura y dura (y además sin mucha imaginación), aunque se dé dentro de un espacio reducido. El desenlace sí levanta algo el destrozo efectuado, pero no es suficiente. Una lástima, porque se podía haber hecho un filme de terror interesante con “1408”, que de hecho resulta bastante prometedora en sus inicios. Triste.
viernes, 13 de abril de 2012
EL GIGANTE DE HIERRO de Brad Bird – 1999 – (“The Iron Giant”)

1957. Hogarth Hughes vive con su madre en la pequeña ciudad de Rockwell y es un niño con una imaginación desbordante que sueña con grandes aventuras. Un día, encuentra a un enorme hombre de hierro que no puede saciar su hambre de metal... Y se hace amigo suyo. Pronto, Hogarth y el Gigante de Hierro son inseparables; uña y carne. Sin embargo, también pronto la sociedad va a intentar acabar con su amistad. Hogarth, junto a su madre y junto al artista bohemio Dean, va a enfrentarse a los fanáticos militares que, debido a su ignorancia y a su paranoia nuclear, quieren acabar con el Gigante de Hierro.

Brad Bird, aunque tiene una filmografía todavía corta, es uno de los animadores estadounidenses modernos más reconocidos y, sobre todo, serios y personales. Comenzó su carrera trabajando para la Disney en filmes como “Tod y Toby”, tras lo que pasó a hacerlo en series tan famosas como “Los Simpsons”, “El crítico” o “El Rey de la Colina”. Sus creaciones se caracterizan, hasta la fecha, por presentar a personajes que, aún siendo animales o seres fantásticos, son puros trasuntos de la naturaleza humana más madura: sus filmes son joyas maravillosas sobre el amor, la amistad, la familia, el compañerismo o la persecución de los sueños con un humor adulto tremendamente inteligente e irónico y con un sentido del drama excelentemente dosificado para resultar entrañable y conmovedor pero sin terminar siendo empalagoso o cayendo en la infantilidad. Sus filmes, además, están llenos de referencias y de homenajes culturales (a los superhéroes clásicos, al pulp, a la paranoia nuclear de la Guerra Fría, a la gastronomía más exquisita...) Ha utilizado tanto animación tradicional para expresarse como animación en 3D. Su filmografía se compone de la comentada “El gigante de hierro” (para la Warner Bros.) y de “Los Increíbles” y “Ratatouille” (para Pixar). Ha dirigido también la película no animada "Misión Imposible: Protocolo Fantasma", estrenada recientemente.

Adaptación libre del libro homónimo de Ted Hughes, “El gigante de hierro” es el genial debut de Brad Bird en solitario en el mundo de la animación. Ambientada a finales de los años cincuenta y en una pequeña ciudad de los Estados Unidos, el filme narra la clásica historia de amistad entre un niño y el gigante que da título a la obra, historia de amistad a la contra de una sociedad opresiva y atontada por el miedo que, sin presentar nada nuevo, conmueve como pocas gracias a un drama inteligente y serio excelentemente explotado por Bird que emociona sin resultar ñoño y que seduce sin ningún problema a públicos de todas las edades. La culpa la tienen además el humor adulto que la cinta destila (irónico y por momentos incluso sarcástico), su ejemplar animación y ambientación (de un corte clásico encantador) y sus personajes, todos henchidos de carisma, y, en especial, el Gigante de Hierro protagonista, una inolvidable referencia al pulp y a la ciencia ficción de la década en la que el filme se ambienta, década que se ve constántemente homenajeada además con un ojo irónico y también nostálgico (la Guerra Fría, el macarthismo, las películas de ciencia ficción del momento, la serie B, la cultura de la radio y el boom de la televisión, la paranoia nuclear, los militares fanáticos, el “auge” de los misterios de los OVNIS, el arte moderno de rasgos futuristas, la generación beat...). “El gigante de hierro” es una fascinante película de animación sobre la amistad en un entorno hostil que, por desgracia, fue un fracaso en las salas de cine en su día. Sin embargo, también por suerte es ya un filme de culto gracias al boca a boca y a su más notable éxito en formato de vídeo.


Brad Bird, aunque tiene una filmografía todavía corta, es uno de los animadores estadounidenses modernos más reconocidos y, sobre todo, serios y personales. Comenzó su carrera trabajando para la Disney en filmes como “Tod y Toby”, tras lo que pasó a hacerlo en series tan famosas como “Los Simpsons”, “El crítico” o “El Rey de la Colina”. Sus creaciones se caracterizan, hasta la fecha, por presentar a personajes que, aún siendo animales o seres fantásticos, son puros trasuntos de la naturaleza humana más madura: sus filmes son joyas maravillosas sobre el amor, la amistad, la familia, el compañerismo o la persecución de los sueños con un humor adulto tremendamente inteligente e irónico y con un sentido del drama excelentemente dosificado para resultar entrañable y conmovedor pero sin terminar siendo empalagoso o cayendo en la infantilidad. Sus filmes, además, están llenos de referencias y de homenajes culturales (a los superhéroes clásicos, al pulp, a la paranoia nuclear de la Guerra Fría, a la gastronomía más exquisita...) Ha utilizado tanto animación tradicional para expresarse como animación en 3D. Su filmografía se compone de la comentada “El gigante de hierro” (para la Warner Bros.) y de “Los Increíbles” y “Ratatouille” (para Pixar). Ha dirigido también la película no animada "Misión Imposible: Protocolo Fantasma", estrenada recientemente.

Adaptación libre del libro homónimo de Ted Hughes, “El gigante de hierro” es el genial debut de Brad Bird en solitario en el mundo de la animación. Ambientada a finales de los años cincuenta y en una pequeña ciudad de los Estados Unidos, el filme narra la clásica historia de amistad entre un niño y el gigante que da título a la obra, historia de amistad a la contra de una sociedad opresiva y atontada por el miedo que, sin presentar nada nuevo, conmueve como pocas gracias a un drama inteligente y serio excelentemente explotado por Bird que emociona sin resultar ñoño y que seduce sin ningún problema a públicos de todas las edades. La culpa la tienen además el humor adulto que la cinta destila (irónico y por momentos incluso sarcástico), su ejemplar animación y ambientación (de un corte clásico encantador) y sus personajes, todos henchidos de carisma, y, en especial, el Gigante de Hierro protagonista, una inolvidable referencia al pulp y a la ciencia ficción de la década en la que el filme se ambienta, década que se ve constántemente homenajeada además con un ojo irónico y también nostálgico (la Guerra Fría, el macarthismo, las películas de ciencia ficción del momento, la serie B, la cultura de la radio y el boom de la televisión, la paranoia nuclear, los militares fanáticos, el “auge” de los misterios de los OVNIS, el arte moderno de rasgos futuristas, la generación beat...). “El gigante de hierro” es una fascinante película de animación sobre la amistad en un entorno hostil que, por desgracia, fue un fracaso en las salas de cine en su día. Sin embargo, también por suerte es ya un filme de culto gracias al boca a boca y a su más notable éxito en formato de vídeo.

miércoles, 11 de abril de 2012
SALAMBÓ de Sergio Grieco - 1960 - ("Salammbo")

Cartago ha sido derrotada por Roma en la Primera Guerra Púnica y, con sus territorios y recursos diezmados, no puede hacer frente al pago de los sueldos de los mercenarios que contrató para luchar contra los romanos. Estos mercenarios se han rebelado contra los cartagineses y, exigiendo lo prometido, vagan por los alrededores de su ciudad cometiendo todo tipo de atrocidades. Alguien va a poner orden en el conflicto: el temido general cartaginés Amílcar Barca, que va a intentar sofocar la revuelta. Sin embargo, algo inesperado ocurre... Su hija, la sacerdotisa Salambó, se ha enamorado de Matho, el montaraz líder mercenario.

Salvo excepciones como la imprescindible "Cabiria" de Giovanni Pastrone (que técnicamente es una obra maestra pero que en lo histórico deja bastante que desear), la civilización de Cartago no ha tenido prácticamente ningún protagonismo destacado en la historia del cine y se ha visto reducida a algún que otro "peplum" menor o directamente cutre y a alguna que otra producción televisiva poco destacada (y casi todas estas cintas han estado centradas en la figura de su genio militar Aníbal Barca o en aspectos puntuales de la rivalidad eterna entre los cartagineses y sus enemigos mortales los romanos). Una de mis novelas preferidas es "Salambó", en la que el genial Gustave Flaubert recreó como pocos escritores han hecho nunca el pasado esplendoroso y a la vez brutal de Cartago: poquísimas novelas históricas pueden llegar a la categoría de ésta en fidelidad, descripción de personajes y ambientes y situación temporal de cara al lector. Por desgracia, esta versión cinematográfica que hoy comento de la fascinante novela del francés perpetrada por Sergio Griego, director del que no conozco nada, es, tristemente, un filme fallido en todos los aspectos y tremendamente decepcionante. Y no, el poco presupuesto no es una excusa.

"Salambó" narra, mezclando personajes reales y ficticios, la historia de amor de Matho, el líder de los mercenarios que se revuelven contra Cartago (que tras haber perdido contra Roma la Primera Guerra Púnica, es incapaz de pagarles como es debido) y la hija de Amílcar Barba, que da nombre a la obra. Si por algo destacó la novela de Flaubert fue, pienso, por situar al lector en el pleno centro de la sangrienta y sensual Cartago púnica de la época (la capacidad evocadora del escrito es tremenda) y, por ello mismo, por presentar a unos personajes presas de pasiones y ambiciones que les terminan perdiendo y que están alejados de todo maniqueísmo posible, ya que piensan y actúan conforme la moral de su tiempo (los mercenarios -de todas las culturas- sólo se mueven por el dinero y la rapiña, los cartagineses humillados por los romanos por el odio y el patriotismo enfermizo, Amílcar por el orgullo desmedido, Salambó y Matho por el amor-odio, Spendius por la venganza, Narr Havas por la avaricia y sus propios intereses políticos...). Pues bien, nada de eso hay en esta película, que comienza con apuntes interesantes (la crudeza inicial de los mercenarios, las crucifixiones de los enviados de Cartago como represalia, los sacrificios humanos que se daban en la sociedad cartaginesa, un puntito erótico acertado para los años sesenta...) y que termina siendo un "peplum" heróico con buenos y malos, con romance que acaba bien (horripilante ese final con el pueblo cartaginés y el propio Amílcar perdonando la vida al que mancilló a sus dioses... de puro delirio e impensable en la época), con Matho demostrando que a pesar de ser un mercenario es un buen hombre (en términos actuales), con el mencionado Amílcar demostrando ser un líder magnánimo... Todo es un desastre que mancilla la maravillosa novela de Flaubert.

Que el filme sea casi de serie B no es lo más importante: los escenarios tampoco están mal representados (no son los de "Los Diez Mandamientos" o "Ben-Hur" pero cumplen, aunque a Cartago le falte algo de personalidad), y tampoco que los actores (entre los que están Jeanne Valerie o el casi siempre malogrado Edmund Purdom) lo hagan mejor o peor o que las escenas de acción y batallas sean cutres y tengan pocos extras. La traición total y absoluta de la obra en la que se basa es lo que hunde por completo a la película: había material suficiente para hacer una buena obra histórica, y todo se queda en un cuentecito ambientado en la Edad Antigua de batallitas y romanticismo bastante plano. Una pena. El próximo año Vin Diesel protagonizará y dirigirá supuestamente (si el proyecto sale bien) "Aníbal, el Conquistador", una película sobre Aníbal Barca que, espero, haga un retrato de la civilización cartaginesa mejor de lo que por desgracia hasta ahora hemos visto.


martes, 10 de abril de 2012
EXPIACIÓN de Joe Wright – 2007 – (“Atonement”)

Inglaterra. 1935. La rica familia Tallis pasa un apacible verano en su mansión, en donde surge el amor entre la joven Cecilia Tallis y el criado Robbie, por el que también se siente atraída Briony, la hermana adolescente de Cecilia. Una terrible tragedia se cierne sobre la pareja repentinamente: él es acusado por la pequeña Tallis, celosa de su hermana mayor, de un crimen que no ha cometido. Años después, durante la Segunda Guerra Mundial, Cecilia lucha por reanudar el romance con Robbie, que ahora es soldado, y Briony, ya adulta y plenamente consciente de lo que hizo, lucha contra su culpa e intenta redimirse. No va a ser nada fácil.

Joe Wright se confirmó como una de las grandes promesas del nuevo cine inglés con “Expiación”, en la que volvió una vez más a adaptar una novela, en esta ocasión del polémico Ian McEwan, y en la que volvió a contar con Keira Knightley, protagonista de su anterior y genial filme, “Orgullo y prejuicio”. La acción nos sitúa de nuevo en el pasado, aunque en esta ocasión lo hace en los años treinta y posteriormente en los cuarenta, en los que se desarrolla el comienzo de una historia de amor frustrada por la mentira de Briony, una niña: su hermana mayor, Cecilia, comienza un idilio con el criado de la familia Robbie y ella les descubre en la oscuridad de la biblioteca. Envidiosa (está también enamorada) y confundida en su pre-adolescencia, culpa al joven de un crimen que no ha cometido. Pocos años más tarde, Robbie lucha en la Segunda Guerra Mundial y el romance parece reanudarse mientras ella, ya crecida, vive atormentada y arrepentida de lo que hizo e intenta luchar para expiar su terrible conducta.

“Expiación” está dividido en, podemos decir, tres “actos” bien diferenciados. En el primero se presenta a todos los protagonistas por medio de un conjunto de escenas cotidianas casi bucólicas en las que prima un humor ligero y sencillo muy efectivo y un erotismo tremendamente sugerente alejado de efectismos de cualquier tipo (genial la delicada y a la vez ardiente escena de la fuente) en el que hay también lugar para realizar un irónico retrato del clasismo, la hipocresía y el esnobismo de la alta sociedad de la época. Este acto, ordenado con una narrativa que avanza y retrocede sin cesar para subrayar los hechos importantes y enfrentar puntos de vista distintos sobre ellos, acaba roto con la tragedia que determina los otros dos. En el segundo ya presenciamos las vidas separadas de Cecilia y Robbie (excelentes por cierto Knightley y James McAvoy) durante la guerra y el conflicto interior de la Briony adulta (excelente también Romola Garay), que está llevado de una manera verdaderamente desgarradora por Wright (inolvidable el momento de la boda y el desolador encuentro del trío), que por cierto entrega en este segmento uno de los mejores y más largos y difíciles planos secuencia de los últimos años en la escena de la llegada a la playa demostrando su maestría tras la cámara.

Del tercer acto, el que cierra el filme, no voy a hablar: únicamente voy a alabar la interpretación de Vanessa Redgrave y el sorprendente e inesperado giro de guión que se regala a a los espectadores y que les sumerge en un inesperado juego de metacine que cierra magistralmente y con originalidad la historia. “Expiación” es una maravillosa obra sobre la culpa y sobre la redención (sus asuntos centrales a pesar del retrato de los horrores de la guerra que también contiene) animado además por una fotografía esplendorosa y bellísima y por un estilo de raiz clásica aunque abierto a innovaciones. Por cierto que no quiero dejarme en el tintero tampoco la genial actuación de la entonces jovencísima Saoirse Ronan, que volvería a trabajar con Wright en la reciente "Hanna".

lunes, 9 de abril de 2012
LA CELDA de Tarsem Singh - 2000 - ("The Cell")

Catherine Deane es una psicoterapeuta que, gracias a un revolucionario tratamiento, es capaz de introducirse con una máquina en las mentes de sus pacientes para localizar sus traumas y males y extirparlos. El mayor reto de su vida le llega cuando el FBI le pide que entre en la mente de Carl Rudolph Stargher, un sádico asesino de mujeres, para que descubra dónde está oculta su última víctima, aún con vida pero amenazada de muerte y en paradero absolutamente desconocido. Catherine va a intentar hacer, sin embargo, algo más que localizar a la joven perdida: va a intentar comprender el comportamiento de Stargher para averiguar la raiz de su mal... Todo ello, en el mundo de pesadilla que existe en su delirante y sangriento subconsciente.

La irregular carrera en el cine de Tarsem Singh comenzó en el año 2000 con "La celda", película de estética muy interesante pero de trama bastante predecible y lineal que no termina de convencer en su conjunto por su extremada simpleza a pesar de su cautivador apartado visual. Su director, hoy ya bien conocido por ser un gran amante de los ambientes evocadores, narró en esta película la historia de una mujer que trabaja para una compañía capaz de introducirse en la mente de sus pacientes para encontrar las curas a sus males y traumas psicológicos que ha de entrar en el interior del cerebro de un sádico asesino de mujeres para salvar a su última víctima, encerrada y amenazada de muerte en algún lugar desconocido. Jennifer Lopez, la protagonista, hace un papel aceptable, al igual que los secundarios Vince Vaughn y Vincent D'Onofrio, y como he comentado el filme es una absoluta delicia visual gracias al sentido estético inimitable de Singh, que construye unos escenarios tan hermosos como perturbadores (esplendorosamente fotografiados) y un mundo propio absolutamente delirante muy atrayente y que funciona a la perfección como metáfora visual de lo que siente el psicópata antagonista y en el que se dan la mano los homenajes al eterno Expresionismo Alemán con las referencias a obras de artistas como Damien Hirst, Odd Nerdrum, H. R. Giger o los gemelos Quay. El vestuario es igualmente maravilloso, y los sangrientos efectos especiales (el filme toca el puro gore -un gore tan crudo como elegante- en varias escenas) son verdaderamente destacados.

Sin embargo, la trama de "La celda" es lineal en el peor de los sentidos (no hay sorpresas en su fantástico mundo visual), muy predecible y poco interesante debido a que sus personajes son bastante planos (a excepción del psicópata que articula la trama), mientras que su mensaje, centrado en afirmar que nadie nace con la maldad en el alma, sino que la vida y su dureza hace malas a las personas, es demasiado obvio y simple en su exposición (y es también predecible). Por otra parte, a pesar de su mencionada estética, "La celda" no presenta tampoco una intriga o una acción espectacular que cautive al espectador. El conjunto es flojito; precioso pero flojito. En 2009 se lanzó para DVD una especie de secuela de la película bastante lamentable que poco tenía que ver con esta y que no voy a comentar por su poquísima trascendencia y por su nulo aporte a la supuesta saga (y eso que yo suelo comentar todas las secuelas salvo pocas excepciones). Tarsem Singh no dirigió ninguna película desde el año 2000 hasta el 2006, cuando rompió moldes con su obra maestra "The Fall", tras la cual volvió a caer en la irregularidad con la recientísima "Inmortals" para volver a levantarse con la para mi genial comedia "Blancanieves" ("Mirror, mirror"), que está ahora en las salas y que comentaré junto a la otra versión del clásico cuento "Blancanieves y la leyenda del cazador" que se estrenará en el mes de junio.


La irregular carrera en el cine de Tarsem Singh comenzó en el año 2000 con "La celda", película de estética muy interesante pero de trama bastante predecible y lineal que no termina de convencer en su conjunto por su extremada simpleza a pesar de su cautivador apartado visual. Su director, hoy ya bien conocido por ser un gran amante de los ambientes evocadores, narró en esta película la historia de una mujer que trabaja para una compañía capaz de introducirse en la mente de sus pacientes para encontrar las curas a sus males y traumas psicológicos que ha de entrar en el interior del cerebro de un sádico asesino de mujeres para salvar a su última víctima, encerrada y amenazada de muerte en algún lugar desconocido. Jennifer Lopez, la protagonista, hace un papel aceptable, al igual que los secundarios Vince Vaughn y Vincent D'Onofrio, y como he comentado el filme es una absoluta delicia visual gracias al sentido estético inimitable de Singh, que construye unos escenarios tan hermosos como perturbadores (esplendorosamente fotografiados) y un mundo propio absolutamente delirante muy atrayente y que funciona a la perfección como metáfora visual de lo que siente el psicópata antagonista y en el que se dan la mano los homenajes al eterno Expresionismo Alemán con las referencias a obras de artistas como Damien Hirst, Odd Nerdrum, H. R. Giger o los gemelos Quay. El vestuario es igualmente maravilloso, y los sangrientos efectos especiales (el filme toca el puro gore -un gore tan crudo como elegante- en varias escenas) son verdaderamente destacados.

Sin embargo, la trama de "La celda" es lineal en el peor de los sentidos (no hay sorpresas en su fantástico mundo visual), muy predecible y poco interesante debido a que sus personajes son bastante planos (a excepción del psicópata que articula la trama), mientras que su mensaje, centrado en afirmar que nadie nace con la maldad en el alma, sino que la vida y su dureza hace malas a las personas, es demasiado obvio y simple en su exposición (y es también predecible). Por otra parte, a pesar de su mencionada estética, "La celda" no presenta tampoco una intriga o una acción espectacular que cautive al espectador. El conjunto es flojito; precioso pero flojito. En 2009 se lanzó para DVD una especie de secuela de la película bastante lamentable que poco tenía que ver con esta y que no voy a comentar por su poquísima trascendencia y por su nulo aporte a la supuesta saga (y eso que yo suelo comentar todas las secuelas salvo pocas excepciones). Tarsem Singh no dirigió ninguna película desde el año 2000 hasta el 2006, cuando rompió moldes con su obra maestra "The Fall", tras la cual volvió a caer en la irregularidad con la recientísima "Inmortals" para volver a levantarse con la para mi genial comedia "Blancanieves" ("Mirror, mirror"), que está ahora en las salas y que comentaré junto a la otra versión del clásico cuento "Blancanieves y la leyenda del cazador" que se estrenará en el mes de junio.

miércoles, 4 de abril de 2012
CLERKS II de Kevin Smith - 2006 - ("Clerks II")

Tras haber pasado los últimos diez años trabajando frustrado y aburrido en una tienda de barrio, Dante Hicks cambia por fin de empleo… cuando la tienda arde en un incendio. Su nuevo trabajo, que comparte con su amigo Randall, le resulta igual de odioso: servir en una cadena de comida rápida. Sin embargo, Dante parece encauzar su vida por fin: empieza a salir con Emma, una chica guapa (aunque convencional y posesiva) con la que se promete y con la que se va a marchar a Florida a trabajar en el lavacoches de su adinerado padre. El día antes de marcharse a comenzar su nueva vida no lo tendrá, sin embargo, todo tan seguro… Se planteará el futuro de su gran amistad con Randall, su cariño a su Nueva Jersey de siempre y su amor por Becky, su jefa, la mujer a la que tal vez quiera en realidad...

Después de haber sorprendido en los años noventa con su genial "Trilogía de Nueva Jersey" (“Clerks”, “Mallrats” y “Persiguiendo a Amy”), Kevin Smith experimentó un notable bajón artístico con la llegada del nuevo siglo. “Dogma”, su cuarta película, fue aún buena (en mi opinión), pero “Jay y Bob El Silencioso contraatacan” fue un fiasco sin demasiada gracia y "Jersey Girl" una comedia romántica más bien descafeinada y sin demasiada personalidad (y lo que distinguía a la primera filmografía de Smith era precisamente su personalidad). Por suerte, volvió parcialmente a las andadas con “Clerks II”, película bastante denostada pero que yo pienso que es perfectamente fiel a la trayectoria de su creador. El resultado de esta película, si bien no está al nivel de la original "Trilogía de Nueva Jersey", es más que apreciable. El filme está rodado en color con algunas escenas en blanco y negro homenaje o referidas a su antecesora. Los protagonistas vuelven a ser los mismos, aunque una década después. Dante y Randall no han encauzado sus vidas en ninguna dirección: son dos jóvenes que dejan de serlo para una sociedad hipócrita (la verdadera juventud está en la mente de uno/a) y que se han quedado estancados en ninguna parte, dos niños grandes que, además, se sienten solos, aunque no se lo digan el uno al otro.

La acción transcurre de nuevo en un solo día desde la mañana hasta el anochecer. En ese día, Dante se plantea si merece la pena lanzarse a un futuro del que no está nada seguro, mientras Randall intenta aceptar que su amigo le deja para siempre en Nueva Jersey y la jefa de ambos, Becky (genial Rosario Dawson) intenta, tal vez sin saberlo, que no se vaya, ya que siente por él algo que va más allá de la amistad. Por supuesto, a lo largo del día ocurren todo tipo de locuras, protagonizadas sobre todo por el desquiciado Randall y por los omnipresentes Jay y Bob el Silencioso, que por supuesto se pasan las horas vendiendo droga por el barrio. Hay broncas entre todos, bailes, borracheras, conversaciones freakies, exhibiciones de bestialismo, bromas crueles, juegos variados y teatro de relaciones humanas en el que caben asuntos como la homosexualidad o el racismo. El humor del filme es el propio de Smith, el humor zafio, canalla, escatológico y freakie, el humor desprejuiciado que a unos encantará y que a otros desquiciará, como en todas sus obras. Los diálogos, sin ser prodigios de grandeza, son tremendamente sinceros en los momentos dramáticos de la cinta, que adquiere tintes de drama juvenil nostálgico y evocador sobre el amor, la amistad y la pérdida de una época de existencia gloriosa (al estilo de Smith, claro, estilo muchas veces incomprendido). De no mucha duración, el filme, ágil y divertidísimo a la par que emotivo, se pasa en un vuelo. Muy recomendable vuelta del director de Nueva Jersey a su mejor forma de hacer las cosas, que más o menos ha ido manteniendo a pesar de bodrios incomprensibles como "Vaya par de polis".

martes, 3 de abril de 2012
CLERKS de Kevin Smith - 1994 - ("Clerks")

Dante Hicks no tiene un buen día: aunque libraba hoy, ha tenido que sustituir por un favor a su compañero de trabajo en la tienda de barrio en la que se gana la vida (supuestamente, hasta que encuentre una ocupación que le llene más...). Aburrido, pasará las horas laborales charlando con su mejor amigo, Randall, que trabaja en el videclub de al lado. Hablarán, como siempre, de sexo, de amor, de amistad, de filosofía vital, de cine, de hockey, de comics, de Star Wars, de los mitos de sus infancias. El día les deparará multitud de locuras: peleas de Dante con su novia, encuentros delirantes con ex novias, fallecimientos inesperados de ex novias, deportes en la azotea de la tienda, visitas de los camellos Jay y Bob el Silencioso y de clientes estúpidos y otras aventuras cotidianas.


Director y guionista de cine y de comics, Kevin Smith es uno de los cineastas de aires independientes surgidos en los años noventa que mejor ha sabido hacerse un hueco en la industria conjugando a la perfección comercialidad, calidad y libertad creativa. Es el creador, sobre todo en sus primeros filmes, de un mundo propio de relaciones personales cargado de geniales referencias “freakies” al mundo del cine y, sobre todo, al del comic, formas artísticas que Smith ama con pasión. Cultivador de una comedia seria y alocada sin par, de geniales e hilarantes diálogos y situaciones y de estrambóticos y tiernos personajes, ha sabido retratar el mundo multicultural de la juventud de Nueva Jersey (donde siempre ha vivido y donde se siente orgulloso de vivir) y las vidas comunes de sus habitantes con tanta pasión y cariño como Woody Allen o Martin Scorsese han hecho con Nueva York o François Truffaut ha hecho con París. Aunque no pueda parecerlo, las películas de Kevin Smith, bajo su aparente fondo (falso) de simpleza argumental y de contenido, esconden multitud de deliciosos matices sobre las relaciones personales de todo tipo y naturaleza social, el asunto central de su filmografía. Muchos no han querido verlo, pero su cine está plagado de irónicas referencias culturales y de una sensibilidad muy destacada en el retrato de personajes completamente cotidianos perdidos en un mundo un tanto absurdo y un tanto solitario, a pesar de ser un mundo de buen humor. Ha sido, además, el creador de dos personajes que ya son míticos en la cultura Norteamericana: Jay y su amigo Bob El Silencioso (interpretado por el propio Smith) que represetan a los clásicos freaks urbanos errantes, asíduos de centros comerciales, festivales y tiendas de comics y antros varios, carismáticos, llenos de dignidad, algo intransigentes, algo fanáticos, algo locos.

Debutó Kevin Smith en 1994 con la primera parte de su célebre “Trilogía de Nueva Jersey”: “Clerks”, rodada con cuatro duros y que fue todo un rompedor éxito, tras la que aumentó su presupuesto para sus dos continuaciones: “Mallrats” y “Persiguiendo a Amy”. Tras ellas, rodó la comedia fantástica “Dogma” (que creó cierto escándalo por sus críticas desprejuicidas hacia la Iglesia), la nueva comedia “Jay y Bob El Silencioso Contraatacan”, la comedia romántica "Jersey Girl", la discutida "Clerks II" (retorno a los personajes y al mundo de la "Trilogía de Nueva Jersey"), la nueva comedia "¿Hacemos una porno?", el horror para olvidar de "Vaya par de polis" (no sé que pasaba por su cabeza al hacer esta cosa) y el thriller de terror "Red State".


Debutó Kevin Smith en 1994 con la primera parte de su célebre “Trilogía de Nueva Jersey”: “Clerks”, rodada con cuatro duros y que fue todo un rompedor éxito, tras la que aumentó su presupuesto para sus dos continuaciones: “Mallrats” y “Persiguiendo a Amy”. Tras ellas, rodó la comedia fantástica “Dogma” (que creó cierto escándalo por sus críticas desprejuicidas hacia la Iglesia), la nueva comedia “Jay y Bob El Silencioso Contraatacan”, la comedia romántica "Jersey Girl", la discutida "Clerks II" (retorno a los personajes y al mundo de la "Trilogía de Nueva Jersey"), la nueva comedia "¿Hacemos una porno?", el horror para olvidar de "Vaya par de polis" (no sé que pasaba por su cabeza al hacer esta cosa) y el thriller de terror "Red State".

“Clerks” fue rodada, con préstamos de familiares y de amigos, en la tienda en la que el propio Kevin Smith trabajaba, y colaboraron en ella estos mismos amigos y voluntarios por las noches o en los días de fiesta. Fue, inesperada y merecidamente, una de las películas revelación de los años noventa, triunfadora en el Festival de Sundance y lanzadora de la carrera de su creador. Rodada en blanco y negro, es “Clerks” una genial comedia seria sobre relaciones personales de todo tipo (como las dos otras partes que seguirían de la "Trilogía de Nueva Jersey" y como "Clerks II"). Narra un día de locos en la vida de Dante, un joven de la generación X apasionado del cine, de los comics y del hockey que aprende a vivir con sus miedos (y mucho humor) en el mundo moderno junto a sus amigos y a su novia. La película está construída en base a una acumulación de situaciones desternillantes y algo surrealistas movidas por unos magníficos y ágiles diálogos y un humor ciertamente “freakie” y cargado de referencias culturales de todo tipo. Su simpleza es apabullante, así como su capacidad de cautivar con esta simpleza, con su buen hacer, con su espontaneidad y con su ritmo. Provoca la risa, y también conmueve e identifica al espectador con los jóvenes del momento, que no son tan distintos de los de hoy, pienso. En ella aparecían por primera vez los míticos Jay y Bob El Silencioso, además de otros personajes que tendrían algo que ver en las dos siguientes entregas de la “Trilogía de Nueva Jersey”, pues esta sería la primera parte tras su éxito arrollador. Las siguientes serían “Mallrats” y “Persiguiendo a Amy”, y sus caracteres se interconectarían con los de esta de una manera u otra (hermanos, primos, amigos, novios, ex novios, referencias…), conformando las tres juntas un genial y sentido fresco de la Nueva Jersey de los años noventa.

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