Porco Rosso

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sábado, 25 de noviembre de 2017

MI OTRO YO de Isabel Coixet - 2013 - ("Another Me")


Fay es una adolescente feliz, como otra cualquiera, que lleva una vida de estudiante normal y corriente en compañía de sus padres, también normales y corrientes. Algo, sin embargo, empieza a ir mal para ella. Fay siente, poco a poco, que alguien la observa y la sigue... En casa, en la calle, en el instituto... Su vida se convierte, lentamente, en un terrible infierno de paranoia y terror.


Isabel Coixet metió en 2013 la pata por partida doble. "Ayer no termina nunca" tenía muy buenas intenciones pero se quedaba en eso y se precipitaba muy pronto en el puro bodrio. Y "Mi otro yo", esta producción hispano-inglesa que estreno casi a la vez que aquella, con pocos meses de diferencia, ya no tenía ni siquiera las buenas intenciones. La directora se introduce en un género que no suele ser el habitual en sus preferencias, lo cual yo siempre valoro en todo creador, pero no sabe salir adelante. Simplemente, lo hace fatal. Esto es una película de terror adolescente del montón, de esas de ver y olvidar en sesiones palomiteras para público esporádico, pero con un filtro pedante y pretencioso que todavía la hace más ridícula si cabe. Sophie Turner, famosa ya aquel año por su papel en "Juego de Tronos", es una joven que se siente perseguida y observada por algo, por un ente, por una cosa que no sabe que es. Y a partir de aquí se despliega una chorrada de proporciones bíblicas y tópicos a toda máquina aburrida y soporífera, sin interés ninguno, sin capacidad para sugerir nada, sin un solo susto digno y con un desenlace que nos hemos comido tres mil millones de veces. La trama da risa por predecible y por gilipollesca, los fallos de guión están por todas partes, el ritmo es inexistente, los personajes directamente apestan de típicos y remachacados, el terror es nulo (y lo poco que hay se soluciona a golpe de subir el volumen a lo bestia en un segundo y adiós muy buenas) y el drama también, y como he dicho el final es un timo como una montaña. Ni miedo, ni historia que contar, ni personajes, ni película. Para colmo, y esto da bastante risa, Isabel Coixet le mete a la cosa esta infumable escenas "gafapastas". La marca de la casa, pero explotando la ridiculez. Una película de terror con reflexiones poéticas de andar por casa y metáforas patateras que tratan de ir de profundas y que no dicen una mierda es una de las cosas más bufonescas que he tenido el disgusto de ver en mucho, mucho tiempo. La reflexión sobre la identidad y la vida y todo lo que a Coixet le de la gana aquí sobra y lleva a la cinta a unas costas de vergüenza ajena difíciles de superar. "Mi otro yo" es un bodriazo impropio de esta directora. Para olvidar. Vaya añito el 2013, amiga Isabel.


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