Porco Rosso

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jueves, 6 de abril de 2017

GHOST IN THE SHELL II: INNOCENCE de Mamoru Oshii - 2004 - ("Ghost in the Shell II: Innocence")


Año 2032. El detective cibernético Batou se enfrenta a un caso especial y extraño: a una serie de crímenes perpetuados por muñecas sexuales que no son más que robots y que han asesinado brutalmente a sus clientes. En su investigación, empieza a surgir un dilema que se le resiste. Además, algo más ocurre... Su antigua compañera Motoko Kusanagi retorna tras años desaparecida...


Como era de esperar, un fenómeno como "Ghost in the Shell" no iba a quedarse sin secuelas y sin remakes (no olvidemos que el mercado japonés es aficionado a explotar la gallina de los huevos de oro tanto o hasta más que el de los USA). En los años 2002, 2004 y 2006 vieron la luz tres series animadas basadas en el manga homónimo de Masamune Shirow y en 2015 "Ghost in the Shell: The Rising", una película que solo se estrenó comercialmente en los cines de Japón engarzada con estas series. También hubo dos re-invenciones de la película original: "Ghost in the Shell 2.0" en 2008, que era un "remontaje" de la de 1995, y "Ghost in the Shell: Arise", de 2013, que consistía en cuatro filmes construidos a modo de "remake". La lista de productos que surgieron del filme original es enorme, y eso sin contar los manga que lo ampliaron en el mundo de las viñetas o el remake norteamericano que acaba de estrenarse (y del que hablaremos ya mañana). Sin embargo, la única segunda parte directa relacionada con la primera fue "Ghost in the Shell II: Innocence", que llegó de forma tardía a las salas, nueve años después de su antecesora. Por suerte, Mamoru Oshii, que rechazó participar en las series a pesar de dar ideas para ellas o haberlas supervisado, volvió a la dirección. Esta segunda entrega de "Ghost in the Shell" sigue buceando en los asuntos de la primera parte, aunque se centra especialmente en uno: en todo lo referente a los sentimientos de la inteligencia artificial. El espectador ahora se encuentra frente a los dilemas eternos de qué sería humano y que no lo sería, de si las máquinas pueden o no tener conciencia o "alma" o como se le quiera llamar y de, en el caso de tenerla, si han de ser vistas como seres vivos o no. Y de fondo un asunto bastante polémico: la prostitución, ejercida en este caso por muñecos sexuales que no son más que robots pero que pueden guardar algo más en su interior. Recuperamos a los personajes del anterior filme con el idéntico carisma y recuperamos una acción genial y una estética maravillosa, ahora mejorada por los avances técnicos en animación (de 1995 a 2004 han pasado muchas cosas).


Sin embargo, hay que decir que a pesar de todo esto este filme, aún siendo de nuevo inteligente, lógico, coherente y lleno de interesantes dilemas morales y filosóficos y magníficos diálogos, no me parece tan redondo como su predecesor, esencialmente porque creo que deja en el tintero demasiadas cosas. Propone mucho, pero finalmente soluciona poco: es algo que al primer "Ghost in the Shell" no le ocurría, mientras que además, por lo menos desde mi punto de vista, creo que tiene un desenlace bastante precipitado y cortado con demasiada rapidez. Dejando esto a un lado, que no consigue tampoco lastrar a un filme que desde el primer momento se muestra como "hacedor de preguntas", "Ghost in the Shell II: Innocence" es una continuación más que digna y que no desentona con la saga, aunque sea inevitable el ser comparada con su compañera al ser esta tan mítica y tan redonda.


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