Porco Rosso

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sábado, 1 de octubre de 2016

LOS SIETE MAGNIFICOS de Antoine Fuqua - 2016 - ("The Magnificent Seven")


El pueblo de Rose Creek vive atemorizado por los matones del empresario sin escrúpulos Bartholomew Bogue, que ha dado un ultimátum a sus habitantes: o les venden sus tierras por la miserable cantidad de veinte dólares, o en tres semanas arrasará el lugar de arriba abajo. Los lugareños, hartos de la situación, van a buscar la ayuda de mercenarios que les ayuden a acabar con él. Siete hombres únicos y expertos pistoleros y luchadores están a punto de llegar a Rose Creek para hacer justicia.


Llega a los cines una nueva versión de "Los Siete Magníficos", que a su vez ya era una versión de la obra maestra de Akira Kurosawa "Los Siete Samuráis". En fin, para algunos este tipo de película no tiene ningún valor, pues estamos hablando ya de "remakes de remakes". Es cierto que la industria de Hollywood a veces, demasiadas veces diría yo, tiene bastante poca imaginación a la hora de afrontar nuevas producciones y desde hace más de una década el tirar del remake facilón se ha convertido en una costumbra muy extendida y de la que se abusa sin miramientos. Dicho esto, tengo que decir a pesar de todo que este "Los Siete Magníficos" de 2016 no está mal. Y lo digo yo que soy un enemigo acérrimo del remake en casi todas sus vertientes. Antoine Fuqua suele ser un director solvente. Empezó mucho mejor de lo que su carrera es hoy, con películas maravillosas como "Training Day", pero lo cierto es que en general su cine cumple y no trata al espectador como a un tonto. Esta nueva "Los Siete Magnificos" es un western de acción digno, con buenas escenas, bien rodadas todas (algunos momentos del gran ataque están verdaderamente bien ideados y coreografiados) y con un equilibrio más que aceptable entre el drama y el toque de humor esperable. Los personajes no son un prodigio del desarrollo y la verdad es que hay bastantes de ellos que podrían haber dado mucho más de sí, pero lo cierto es que tampoco son excesivamente planos y, los principales por lo menos, tienen su trama desplegada de forma coherente y aceptable. Los temas también están bien dispuestos: la justicia, la venganza, la corrupción, la lucha del bien contra el mal, el fracaso, el racismo y los vestigios de la esclavitud abolida, el lugar de los negros y los indios y otras minorías en los USA, la muerte, la guerra y su recuerdo y esos Estados Unidos de América que tratan de ser una nación mientras se deja atrás el tiempo de violencia de la lucha colonial. Es lo de siempre, pero muy bien llevado. Sí, es un remake, pero está bien. No pasará a la historia, pero tampoco cae en la infamia. Y el plantel de actores es excelente y tiene bastante carisma. "Los Siete Magníficos" de 2016 es un divertimento muy digno y recomendable para amantes del producto comercial bien acabado.


ATENCIÓN: SPOILER PARA LOS QUE HAN VISTO YA LA PELÍCULA: Me ha sorprendido gratamente alguna que otra muerte de la película. La de Ethan Hawke lo ha hecho, pero sobre todo la de Chris Pratt, uno de los actores guapitos de moda de este momento. Sinceramente, no me esperaba que iba a ser uno de los personajes que sucumben, y me parece esto toda una sorpresa y una excelente forma de no hacer concesiones en un guión que podría haber pecado de acabar excesivamente orientado "a la galería". Buen detalle: en la guerra, cualquier pistolero puede morir, lo interprete quien lo interprete.


1 comentario:

  1. Ciertamente, como apuntas, Antoine Fuqua apuntaba maneras que luego se diluyeron y con ellas nuestras expectativas. Es lo que va de "BAIT" y "DÍA DE ENTRENAMIENTO" a THE EQUALIZER" y la que ahora nos ocupa, este enésimo remake de un remake. Eso sí, adaptando los contenidos a las actuales circunstancias que rigen no solo el mercado sino lo que se supone "políticamente correcto". Este septeto (ahora convenientemente multirracial y con la determinante intervención de una mujer) ya no tiene que cruzar la frontera del sur para defender a los débiles de la barbarie en estado puro; ahora lucha dentro de casa contra los abusos de un inmisericorde capitalismo explotador.
    En fin, todo, estilo narrativo incluido, tal como en estos momentos exigen las reglas del juego.
    Un saludo.

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