Porco Rosso

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miércoles, 15 de julio de 2015

CALVARY de John Michael McDonagh - 2014 - ("Calvary")


El Padre James Lavelle es el párroco de un pequeño pueblo de Irlanda. Se ordenó sacerdote para ayudar a los demás e intentar hacer un mundo mejor, pero muchos de sus vecinos, aunque acuden a misa por pura hipocresía, le desprecian y le echan en cara las barbaridades que los cristianos han cometido y siguen cometiendo. Un día, en el confesionario, un desconocido le dice que fue violado por un cura cuando era pequeño y que piensa asesinarle a él el próximo domingo como venganza. El Padre James no sabe si tomárselo en serio o no... Y se sumerge en una gran crisis vital.


"Calvary", la segunda película del irlandés John Michael McDonach tras la excelente "El irlandés", es una de las mejores radiografías que se han hecho hasta ahora en el cine de los tiempos de cambio que está experimentado el sentimiento religioso y la vida de los que se dedican a oficios relacionados con la religión en nuestros días. Soy ateo practicante y personalmente creo que el desprecio hacia las religiones que se da en gran parte del mundo (sobre todo en el mundo desarrollado) es algo que sus ministros se han ganado a pulso. Han apoyado a dictadores, han sido intransigentes e intolerantes, han tratado de imponer su moral por la fuerza y han visto como enemigos a todos los que no han pensado como ellos. Sin embargo, también hay, aunque suene "mítico", los llamados "sacerdotes buenos". El que interpreta Brendan Gleeson (con maestría sin par) en "Calvary" es uno de ellos. En general es comprensivo, tolerante y bondadoso, y se preocupa de los vecinos del pequeño pueblo en el que vive y trata de ayudarles. Además, es una persona que esconde un drama y que ha vivido una vida problemática antes de ordenarse cura; esta bien lejos de ese sacerdote que también existe que vive en la burbuja de cristal de su parroquia y que está completamente despegado de la realidad y del mundo moderno.


En una época en la que la Iglesia (las iglesias en general) son cada vez más despreciadas (insisto: con razón para mi, por todos los errores e injusticias que han cometido), este sacerdote se enfrenta a una gran crisis y al acoso de vecinos que le odian a causa de todas las mencionadas barbaridades que los cristianos han cometido a lo largo de los siglos y que siguen cometiendo. Con toda la razón, le echan en cara que la Iglesia tolere a los curas pederastas y mire para otro lado con sus casos o que no haga caso, valga la redundancia, de problemas sociales como los derivados de la crisis económica que estamos viviendo (especialmente, se hace referencia a las personas expulsadas de sus casas y al poder inquebrantable de los bancos).


El protagonista de "Calvary" tiene que pasar, como el propio nombre de la película indica, por un verdadero calvario. La iglesia cada vez está más vacía (aunque muchos feligreses siguen yendo a ella los domingos por pura hipocresía -estamos en Irlanda, un país con una arraigadísima tradición cristiana que se resiste a morir-) y él cada vez está más solo, y para colmo sus vecinos son mezquinos, falsos, victimistas y muchos de ellos le odian por ser sacerdote. Muchos asuntos salen de este contexto: la violencia, la muerte, la oscuridad del ser humano, el peso del pasado, las relaciones entre padres e hijos, el sexo frustrado, la culpa, la redención y el perdón, el principal de ellos. "Calvary" consigue que los ateos practicantes como yo nos sintamos identificados con un personaje que es un representante de una organización religiosa, que lo veamos, estemos de acuerdo con él o no, como un ser humano con virtudes y defectos que intenta hacer lo mejor y que vive su crisis vital. Muy buena película.


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