Porco Rosso

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lunes, 29 de junio de 2015

OLIVER Y SU PANDILLA de George Scribner - 1988 - ("Oliver & Company")


Oliver, un gatito huérfano que no tiene a nadie en la inmensa urbe de Nueva York, se une a Fagin, un hombre que dirige una banda de fieles perros que roban para él a cambio de su protección y de que les alimente. Oliver aprende a vivir libre y sin ataduras entre los trapicheos de la gran ciudad. Un día, sin embargo, conoce a Jenny, una niña que quiere adoptarle. Las cosas, por desgracia, no van a ser tan fáciles como parecen...


Si bien creo que con "Tod y Toby", "Tarón y el caldero mágico" y "Basil, el ratón superdetective" se cometieron las injusticias de ningunearlas (aunque en años posteriores fueran reivindicadas y alguna llegase incluso a ser de culto), "Oliver y su pandilla", la versión libre del "Oliver Twist" de Charles Dickens de Walt Disney, sí que fue una película floja, verdaderamente floja, de las más flojas del estudio en toda su historia. Especialmente lo fue por durar apenas 72 minutos y por no contar con una trama interesante (es muy simple y atropellada), ni con personajes especialmente carismáticos, ni con un villano de altura, ni con un humor recordable, ni con números musicales demasiado reseñables. La película cumple al nivel de la animación: es sobresaliente, como siempre. Y tiene algunos puntos interesantes como el mensaje eterno (y siempre necesario, vaya que sí) del buen trato a los animales, como el hecho de que algunos personajes no son maniqueos (el filme trata de retratar cómo la pobreza obliga a las personas a hacer ciertas cosas que no harían de no ser pobres) o como su desenlace, que mejora mucho con respecto al resto del apresurado filme (aunque no sirva para levantarlo). Pero paren ustedes de contar: el resto es totalmente olvidable, "Oliver y su pandilla" no es recordada como una de las grandes películas del estudio Disney y, aunque según he leído comercialmente no funcionó mal, nunca fue un megaéxito y tampoco simplemente emblemática, ni siquiera en su momento y en su paso al videoclub. Fue además la última película de la "Etapa Oscura" de Walt Disney, y fue totalmente ensombrecida por ello por las obras maestras que vendrían inmediatamente después: "La Sirenita", "La Bella y la Bestia", "Aladdin" y "El Rey León", que rompieron las taquillas y que hoy en día son cuatro de los clásicos imprescindibles del estudio.


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