Porco Rosso

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jueves, 17 de julio de 2014

YO, FRANKENSTEIN de Stuart Beattie - 2014 - ("I, Frankenstein")


El monstruo Frankenstein lleva doscientos años vagando por la Tierra solo, apartado de los demás seres y sumido en el dolor que le dejó la lucha contra su padre. Ahora, sin embargo, se va a ver implicado en la guerra entre las fuerzas del bien y las del mal. Alguien quiere su secreto, el secreto de la creación de la vida artificial, para conquistar el mundo y sumirlo en las tinieblas. Frankenstein, junto a las gárgolas que protegen a la humanidad, va a plantarle cara a esta terrible amenaza...


Stuart Beattie, autor de guiones como el de la primera "Piratas del Caribe", "Collateral", "30 días de oscuridad", "Australia" o "G.I. JOE: The Rise of Cobra", ha dirigido hasta ahora sólo dos películas, y malas: "Mañana, cuando la guerra empiece" y "Yo, Frankenstein".


Hay películas malas, y películas que van más allá; películas que, verdaderamente, cuesta terminar, aunque uno esté borracho, fumando, comiendo pizza y riéndose con los amigos de lo ridículas que son. Hay películas que no sirven ni para distraer en un rato de domingo de resaca, que no sirven ni para hacer chistes sobre ellas. "Yo, Frankenstein" es una de éstas. Si Abraham Lincoln caza vampiros y Hansel y Gretel cazan brujas... ¿Por qué no va a cazar monstruitos Frankenstein? El que personajes históricos, literarios o de la cultura popular vivan aventuras chorras está ahora de moda, y me parece una moda divertida que actualiza los viejos patrones de la serie B. La cosa es que, por lo menos, las películas que se adscriben a esta moda tienen que ser entretenidas. Con el rollo de la falta total de pretensiones no vale todo; no se puede hacer cualquier bodrio y pensar que porque este o aquel personaje real o de ficción mete trompazos y da tiros ya nos vamos a reir por ciencia infusa. Pues no. "Abraham Lincoln: cazador de vampiros" y "Hansel y Gretel: cazadores de brujas" son divertidas. No son buenas pelis en un sentido "estricto", pero divierten y saben extraer la gracia del homenaje desprejuiciado. "Yo, Frankenstein" es un aburrimiento sin ritmo, guionizado en una tarde, con personajes sin alma y con una acción pésima.


Frankenstein es un metrosexual sin apenas cicatrices (que lástima ver a un actorazo como Aaron Eckhart haciendo esto; o le han pagado mucho o está buscando explotarse como héroe de acción y el pobre tiene que empezar con lo que le echen) que lucha junto a unas gárgolas-ángeles protectoras de la humanidad (¿?¿?¿?¿?) contra una suerte de ángeles caídos vampirizados sin carisma ninguno. Y bueno, pues salvan al mundo y tal y tal y el espectador se ha dormido a la media hora de película. La historia es lineal en el peor de los sentidos, plana, tonta, con giros argumentales pueriles y gilipollescos y con un final de vergüenza ajena e improvisado. Los diálogos dan pena y están escritos por un niño. Los personajes apestan del nulo relieve que tienen. Las escenas de acción son sosas, pocas y aburridas. Y hay momentos fantásticos (ironía on) como una batalla de gárgolas y vampiros en plena calle y... Ni un sólo ser humano se da cuenta de ello. Todos duermen tranquilamente mientras la ciudad es hecha trizas. En resumidas cuentas: "Yo, Frankenstein" es una mierda como una catedral.


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