Estados Unidos durante los tiempos de la Gran Depresión. Ulysses Everett McGill se fuga de la prisión de Mississippi en la que estaba recluido junto a sus compañeros Pete y Delmar para desenterrar 1,2 millones de dólares que había robado y escondido antes de ser encarcelado. Sólo tienen cuatro días para hacerlo: el valle en el que el dinero está enterrado va a ser inundado para crear un nuevo lago que sustentará a un proyecto hidroeléctrico del estado. Si su plan funciona, sus vidas cambiarán para siempre. Sin embargo, se van a encontrar con infinidad de delirantes problemas.
Me encanta el cine de los hermanos Coen. Lo primero, afirmar esto. Y además, es algo que ha quedado bien patente en las críticas que hasta ahora he hecho de sus películas en este blog. Y, sin embargo, "O Brother", una de sus obras que más críticas (valga la redundancia) dispares ha cosechado hasta la fecha, me parece una de sus creaciones más flojas en todos los aspectos. Para muchos está sobrevalorada y para otros tantos está infravalorada (sólo hay que leer en internet sobre ella: la disparidad de opiniones es bestial, y además entre fans y no fans de los dos hermanos). En última instancia, cada persona es hija de su padre y de su madre y, en última instancia, y por mucho que intentemos justificar nuestras decisiones, una obra artística del tipo que sea nos parece buena si nos gusta y nos parece mala si no nos gusta. Y aunque no me parece una mala película, ojo, "O Brother" a mi, simplemente, no me llega, no me gusta tanto como otras de sus creadores. Me descojono con "Arizona Baby", adoro el humor de "Barton Fink" y "El gran salto", idolatro a "El gran Lebowski" (nunca, nunca, nunca me canso de verla) e incluso me río, y bastante, con comedias menores de Joel e Ethan como su remake de "Ladykillers" o "Quemar después de leer". Pero con "O Brother" me pasa lo que me pasa con la que considero el peor filme de los Coen: "Crueldad intolerable"; no puedo decir que sea malo, porque no lo es, pero su humor no me llega, lo siento.
Esta versión de la mítica "La Odisea" de Homero traspasada a los no menos míticos Estados Unidos de la Gran Depresión no me hace de reir, y la he visto más de una vez por mi amor por los Coen. Los personajes me resultan tontorrones, alejados de la imaginación inteligente que despliegan los de obras anteriores de sus creadores, y las situaciones, aparte de estar bastante difuminadas en lo que es su relación con las vividas por el héroe griego Ulises (leñe, reconozco pocas, bastante pocas, y conozco bien "La Odisea"...), me resultan tan surrealistas y a veces tan gratuitas que llegan a carecer de gracia. Por otra parte, le reconozco al filme sus diálogos acertados, sus buenas actuaciones (el reparto está excelente, como siempre), su fantástica ambientación cargada de "realismo mágico", su agudo ojo crítico revisionista de la historia de los USA, su mensaje antiracista y su buen hacer general. Pero no me hace gracia, punto. Sí, soy un mal crítico, pero es lo que hay. La comedia es el arte más personal que existe, y lo que a unos divierte puede irritar a otros.
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