Porco Rosso

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jueves, 17 de octubre de 2013

LAS CRÓNICAS DE RIDDICK de David Twohy - 2004 - ("The Chronicles of Riddick")


El universo se enfrenta a la peor amenaza que nunca ha conocido: a los Necróferos, una raza de no-muertos que en su fanática búsqueda del paraíso que conocen como "El Submundo" atacan planeta tras planeta tragándose su vida y transformando a sus habitantes en nuevos adeptos suyos sin personalidad. Los Necróferos, sin embargo, están a punto de toparse con alguien a quien temer: con Richard B. Riddick, el hombre que según una vieja profecía va a hacer tambalearse su imperio de destrucción.


De la misma manera que hay veces que el exceso de pretenciosidad se carga una obra y la tira por la borda, hay ocasiones en las que la falta total de esta pretenciosidad también lo consigue. "Pitch Black" era divertida y entrañable por su total y absoluta falta de estas mencionadas pretensiones y por su cachonda aura de serie B desprejuiciada. Su secuela, "Las Crónicas de Riddick", sigue siendo entrañable, pero nada divertida. Las aventuras del carismático mercenario interpretado por Vin Diesel siguen en esta película que, a raiz del éxito de la primera, amplía su universo para presentar nuevas razas, nuevos planetas y para bucear en el pasado del personaje y de algunos de los secundarios principales de la saga. La cosa es que la falta de pretensiones a la que he hecho referencia se traduce aquí en una historia ramplona y tonta hasta el paroxismo, en unos diálogos chorras y muchas veces estúpdidos, en unos personajes que actúan por lo que les da, en unos giros argumentales gratuitos y absurdos y en un buen montón de escenas colocadas al tun tun sin criterio ninguno. "Las Crónicas de Riddick" es ridícula, cutre y aburridísima y está llena de momentos diarréicos que incursionan en la más genuina comedia involuntaria.


El despliegue de medios para ampliar el mundo de Riddick se ha hecho notar en mejores y más variados escenarios, mejores y más variados efectos especiales, más personajes y unos villanos con carisma pulpero indiscutible y con su divertido toque "de opereta". Por desgracia, "Las Crónicas de Riddick" es errática y totalmente chorra: se cambia de escenario por la cara y sin cesar, buenos y malos actúan no se sabe muy bien por qué, los objetivos de estos malvados de turno están cogidos con alfileres, las escenas de acción aparecen demasiado gratuitamente y la trama va saltando a trompicones según sus creadores se inventan una cosa u otra y la meten de golpe sin preocuparse de nada más. Una pena, pero la segunda parte de las aventuras de Riddick fue un tremendo bodrio. Eso sí, la tercera, y aunque parezca increíble, es todavía peor. 


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