En una casa abandonada de la pequeña ciudad de Poughkeepsie, en el estado de Nueva York, son descubiertas cientos de cintas de vídeo que contienen torturas hasta la muerte de toda clase y a toda clase de personas. Estas cintas dan fe de la existencia de uno de los más terribles asesinos en serie de la historia norteamericana. Este documental intenta arrojar luz sobre quién fue y sobre por qué mataba y también sobre todo lo relacionado con su caso, su mundo y sus víctimas.
El norteamericano John Eric Dowdle está destacando en los últimos años como uno de los nuevos valores del cine de terror de su país, aunque lo cierto es que, en mi opinión, su carrera es irregular hasta ahora. No conozco nada de sus dos primeras películas, de corte independiente: "Full Moon Rising" y "The Dry Spell", ambas rodadas con muy pocos medios. Sí me parece espléndida la siguiente, la comentada "The Poughkeepsie Tapes", y en cambio me resulta un bodriazo inmenso el innecesario remake de la española "REC", llamado "Quarantine" (un vulgar calco). "La trampa del mal", su última creación, es distraída pero no aporta tampoco nada nuevo y resulta fallida en su conjunto.
De todas las películas del rollo "falso documental" de terror que nos han invadido en los últimos años (y lo que queda) una de las más notables en todos los aspectos me parece "The Poughkeepsie Tapes", la que lanzó a la fama a John Eric Dowdle. Partiendo de la premisa tan vista de siempre, el filme abandona la habitual apuesta por lo sobrenatural para centrarse en la reconstrucción de la carrera criminal de un asesino alternando vídeos de entrevistas con especialistas de toda clase de ámbitos, con víctimas supervivientes o familiares o amigos de otras víctimas; vídeos de reconstrucciones, imágenes de archivo y, con lo que es más importante y novedoso, con los propios vídeos que grabó el psicópata de turno, en los que tortura a sus víctimas física y psicológicamente hasta la muerte, y que fueron encontrados en una casa abandonada de la ciudad de Poughkeepsie. Con agilidad y sin caer en ridículos, "The Poughkeepsie Tapes" reflexiona por medio de los hechos que narra sobre la violencia en general, sobre el morbo, sobre métodos para cazar y descubrir a criminales, sobre la pena de muerte (muy acertado y verdaderamente interesante reflexionar sobre este asunto en un filme de psicópatas) y sobre el Síndrome de Estocolmo que pueden padecer algunas víctimas de actos sádicos.
John Eric Dowdle huye de lo gratuito para presentar un documental muy serio, muy adulto, muy morboso también pero con una voluntad como he señalado reflexiva. Esto no quita que el filme funcione, además, como obra de terror: los vídeos recuperados de su protagonista ponen los pelos de punta, y no se cortan en nada: sadismo y crueldad sin límites, maltratos y humillaciones de toda clase e, incluso, escenas en las que aparecen niños pequeños y que logran aumentar la veracidad y la polémica del asunto que trata, que desemboca en un tema que termina enlazando todo el conjunto; la impunidad con la que algunos malvados escapan de la Ley para siempre. "The Poughkeepsie Tapes" fue estrenada hace ya más de cinco años, en abril de 2007, y, nadie se explica el porqué, la MGM, su distribuidora, la mantiene sin estrenar en las salas todavía (se anunció un posible primer gran pase en 2009, pero ha quedado en el tintero). El caso es que hoy en día gracias a Santa Internet todo esto no importa, y se puede disfrutar de esta verdaderamente fresca propuesta de cine de terror.
Me he saturado de este tipo de cintas y, la verdad es que no la he dado pie. Buscaremos un hueco.
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