EL SUR de Víctor Erice - 1983 - ("El sur")

1957. La pequeña Estrella vive con sus padres en "La Gaviota", una casa de campo de las afueras de una pequeña ciudad del norte de España. Su vida es como la de cualquier niña de su edad; completamente normal. Sin embargo, conforme va creciendo, aflora el oscuro secreto de Agustín, su padre, un hombre misterioso y muy reservado autoexiliado del sur del país por una razón que pocos conocen... Un secreto que tiene que ver con una mujer de la que su madre no sabe nada y con lo que vivió durante la terrible Guerra Civil y los años posteriores.


Un asunto repetido hasta la saciedad en el cine español contemporáneo es el del niño o la niña que descubre la dura realidad del mundo adulto; asunto que se repite también bastante en las ya muy cansinas y por lo general poco interesantes cintas ambientadas en la Guerra Civil o en la dictadura de Franco (sin ir más lejos ahí está "Pa negre", del pasado 2010 -no la juzgo porque aún no la he visto-). Este asunto, sin embargo, es extremadamente dificil llevarlo a buen puerto sin caer en la ridiculez o en el sentimentalismo ñoño, y uno de los pocos que lo han logrado en sus películas ha sido Víctor Erice, primero con su debut, "El espíritu de la colmena", y luego con "El sur", película en la que una niña vuelve a descubrir el horror del mundo de la posguerra y el horror de la vida rota de un padre por el que siente gran admiración. Cargada de símbolos (aunque hay menos, pienso, que en la mencionada "El espíritu de la colmena", tal vez por estar ya rodada en la democracia), la segunda cinta de Erice vuelve a tocar los mismos asuntos que la primera: el horror de la guerra, la persecución o la marginación de los perdedores, la frustración social y vital de la vida de la España de la dictadura, el paso a la edad adulta, el primer encuentro de los jóvenes con la muerte, las relaciones paterno-filiales. El estilo es minimalista, delicado, lleno de sugerencias casi susurradas pero tremendamente irónicas e inteligentes e incisivas (genial esa conversación de Estrella y Milagros sobre la Guerra Civil), y los actores están magistrales, desde Omero Antonutti hasta Icíar Bollaín pasando por la pequeña entonces Sonsoles Aranguren (hacer un buen papel de niña siendo niña es muy difícil). La fotografía vuelve a ser esplendorosa (de José Luis Alcaine), y ensalza los paisajes de la España profunda (esta vez la del norte) con toda su hermosa frialdad y delicadeza y también los interiores. El desenlace, bellamente agridulce, es inolvidable, a pesar de la polémica que existe en torno a la forma en la que termina la película.


Al parecer, y no han quedado todavía las cosas claras, Elías Querejeta, el productor de la cinta (también lo fue de "El espíritu de la colmena"), dio por concluido el rodaje de la obra cuando, según Erice, sólo se había rodado su primera parte, las primeras 170 páginas de un guión de 395. El segundo segmento del filme, que transcurría en Sevilla, en "El Sur" al que su título hace referencia, nunca llegó a rodarse a pesar de que el director lo había previsto y a pesar incluso de que todo el equipo tenía billete para la ciudad andaluza, en la que se incorporarían a el Fernando Fernán Gómez, Irene Ríos y Emilio Serrano. Aunque se quedó inacabada según su creador y en una escasa hora y media cuando debía durar casi tres, "El Sur" fue una película de culto instantánea y su carrera comercial fue brillante. Sin embargo, Erice se manifestó muy desilusionado y rompió sus relaciones con Querejeta. Sólo dirigió una película más (hasta la fecha no hay ningún largometraje nuevo en su filmografía) nueve años después; el documental "El sol del membrillo".