Porco Rosso
viernes, 19 de agosto de 2011
STONED de Stephen Woolley - 2006 - ("Stoned")
En 1962 se fundó en Inglaterra una banda de rock que iba a hacer historia: The Rolling Stones, compuesta por el vocalista Mick Jagger, el guitarrista Keith Richards, el batería Charlie Watts, el bajista Bill Wyman y el guitarrista líder Brian Jones. Los cinco llegaron juntos a lo más alto: arrasaron en las listas de ventas, compitieron directamente con los Beatles, crearon pasiones, se hicieron ricos y revolucionaron la música para siempre. Sin embargo, no pudieron seguir juntos: Brian Jones, una de sus figuras clave, se enganchó a las drogas y al alcohol de sobremanera en plena cúspide del éxito, se encerró en su casa y dejó de ir a los ensayos o empezó a ir drogado y completamente inútil. Brian terminó hecho una piltrafa humana y una noche apareció muerto flotando en su piscina. Alguien vivió de cerca todo lo ocurrido: el jefe de los obreros que estaban restaurando su mansión…
“Stoned” es el irregular debut en el largometraje del veterano de la industria Stephen Woolley, productor de algunas de las películas más destacadas de los autores ingleses de los últimos tiempos (“En compañía de lobos”, “Entrevista con el vampiro”, “Mona Lisa”, “Michael Collins”, “24 hour party people”, “El fin del romance”, “El buen ladrón”…). Woolley, amante de la buena música, realiza en su ópera prima el biopic de una de las estrellas de los dorados sesenta más importantes de su tiempo, el ambiguo Brian Jones, fundador y primer líder de la mítica banda The Rolling Stones, músico multidisciplinar de talento incomparable y decisivo en el primer sonido del conjunto, figura que, tras su inesperada muerte, fue perdiendo importancia en la historia del grupo frente al insuperable carisma de Mick Jagger y Keith Richards. A los 27 años y después de una vida de abusos de todo tipo, Brian Jones apareció muerto en extrañas circunstancias flotando en su piscina, como les ocurrió de una forma u otra a otros genios de la música del momento (Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison…) y como más tarde pasaría con otros (la edad mítica corre desde Kurt Cobain a la recién fallecida Amy Winehouse). Como cualquier biopic, es “Stoned” una película recomendada casi únicamente a los fans del personaje cuya vida retrata o a los de la mítica banda inglesa en general. Quien no cumpla estos requisitos no encontrará mucho reseñable en la obra, que carecerá de bastante interés.
“Stoned” juega, para retratar los últimos días del Stone rubio, con la hipótesis cumplida a medias de que éste no murió por su propia mano, sino que fue el obrero que vivía con él el que lo mató accidentalmente después de una pelea (Woolley ha estado años recopilando información y testimonios sobre los últimos días del guitarrista). Brian (un excelente y realmente parecido Leo Gregory) y este obrero, llamado Frank (un también genial Paddy Cosidine), mantienen durante todo el filme una estrecha relación de amor y de odio que a ambos acaba perdiéndoles. Frank, hombre mediocre, tradicional y algo frustrado, tiene cierta envidia y a la vez admiración de Brian, de su talento, de su vida de exceso y de vicio y de su riqueza, y Brian se divierte humillándole. Sin embargo, el humillado también comienza a controlar la vida del músico y es testigo de su decadencia total, de su expulsión de los Rolling Stones y de su caída final, en la que tiene una participación muy importante. El resto de personajes relevantes son Anita Pallemberg, la pérfida amante de Brian, y Keith Richards, que compite con Brian por la posesión de la propia Anita, aunque ambos son amigos y parecen apreciarse mucho. Los otros Rollings también aparecen en la historia, pero en papeles muy cortos y, algunos como el bajista Bill Wyman, en papeles casi inexistentes. Hay que elogiar que, como Leo Gregory a Brian, los actores que interpretan a los otros músicos de la banda son casi idénticos a ellos en aquellos tiempos. Un trabajo de selección y caracterización muy apreciable. “Stoned” se tambalea entre buenos momentos y otros realmente tópicos y simples. Al personaje de Jones le falta entidad, personalidad: sólo apreciamos pequeños pedazos de su vida pasada antes de la fama (sólo los más escabrosos) y su idiosincracia queda a la mitad, colgando e inacabada. Tampoco se dice demasiado del obrero Frank, ni de los demás Stones (Keith Richards jugó un papel muy importante en la vida de Brian, sobre todo en su relación amorosa con Anita). Junto a buenas escenas de tensión y de gran intensidad emocional (especialmente las que muestran al Brian más apasionado por la experimentación musical) encontramos otras que no pasan de lo de siempre: drogas y drogas y sexo y sexo y alcohol y alcohol, montadas además de forma previsible y tópica cimientadas en un efectismo videoclipero que por momentos cansa. Cierto es que en la vida de un rockero de la época las drogas y el sexo eran elementos clave, pero no todo eran excesos, y “Stoned” les da demasiada importancia, cayendo en lo previsible. Una película de altibajos que interesará a pesar de todo a los fans de esta banda incomparable.
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