Porco Rosso

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viernes, 29 de julio de 2011

BIENVENIDOS A BELLEVILLE de Sylvain Chomet - 2003 - ("Las Triplettes de Belleville")


El pequeño Champion vive en el campo con su abuela y con su perro Bruno entrenándose sin cesar para cumplir su sueño: ser un gran ciclista. Años después participa en el Tour de Francia como una de sus grandes y jóvenes promesas. Sin embargo, es secuestrado por dos siniestros mafiosos con propósitos aún más siniestros. Su abuela y Bruno viajan a la lejana Belleville para rescatarlo… Allí, tres viejas divas de la canción les van a ayudar: Las Trillizas de Belleville. Que tiemble la mafia.


El también autor de comics Sylvain Chomet es uno de los animadores franceses en alza de los últimos años, abanderado total de las artes clásicas a la hora de dar vida a dibujos para las pantallas. Dibujante, guionista y director, tiene una todavía pequeña obra artística para la pantalla en la que destacan, entre cortos y largometrajes, “Ca va, ca va”, “Le champion”, “Le Vieille Dame et les Pigeons”, “Leon La Came”, “Bienvenidos a Belleville” y "El ilusionista". Su estilo, tan lírico como retorcido, tan barroco en lo visual como simple en lo argumental, bebe del cine mudo, de la comedia francesa clásica (especialmente de la del genial Jacques Tati), del cine negro, de la caricatura, del vodevil, del impresionismo y del surrealismo. Su cortísima y espaciada carrera apunta ya maneras: sus dos largometrajes hasta la fecha son dos incomparables obras maestras.


“Bienvenidos a Belleville” es una de las películas de animación más sorprendentes que últimamente hemos podido disfrutar en las salas, al igual que lo es la siguiente obra de su autor, "El ilusionista". Combinando la animación tradicional con unos pocos efectos especiales generados por ordenador (muy pocos y usados con comedimiento), Chomet nos abre las puertas de un fantástico mundo de paisajes oníricos y seres extraños en el que confluyen de la manera más desprejuiciada influencias estéticas y narrativas de todo tipo: el comic, el expresionismo, el estilo gótico más retorcido, el guiñol, el cine negro, el cine mudo, el slapstick, la “comedia de planos generales” estilo Jacques Tati (al que está dedicado el filme), el surrealismo… La historia que en la cinta se narra es la más sencilla del mundo: una mafia de Belleville secuestra a un gran ciclista francés para que corra en carreras ilegales y su abuela, su perro y unas viejas divas de la canción llamadas Las Trillizas de Belleville (nombre real del filme) acuden a su rescate. De muy corta duración (apenas una hora y cuarto), “Bienvenidos a Belleville” es una obra prácticamente muda en la que los personajes se definen por sus actuaciones directas en un mundo de delirante costumbrismo absurdo en el que se cazan ranas para comer con bombas de mano o en el que una aspiradora es una perfecta máquina para tonificar los músculos. Con un ritmo pausado incluso en las propias escenas de acción, la deliciosa trama se va desenvolviendo hasta terminar en una apoteósica persecución que concluye en un simple pero efectivo ejercicio de metacine. Los personajes son inolvidables y originalísimos: desde la anciana abuela del protagonista (anciana de armas tomar) hasta su orondo perro pasando por las entrañables y desternillantes Trillizas, por el narigudo secuestrado o por los siniestros mafiosos, cada cual con una forma más original y oscura. Los escenarios, alucinógenos y deformados, son una delicia para los ojos, así como el color que todo transpira y la delicada y primorosa animación.


“Bienvenidos a Belleville” se inscribe claramente en la línea de las películas de dibujos animados para adultos, ya que, junto a su evocador argumento, exhibe también algunas escenas de violencia y muestra algunos personajes verdaderamente terroríficos (el asesino que parece una calavera viviente, por ejemplo). Por otro lado, su retrato de Belleville (alegoría de los Estados Unidos) consiste en una divertidísima sátira de esta cultura, en donde la Ley la diseñan los que tienen dinero o en donde la obesidad más hiperbólica devora a la población. Las referencias culturales son también constantes: carteles de películas del mencionado Jacques Tati, actuaciones de la sexy Josephine Baker o de Fred Astaire, guiños constantes a los lugares comunes del cine y la novela negra… “Bienvenidos a Belleville”, que compitió en los Oscars con “Hermano Oso” y “Buscando a Nemo”, es una película de animación inolvidable, y más en nuestros días de tontos productos en 3D que utilizan la misma fórmula sin cesar.

2 comentarios:

  1. MA RA VI LLO SA. Paul.

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  2. Esta película es sencillamente fantástica! Y lo mejor de todo es que es universal porque sin necesidad de diálogos, trasmite mucho más que otras en donde los personajes no paran de hablar!
    Una gran sorpresa!

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