Porco Rosso

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lunes, 1 de agosto de 2011

EL SUBMARINO de Wolfgang Petersen - 1981 - ("Das Boot")


Segunda Guerra Mundial. El capitán alemán Henrich Lehmann-Willenbrock dirige un submarino U96 en una misión por el Océano Atlántico Norte. A su cargo está una tripulación muy joven en su gran mayoría y sedienta de gloria y de aventuras. Sus objetivos: perseguir y eliminar naves aliadas. Un infierno está a punto de caer sobre todos ellos, el infierno del desamparo y de la lucha a muerte en alta mar que les va a demostrar que la guerra no es en absoluto algo maravilloso.


El alemán Wolfgang Petersen, afincado laboralmente en Hollywood, fue uno de los más prometedores directores de esta industria durante la década de los ochenta y los primeros años de la de los noventa. Su estilo es de raíz clásica y, siempre orientado a las salas comerciales, logra combinar a la perfección la referida comercialidad con la calidad artística, aunque es cierto también que en ocasiones le falta una personalidad más marcada (por lo que algunos no le consideran un autor). Artesano más que solvente, trabaja a menudo con grandes presupuestos, los cuales sabe exprimir al máximo. Su cine, cargado de acción a veces frenética y de efectos especiales (que no suelen ser los protagonistas absolutos de la trama), posee una notable aura épica, mientras que sus personajes transmiten valores humanistas aunque, en ocasiones, también tontamente patrioteros. Cineasta todoterreno, ha incursionado en un gran número de géneros. Aunque, como he comentado, su carrera fue muy destacada en sus inicios, actualmente ha caído en una triste mediocridad generalizada. Se inició rodando telefilmes para la televisión de su país, en la que trabajó con Nastassja Kinski. Sus primeras películas (muchas para tv y hoy muy difíciles de conseguir, por lo menos fuera de Alemania) se acercaban al drama de tendencia social: “La consecuencia”, “Planubung”, “El jugador de ajedrez” y “Sólo por tu amor”. Su gran “debut” vino con el drama bélico “El submarino”, su mejor película hasta la fecha sin ninguna duda. Llegaron después la fallida y terrible película fantástica “La historia interminable” (un tropezón en su carrera inicial), la destacada película de ciencia ficción “Enemigo mío”, los thrillers “La noche de los cristales rotos” y “En la línea de fuego” y el filme catastrofista “Estallido”. Su filmografía se sume definitivamente en lo mediocre con la horripilante patriotada de acción “Air Force One”, tras la que no se recupera con el drama “La tormenta perfecta”, el filme épico “Troya” y el nuevo catastrofista “Poseidón” (bastante irregulares las tres).


“El submarino” es uno de los grandes dramas bélicos de la historia del cine, drama ambientado en la Segunda Guerra Mundial que narra las aventuras y las desventuras de la tripulación de un U96 alemán que recorre el Océano Atlántico en busca de naves aliadas y que se bate en duelo contra algunas de sus grandes enemigos, los ingleses. La película se mueve constantemente entre la acción frenética de las persecuciones y la terrorífica y casi insoportable quietud de los combates en las profundidades. Wolfgang Petersen lo articula todo con un pulso y un ritmo magistral logrando que el filme, de más de tres horas en su versión larga (tres horas y veintitantos minutos concretamente) resulte no sólo agilísimo e interesante en todo momento, sino además divertido. “El submarino” se centra en el pequeño mundo que late en el interior de la máquina que le da nombre: un mundo minúsculo que Petersen retrata a la perfección; se puede sentir el calor, el sudor, el olor de los cuerpos o de la comida podrida, el moho… Contiene este filme algunas de las escenas más claustrofóbicas vistas las últimas décadas. Inolvidables resultan los mencionados combates, las escenas en las que la tripulación enloquece y la cercana al desenlace (unos minutos verdaderamente aterradores) en la que el submarino se hunde en las profundidades sin una aparente posibilidad de volver a emerger. La banda sonora termina de modelar el ambiente: lúgubre y conformada (especialmente en los interiores) por extraños sonidos marítimos y metálicos. Queda mencionar el reparto, también genial, en el que destaca un soberbio Jürgen Prochnow dando vida a un capitán severo pero de fondo noble y bondadoso. El mensaje del filme se centra en mostrar los horrores de la guerra (queda bien claro en su desenlace) y en presentar unos personajes humanizados y alejados de los habituales nazis malévolos y violentos de otras películas. “El submarino” supuso todo un hito para el cine alemán de su tiempo: fue un filme carísimo que lanzó a la fama fuera de Alemania a Prochnow y que recibió seis nominaciones a los Oscars siendo extranjera. Obra maestra imprescindible.

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