Porco Rosso

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sábado, 5 de enero de 2019

SÓLO DIOS PERDONA de Nicolas Winding Refn - 2013 - ("Only God forgives")


Julian es un joven estadounidense perseguido por la justicia que vive exiliado en Bangkok, en donde dirige un club de boxeo tailandés que es en realidad su tapadera para el tráfico de drogas. Cuando su hermano Billy, un hombre brutal, aparece asesinado, Crystal, la madre de ambos, llega desde los USA para exigir a Julian la cabeza de los autores del crimen. Mientras, a la vez, el agente retirado Chang, muy respetado por sus viejos compañeros, empieza a investigar el caso... Y a castigar con métodos terribles a los mafiosos uno por uno.


Después de "Drive", Nicolas Winding Refn vuelve a producciones más independientes (ahora a dinero francés) para volver a regalar otra de sus habituales películas simbólicas: "Sólo Dios perdona". Sustentada una vez más en el thriller, su género predilecto, narra una historia de mafias, de venganzas y de personajes emocionalmente destrozados y al límites protagonizada, de nuevo, por un comedido Ryan Gosling, que no decepciona una vez más (aunque le acusen de cara de palo, el actor ha demostrado en mil ocasiones que tiene un amplio registro y que se adecua a la perfección a todos ellos). Pero, sobre todo, brilla aquí una absolutamente impresionante Kristin Scott Thomas, que da vida a un personaje tan humano como monstruoso, tan brutal como creíble, tan oscuro como a la vez luminoso. Ella es la sensación total de la película, que, como suele gustar al director danés, es un puro simbolismo. Porque tras la trama de mafias, se esconden alegorías y metáforas por doquier y un desenlace bastante críptico. Si vienen a ver a Winding Refn, saben lo que toca muchas veces. Con "Sólo Dios perdona" me pasa lo que me pasa en parte con "Walhalla Rising": tal vez estoy excusando, solamente por su estética y por su gran capacidad para sugerir, a la película completa. Creo también que los mencionados símbolos son aquí más "claros", más "diáfanos". Creo que el policía puede ser interpretado como Dios (algo que es fácil de ver, pienso), pero también como la justicia que persigue al protagonista y a su mundo criminal. Creo, también, que la relación con su madre es el asunto central del filme, y que llega casi hasta una suerte de Complejo de Edipo.


En conjunto, cada persona interpretará esta película de una forma distinta, pero yo creo que esencialmente se habla de las relaciones entre madres e hijos y, alrededor de este tema central, pivota el de la justicia y la injusticia, el del perdón de los pecados y el de la redención. También está, pienso, el de la incapacidad emocional para hacer frente a una vida de continuas frustraciones en este campo, con una familia destrozada y con un sentido moral deformado por la vida en el mundo de la criminalidad. La estética hace grande al filme y lo salva en gran parte: es preciosa, pero absolutamente preciosa. Recuerda al cine oriental minimalista más exigente, pero también a un videojuego de los años noventa. Y el estilo en el que está rodado es soberbio, y escenas como las del combate son inolvidables. "Sólo Dios perdona" no gustará a todo el mundo, pero es una experiencia que merece la pena vivir para estudiar qué sugiere a cada persona.


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