Porco Rosso
lunes, 26 de noviembre de 2018
FARGO de Noah Hawley - De 2014 a 2017 - ("Fargo")
-Año 2006. Lester Nygaard es un apocado vendedor de seguros de la pequeña ciudad de Bemidji, en Minnesota, que es visto como el pringado del lugar y que todavía es ridiculizado y acosado por Sam Hess, el matón de su instituto. Un día, conoce a un extraño y misterioso hombre... Y algo monstruoso empieza a ocurrir.
-1979. Lou Solverson, un joven policía de Fargo, investiga junto a su suegro, el sheriff Hank Larsson, un triple homicidio ocurrido en un restaurante local. Pronto, se abre ante ellos una terrible trama de muerte conectada con un grupo de familias mafiosas de la zona.
-Año 2010. Emmit y Ray son dos hermanos muy diferentes. El primero es un apuesto hombre de negocios que ha triunfado en la vida y el segundo es un agente de la condicional acabado que hace chanchullos con los presos. Entre ellos, la rivalidad y el rencor es algo habitual. Un día, algo ocurre... Algo que les mete en un lío gigantesco a ambos.
El norteamericano Noah Hawley es, además de escritor y guionista, el creador de varias series de éxito y de muy variada temática. Son el thriller "The Unusuals", la comedia dramática "My Generation", la serie de superhéroes "Legion" y la comentada "Fargo".
"Fargo" es una serie ambientada en el universo de la película del mismo nombre de los hermanos Coen. Idea genial porque este universo, como se ha demostrado, ya era apasionante en el filme de los años noventa y ha sido capaz de dar hasta ahora tres temporadas de historias rocambolescas (y una cuarta viene en camino para el año que viene). "Fargo" narra, como su antecesora de 1996, vidas delirantes que tienen lugar en el estado de Minnesota, donde nacieron los mismos hermanos Coen, y en estados cercanos norteños. Pueblos de paletos cubiertos por la nieve, américa profunda oscura e hipócrita y fatalismo patético unido a un certero y brutal retrato social se dan la mano en esta extensión de la franquicia cuyo espíritu Noah Hawley ha sabido captar sin problemas, con una facilidad pasmosa. Al igual que, por ejemplo, "True Detective", "Fargo" funciona basándose en temporadas independientes, aunque en este caso están enlazadas por algunos personajes y por las mismas poblaciones. Salta en el espacio y en el tiempo pero en todas ellas se retrata ese mundo de criminales y familias palurdas, de policías corruptos y de personas que siembran la diferencia, donde además se pone a parir a la sociedad del Sueño Americano con sus falsedades, su loca búsqueda del dinero y el prestigio, su capitalismo agresivo. Las tres temporadas que tenemos hasta ahora son una delicia, aunque la tercera me ha resultado algo más floja.
La primera de ellas es ya un desternillante escupitajo. La historia base les sonará: un apocado vendedor de seguros, un auténtico pringado conocido en su pueblo por ser un perdedor total, se mete en un lío en el que hay dinero sucio y personas misteriosas. Sí, es puro hermanos Coen, es "Puro Fargo". Es la temporada que mejor pilla la esencia de la película y la clava. Thriller escrupuloso, humor negro a raudales, mala leche brutal, intriga atrapante en una despiadada fábula moral moderna y unos personajes totalmente patéticos o terroríficos que además están interpretados por un elenco absolutamente inolvidable (Martin Freeman y Billy Bob Thornton están de jodida matrícula de honor). Y la sociedad americana desnudada y exhibida con una crueldad sin par. Parece, de verdad, que Hawley tiene una mente telepática conectada a la de los hermanos Joel e Ethan. La serie empieza de una forma inmejorable, y ya nos cautiva. Muchos productos "noir" tendrían que aprender de esta primera parte de esta franquicia.
La segunda temporada le mete el turbo a lo turbio y a lo surrealista. Viajamos ahora a finales de los años setenta y conocemos a algunos de los personajes de la primera temporada en otros tiempos y a otros completamente nuevos que desde el primer momento se nos meten en el bolsillo. Se repiten las constantes, pero siempre con vueltas de tuerca novedosas. Ahora nos encontramos en una pelea entre clanes mafiosos con un matrimonio de paletos metido de por medio (impresionantes del todo Jesse Plemons y Kirsten Dunst) y la policía del lugar. Tenemos otro cuento moral, otra fábula, pero ahora el humor absurdo gana poder y se mezcla con un sentido del drama fatalista absolutamente épico. La familia clásica americana es puesta patas arriba, y el mundo mafioso es una alegoría del empresarial y de sus corruptelas y sus mierdas ocultas bajo las alfombras. Es también este segmento el que tiene las mejores escenas de acción (algunas ponen verdaderamente los pelos de punta) y su desenlace es un prodigio de la lucidez, de la sorpresa sin efectismos, de la concisión inteligente a la hora de desarrollar una idea. Absolutamente fascinante y cautivadora.
La tercera y última temporada hasta la fecha vuelve a la edad contemporánea y es la que me ha parecido más floja, a pesar de que tiene un reparto de ensueño, con un Ewan McGregor haciendo un papel doble fantástico, con una Mary Elizabeth Winstead que se come la pantalla desde el segundo primero y, sobre todo, con un David Thewlis que te mete el miedo en la piel nada más mirarte a través del televisor. La intriga, sin embargo, me parece más habitual y, sin ser mala, es más predecible y repite más los patrones de las otras dos. Tiene momentos geniales igualmente, y sorpresas agradables, y sigue ahí ese mensaje descorazonador que despelleja a los sueños paletos de los USA, pero también creo que se centra más en los tópicos del cine negro más típico y su humor negro y absurdo, si bien está presente, es menos efectivo. Puede que haya dado una cierta muestra de agotamiento la serie, aunque a pesar de todo la temporada se ve muy bien y está a buen nivel.
Para algún momento del próximo año está planeado que llegue la cuarta de las temporadas, y solamente está confirmado como actor Chris Rock y, al parecer, estará ambientada en los años cincuenta, otra década que da mucho juego para retratar la historia y la idiosincracia norteamericanas. La espero con ansia. No dejen de ver "Fargo": son tres temporadas excelentes, especialmente las dos primeras, y que se devoran con alegría y humor y horror de los buenos. Cine negro de calidad, del imprescindible, y una gran fidelidad a los preceptos de la también inolvidable "película madre" de los hermanos Coen. "Fargo" es "noir" de matrícula de honor, personal e intransferible, divertidísimo y estremecedor.
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