Porco Rosso

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lunes, 6 de agosto de 2018

SUEÑO Y SILENCIO de Jaime Rosales - 2012 - ("Sueño y silencio")


Oriol y Yolanda son una pareja de españoles que vive en París con sus dos hijas pequeñas. Él es arquitecto y ella es profesora. Conforman una familia feliz. Durante unas vacaciones, viajan a su país natal para disfrutar de la naturaleza y del tiempo libre en el Delta del Ebro. Algo terrible e inesperado va a cambiar radicalmente sus vidas...


"Sueño y silencio", estrenada de forma muy limitada en unas pocas salas de ciudades como Madrid y poco más, es una de las películas más arriesgadas de Jaime Rosales (como si no lo hubiesen sido las anteriores lo digo) y una de las que menos repercusión ha tenido (injustamente). Fue rodada con pocos medios, en un blanco y negro crudo y violento y con actores no profesionales que no conocían ni la trama general ni el guión detallado y que, conforme se construían las escenas, eran informados de lo que ocurría (y además, se rodaba todo a golpe de toma única y sin diálogos previamente preparados). Este filme es áspero, desagradable por momentos, y muy, muy duro. Bucea en la depresión de una familia que se enfrenta a la muerte en circunstancias desagradables. Bucea en el día a día sin sentido cuando falta lo que una persona más quiere en su vida, en la cotidianeidad más terrible y monstruosa del vacío, de los proyectos rotos de golpe, de la falta total de futuro. El ritmo es lento, pausado, a veces conscientemente exasperante, de pura molicie. Las sensaciones son perfectas en todo su terror. "Sueño y silencio" es un paso más, otro, en la constante inquietud de Rosales, este cineasta incombustible, por experimentar sin cesar con las miles de formas que existen de retratar la realidad con imágenes. Es una de sus obras menos conocidas y menos apreciadas (las críticas fueron solamente regulares), pero es arriesgada, sugestiva, y no deja indiferente a nadie. Entiendo que no todos van a disfrutarla, pero si se busca una experiencia diferente, dará por lo menos de qué hablar. Yo la recomiendo, desde luego.


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