Porco Rosso

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martes, 12 de junio de 2018

CHE: GUERRILLA de Steven Soderbergh - 2008 - ("Che: Guerrilla")


Tras el éxito de la Revolución Cubana, y tras haber pasado unos años en el gobierno de la isla junto a Fidel Castro, el Ché Guevara decide partir a otros países a extender la marea revolucionaria y, tras una campaña totalmente desastrosa y fracasada en el Congo, vuelve a Sudamérica y se instala en Bolivia, nación central desde la que cree más fácil expandir sus ideas por el resto del continente. Sin embargo, esta campaña tampoco comienza nada bien: este país es mucho más grande que Cuba, su naturaleza agreste es mucho más inhóspita y tiene muchos menos apoyos entre la población y entre los grupos disidentes. Todo se complica cada vez más para su gran empresa y empieza a sufrir nuevas derrotas, una tras otra, mientras la vida en las montañas se vuelve insoportable y cunde la desorganización y la falta de medios.


"Che: Guerrilla", la segunda parte de "Che: El Argentino" estrenada en el mismo año 2008, tiene exactamente el mismo problema que su antecesora: la falta de alma y de compromiso. En realidad hablamos de una película que quedo al parecer con un metraje de más de cuatro horas y que fue dividida en dos por Steven Soderbergh, así que las fisuras son las mínimas para todo, para lo bueno y para lo malo. Representación histórica de diez, interpretación de Benicio del Toro como el Ché de diez, y todo rodado con el mimo de siempre del director. Sin embargo, el filme es otra vez una especie de documental-ficcionado, sin crítica, sin lecturas: todo expuesto y rodado y punto. Ni molesta ni revuelve. No sugiere nada. Muestra una colección de hechos que conformaron la última campaña del mítico y controvertido revolucionario argentino y ya está. Aquí, además, el filme pierde para colmo el ritmo. Y es una pena, puesto que éste es el que narra las desventuras del Ché en Bolivia, la parte menos conocida (comparada con la cubana por lo menos) de sus batallas, a pesar de que fue aquí donde murió y a pesar de que su muerte extraña sigue suscitando debates hoy en día. Soderbergh se va por las ramas, alarga la trama innecesariamente, y lo que es peor, no lo hace aportando aunque sea un poquito más de alma al personaje, cuyo distanciamiento del espectador continúa hasta el final. "Che: Guerrilla" llega a tener momentos soporíferos por ello. Sin terminar siendo un filme horroroso, ojo, pero es que tampoco es nada bueno. El díptico de Steven Soderbergh sobre este personaje, amado y odiado, con partes luminosas y oscuras, es muy decepcionante, por desgracia. Un repaso con la cámara a una cronología histórica sin aportar absolutamente nada y sin mojarse tampoco en nada lo hace cualquier director de tres al cuarto sin problemas.


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