Porco Rosso

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miércoles, 20 de junio de 2018

A 47 METROS de Johannes Roberts - 2017 - ("47 Meters Down")


Lisa y Kate son dos hermanas que se van de vacaciones a las playas de México. Lisa las necesita: acaba de romper con su novio y está destrozada y pasando por una terrible crisis. Una noche de juerga, conocen a unos chicos que les proponen ir a bucear a alta mar para ver a los tiburones desde el interior de una jaula. Las dos aceptan. Ellos les dicen que la seguridad es máxima y que el negocio es profesional. Algo inesperado, sin embargo, ocurre cuando las dos descienden al fondo marino...


De Johannes Roberts ya había tenido la desgracia de ver el truño de "El otro lado de la puerta", y ahora he visto "A 47 metros", estreno veraniego del año pasado, y no decepciona: es otra bazofia. La idea bien explotada no habría estado mal: dos turistas atrapadas en una jaula en el mar con tiburones a su alrededor. Bien explotada, claro, porque esto es una infamia. Los personajes son una tontería, pero bueno: es una película de terror y son carnaza. Vale. Los diálogos son vergonzosos. Ok, no son lo más importante aquí. Pero leches, es que el resto es lamentable. Los tiburones, cuando se quieren comer a las protagonistas, son estúpidos y parece que están haciendo la digestión de una mariscada en un mes de agosto: no dan ni una. Es que se lanzan contra ellas con pesadez, abren las fauces y no aciertan. ¡Unos tiburones! Eso sí, cuando baja a ayudar a las chicas un buceador experto, entonces los escualos son ninjas: se teletransportan, literalmente, y no dejan ni un hueso. Así no se hacen las cosas. Esto es ridículo. Y claro, llega la falta de interés y el aburrimiento total. "A 47 metros" es, además de ridícula y tonta, demasiado larga para lo que cuenta. Y ojo, que estamos hablando de solamente ochenta minutos y pico. Pero es que no da, simplemente. Así, tenemos veinte minutos de juergas y ocio vacacional cotidiano de relleno de las dos chicas que nos importa una mierda y luego una hora de lucha absurda contra unos tiburones nada creíbles y de conversaciones que también nos importan un pepino (las hermanas se echan en cara cosas del pasado cuando están a punto de morir devoradas... No hay otro momento. Ole). Por cierto, las actuaciones son también muy cutres, aunque con lo que hay que interpretar, es lo que se puede dar. Desastrosa y disparatada película de terror y supervivencia. Infumable.


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