Porco Rosso

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jueves, 8 de marzo de 2018

TODO EL DINERO DEL MUNDO de Ridley Scott - 2017 - ("All the Money in the World")


1973. El joven John Paul Getty III, uno de los nietos de Jean Paul Getty, célebre por ser el hombre más rico del mundo, es secuestrado en Roma y sus misteriosos captores piden por su libertad un cuantioso rescate. Gail Harris, la madre del chico, recurre a su abuelo. Pero éste, delante de los medios de comunicación, anuncia que no piensa pagar ni un dólar porque tiene catorce nietos y no quiere sentar un precedente. Un terrible infierno empieza para John Paul y para Gail.


Ridley Scott es una montaña rusa. Películas buenas, obras maestras ocasionales (espaciadas, pero tiene algunas más allá de las eternas "Alien" y "Blade Runner") y bodrios inexplicables se conjugan en su filmografía constantemente, casi desde que empezó a dirigir. El pasado año, tocó una decepcionante, "Alien: Coventant", y una bastante mejor, "Todo el dinero del mundo", que aún siendo una producción de dicho 2017 se ha estrenado el pasado mes de febrero. Basada en hechos reales, narra el secuestro en 1973 del joven John Paul Getty III, uno de los nietos del que entonces era el considerado hombre más rico del mundo, Jean Paul Getty, un magnate del petróleo y del arte que se negó a pagar nada por su rescate (una cantidad nimia para lo que era su interminable fortuna) aludiendo que tenía catorce nietos y que esto sentaría un precedente para que la historia se repitiese. Ridley Scott destapa sus mejores esencias y nos regala un thriller con garra, con ritmo (a pesar de su larga duración), con interés de principio a fin y, lo que es mejor, sin concesiones a la hora de retratar cualquier momento por brutal o sórdido que sea. Todo está clavado: desde la estética cuadrada para que recuerde a la década en la que todo se ambienta hasta los personajes, muy bien representados y con muchos claroscuros (se huye de todo retrato maniqueo posible) y muy bien interpretados, especialmente por Michelle Williams y Christopher Plummer (que sustituyó a Kevin Spacey tras su bien conocido escándalo), pasando por los buenos diálogos. Algún fallo tiene, aún así, como un personaje de Mark Whalberg bastante desdibujado y que pierde mucha fuerza cuando prometía lo contrario o una duración algo excesiva para lo que se cuenta. Pero en general, es una película más que notable, que recupera lo mejor de lo que es capaz Scott y que, sobre todo, es especialmente interesante en una cosa: en el retrato implacable, brutal, delirante, cruel y tremendista casi de la avaricia humana.


Que el hombre más rico del mundo sea incapaz de desprenderse de un solo dólar es de manicomio, pero fue algo tristemente cierto. La avaricia en el mundo capitalista no conoce límites, y algunas de esas personas millonarias "hechas a sí mismas" que tanto se adoran sus ombligos llegan a ser casos dignos de estudio en un mundo que sólo conoce la competencia y el triunfo a toda costa. Aquí, la película es donde gana los enteros que terminan de redondearla, unido esto a otros asuntos también muy bien expuestos como el las ideologías políticas radicales que terminan cayendo presas del influjo irresistible del dinero. Parece increíble que existan personas tan despreciables, y lo peor es que, en realidad, si lo pensamos bien, no nos extraña nada. Excelente Plummer, repito, que clava a este monstruo de la humanidad con unos medios muy ajustados y por ello con un doble mérito (tuvo que enfrentarse al papel de golpe tras la expulsión de Spacey e interpretarlo a toda leche para llegar a tiempo). "Todo el dinero del mundo" es otra de las obras destacadas de este director que es capaz de lo mejor, de lo regular y de lo maldito peor. No tiene término medio.


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