Colombia. Principios de los años ochenta. La periodista y presentadora Virginia Vallejo, una de las más famosas y cotizadas del país, conoce al rico y poderoso narcotraficante Pablo Escobar y comienza una relación amorosa con él. Poco a poco, empieza a descubrir cómo es realmente este peligroso hombre que, mientras vive del negocio de las drogas y la muerte, construye viviendas para los pobres y trata de meter cabeza en la alta política colombiana... La vida de Virginia está a punto de transformarse en un monstruoso infierno.
En los últimos años, Fernando León de Aranoa ha cambio ligeramente de registro y ha incursionado más allá del drama social, su género más habitual y predilecto, en películas como "Un día perfecto" o en documentales como el interesante "Política, manual de instrucciones". Su última obra, esta "Loving Pablo", es un retrato más (otro más) del mafioso histórico de moda, el colombiano Pablo Escobar, que se suma a la famosa serie "Narcos", todavía en emisión, y a "Escobar. Paraíso Perdido", de 2014. Ahora, quien interpreta a este hombre terrible es Javier Bardem, y Penélope Cruz hace lo propio con Virginia Vallejo, la periodista y presentadora de televisión que fue su amante durante un tiempo y que publicó el libro "Amando a Pablo, odiando a Escobar", en el que se basa la película. Ciertamente, Pablo Escobar se nos está repitiendo un poco, pero la verdad es que este filme sabe ofrecer otro punto de vista sobre su ya bastante trillada historia, a pesar de que nos la sabemos ya de memoria (y que además es la clásica historia de mafioso que sube como la espuma y que, bueno, ya se imaginan qué le ocurre en el culmen de su carrera criminal: esto es, valga la redundancia, Historia). Fernando León de Aranoa imprime un gran ritmo a su trama, despliega con coherencia toda la información, sabe crear un gran drama sin efectismos más allá de los necesarios y retratar a unos personajes al límite y sabe sobre todo rodar una parábola de la adicción soberbia al poder más desmedido, el que termina creando semidioses modernos arbitrarios y sin sentimientos de ninguna clase pero con extrañas debilidades.
Javier Bardem está inmenso como Pablo Escobar. Otro de sus mejores papeles nos deja. Se ha transformado incluso, físicamente, para poder interpretar a este mafioso. Y Penélope Cruz también. Ambos entregan dos personajes repugnantes que, sin embargo, se nos meten en el bolsillo en segundos. Brillan sin parar, y tienen escenas conjuntas y en solitario para el recuerdo. "Loving Pablo" puede que sea más de lo mismo en muchos aspectos, y puede que venga algo lastrada por el empacho de Escobar que estamos teniendo últimamente, pero es una película muy buena que retrata magistralmente a los monstruos que surgen de un mundo depauperado, como la Colombia de los años ochenta y noventa, donde el dinero y el poder son lo único que tiene valor.
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