Porco Rosso

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sábado, 17 de febrero de 2018

G.I. JOE de Stephen Sommers - 2009 - ("G.I. Joe: The Rise of Cobra")


Duke y Ripcord son dos soldados estadounidenses que, en una misión para la OTAN, son emboscados por unos guerreros formidables que casi les matan y que buscan algo que ellos transportan... Por suerte, son salvados a tiempo por los G.I. Joe, un comando experto en la lucha contra el terrorismo que les desvela una siniestra trama... Alguien misterioso ha creado un arma de destrucción masiva que es capaz de devorar materiales como el metal y acabar con ciudades enteras, y sólo ellos pueden pararle los pies.


Junto con "Transformers", el otro gran juguete de la compañía Hasbro es "G.I. Joe", que desde hace décadas se ha prodigado en las televisiones con montones de series y productos derivados. Por supuesto, tiene también, aunque tardía, su correspondiente franquicia cinematográfica para vender muñequitos. Y por supuesto, y por desgracia, es igual de patética que la de los Autobots y los Decepticons de Michael Bay. Stephen Sommers, un director en general mediocre pero que de vez en cuando hace cositas tan apañadas como la primera parte de "La Momia", es el director encargado de llevar a la gran pantalla en 2009 la primera entrega de esta bochornosa saga. Todo es cutre, desastroso y disparatado. Están los buenos y los malos, y los buenos son muy buenos y los malos son muy malos. Hay acción estúpida, testosterona, músculos y culos y tetas, fanfarronería y patriotismo penco. Los personajes son para niños, los diálogos apestosos y la trama inexistente. Los actores no son malos a priori: de hecho, están ahí Channing Tatum, Sienna Miller, Joseph Gordon-Levitt, Ray Park o Christopher Eccleston. Da igual todo esto, porque no tienen nada que interpretar. Hay un musculitos con cara de tontaco, una tía buena con cara de "selfie", un secundario cómico infumable interpretado por Marlon Wayans desatado, dos villanos de pandereta que son malvados porque sí, un negro enorme con cara de cabreado que es invencible y un ninja negro y un ninja blanco que son el bueno y el malo respectivamente (para que los paletos de los pueblos de Kansas no se líen mucho). Y muchas escenas de luchas y persecuciones donde todo explota y en las que salen muchos muñequitos nuevos para vender con armas birriosas, armaduras idiotas y vehículos chorras. Ah, sí, y cameos de Dennis Quaid y Brendan Fraser totalmente acabados. Ah, sí, y una escena en la que los protagonistas caminan hacia la pantalla hombro con hombro a cámara lenta. Por cierto que esta cosa tuvo una segunda parte... Todavia peor. Y la tercera viene en camino. Mañana, "G.I. Joe: La Venganza". Abróchense los cinturones.


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