TIANA Y EL SAPO de John Musker y Ron Clements - 2009 - ("The Princess and The Frog")

Nueva Orleans. Años veinte. Tiana es una joven que trabaja como camarera y que, amante de la cocina, trata de ahorrar lo que puede para cumplir su sueño y el de su fallecido padre: montar su propio restaurante. A la ciudad llega el príncipe Naveen del país de Maldonia, un hombre mujeriego y amante del jazz... Y su vida acaba, por delirantes casualidades, unida a la de Tiana... Y a una terrible maldición.

Aunque la Disney dijo claramente que después de "Zafarrancho en el rancho", de 2004, no volvería a la animación tradicional, acabó volviendo a ella en 2009 con "Tiana y el Sapo". Y la cosa es que le sentó bien, porque aunque con "Bolt" había mejorado la calidad, desde el mismo 2004 el estudio no había parado de ofrecer increíbles mediocridades ("Descubriendo a los Robinson") y directas bazofias ("Chicken Little") estrenadas en un estilo 3D al que no terminaba de acostumbrarse a pesar del asesoramiento de John Lasseter. "Tiana y el Sapo", un proyecto sugerido por el mencionado Lasseter de hacer también animación en 2D de vez en cuando, contó como directores a John Musker y Ron Clements, autores de clásicos de la compañía de los exitosos años noventa como "La Sirenita", "Aladín" o "Hércules", y el estilo volvía a ser el de siempre: historia de amor basada en un cuento (aquí inspirada en dos: "La princesa rana" de E.D. Baker y "El príncipe rana" de los Hermanos Grimm), tópicos bien llevados, humor entrañable y autoparódico a veces, escenas de acción divertidas y números musicales. Contaba además la película con la primera "princesa Disney" negra, Tiana, lo cual se saldó a pesar de todo con una cierta polémica porque su nombre original era Maddy, que fue considerado por algunas asociaciones como un nombre estereotípico racista de esclavas negras. Y mostraba, en la línea habitual de las últimas décadas y polémicas que creo absurdas aparte, a una heroína más independiente y valiente. Aunque todo tiene una cierta sensación de "deja vu", y hay momentos y personajes que son verdaderos refritos de otros clásicos de Walt Disney, toda la película funciona bien: el dúo protagonista, el carismático villano, los secundarios, y también el humor, nunca cargante, y la bonita banda sonora que homenajea a la edad dorada del jazz de los años veinte. La animación es maravillosa, como siempre, y los escenarios, cargados de magia, retratan una Nueva Orleans llena de romanticismo y colorido que se queda grabada en la retina sin problemas. "Tiana y el Sapo", que además fue un gran éxito de taquilla, devolvió al estudio a la plena calidad después de una época de palos de ciego. Tras ella, cogió carrerilla con "Enredados". Recomendable retorno a las viejas tradiciones.