Porco Rosso

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lunes, 4 de diciembre de 2017

DELIRIOUS de Tom DiCillo - 2006 - ("Delirious")


Les es un fotógrafo especializado en famosos de Nueva York sin demasiada suerte que ansía encontrar la fotografía que le haga rico para siempre. Un día, conoce a Toby, un joven sin hogar que vaga por la ciudad tratando de formarse como actor. Entre ambos, surge la amistad y el primero trata de ayudar al segundo a desenvolverse en el cruel mundo de las celebridades. Entonces, a Toby la suerte se sonríe: K'Harma Leeds, una diva del pop, parece fijarse en él. Esto hace que los planes de Les cambien...


Hasta este momento, "Delirious" es el último largometraje narrativo que ha dirigido Tom DiCillo, y ha sido una película bastante premiada y que se llevó en el Festival de Cine de San Sebastián y en el HBO Comedy Film Festival exactamente el mismo galardón: al mejor director. Desde mi punto de vista, no es de las mejores creaciones de DiCillo, ni tampoco de las más originales, pero también hay que decir que una película menor de este autor suele estar por encima de la media. Su filmografía inicial es tan genial, con obras como "Johnny Suede", "Vivir rodando" o "Caja de luz de Luna" que esta obra o la anterior "Doble contratiempo" (que sí que puede que sea hasta ahora la cinta más floja de todas las suyas) se quedan muy colgadas en la irregularidad. "Delirious" es una sátira sobre el mundo de la fama y sus horrendos personajes, aunque lo cierto es que su tono es casi de cuento: es una sátira agridulce pero feliz, es irónica pero no es destructiva, se burla de las excentricidades de los personajes del mundo de las celebridades pero tampoco nos llega a despellejar sin piedad. En sus inicios, es más brutal, pero pierde esa brutalidad en favor de la fábula moral sobre el peso de la amistad. Es como si "La Hoguera de las Vanidades" se convirtiese de golpe y porrazo en una suerte de "Cuento de Navidad". Eso le da personalidad a la película, pero desde mi punto de vista también la lastra en parte, porque se promete una cosa que no se cumple y DiCillo, creo, tenía más capacidad para entregar algo verdaderamente cínico, especialmente porque él conoce de sobra el mundillo que está retratando como para dinamitarlo a base de bien. A mi, personalmente, el desenlace del filme me decepciona bastante y creo que adolece de un notable exceso de azúcar, a pesar de que no llegue a ser completamente típico y tópico. Todo esto, no quita que "Delirious" sea un buen filme. Tiene todas las marcas de la casa de su autor y, en especial, un trío de actores que están muy bien: Michael Pitt, Alison Lohman y sobre todo Steve Buscemi, que una vez más clava a su personaje con sus ojos melancólicos y su patetismo desvalido y entrañable. La sexta película del poco prolífico Tom DiCillo no es de sus mejores obras y  tiene fallos que podría haber solventado, pero como siempre es una buena película. Luego, dirigió un musical fascinante sobre The Doors.


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