Porco Rosso

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jueves, 26 de octubre de 2017

JCVD de Mabrouk El Mechri - 2008 - ("JCVD")


Hace tiempo que Jean-Claude Van Damme ha dejado de arrasar en las carteleras. El que fue una de las grandes estrellas del cine de acción de los ochenta y los noventa vive hoy relegado a producciones de segunda fila mientras, para colmo, tiene problemas familiares y cae poco a poco pero irremisiblemente en el olvido. Un día, cuando acude al banco en Bruselas, en su país natal, algo terrible le ocurre: la sucursal en la que se encuentra es atracada repentinamente. Y en el atraco, hasta los ladrones le reconocen. Pronto, todo el mundo sabe que él está allí. Y todo empieza a volverse delirante...


El francés de origen tunecino Mabrouk El Mechri ha dirigido hasta ahora el filme de boxeo "Virgil", la comedia "Stand Up!", la comentada "JCVD" y el thriller "La fría luz del día".


Yo viví los tiempos, en mi infancia y en mi adolescencia, en los que Jean-Claude Van Damme era una de las grandes estrellas del cine de acción de Hollywood. Los ochenta y gran parte de los noventa fueron décadas en las que arrasaba en las carteleras. Luego, sobre todo a partir de los años 1999 y 2000 más o menos, su fama se fue apagando y terminó, como otros tantos maestros de su género, relegado a producciones de segunda fila o incluso directas al mercado doméstico. En 2008, el actor y experto de las artes marciales belga volvió sin embargo por todo lo alto al cine en "JCVD", una película experimental del francés Mabrouk El Mechri en la que se parodiaba a si mismo. Hay que tener muy buen humor, mucha dignidad y muchas ganas de hacer algo diferente para grabar este tipo de filme cuando uno ha sido una gran estrella del cine de acción. Aquí, Van Damme se interpreta a sí mismo en una historia de metacine en la que, viendo su carrera caer en picado, a su familia alejarse de él y a la buena fama escapársele de las manos para siempre (cada día es visto más como una vieja gloria de capa caída dedicado a las producciones cutres y payasescas), se mete encima en un lío de narices cuando, yendo al banco en Bruselas, en su país natal, se ve de repente inmerso en un atraco. Todo es muy original, y el viejo actor de acción sabe darse vida con gracia, con carisma, y también con un patetismo impostado que funciona de verdad. Y oigan, es un buen actor dramático, o por lo menos aquí sí lo es, y es algo que hasta los críticos le reconocieron en su momento. Toda la escena del monólogo es absolutamente genial, y a mi hasta me pone los pelos de punta. Insisto: hay que tener mucha dignidad y mucho sentido del humor para reírse de uno mismo con las ganas que Jean-Claude Van Damme le echa. Otros como él, orgullosos, no se habrían prestado a esto. Mabrouk El Mechri dirige con ritmo, con fluidez, con gags más que notables, esta aventura sobre cine dentro del cine con cierto aire de documental (la voy a catalogar en esta etiqueta porque también tiene desde luego esta inspiración) que no deja indiferente, que resulta divertidísima y que hace pensar sobre lo efímero del estrellato, sobre los demonios de la fama, sobre los heroísmos cotidianos y, en definitiva, sobre los problemas que todo ser humano tiene en momentos de crisis existencial, laboral, familiar o vital. "JCVD" es un experimento muy notable y muy original. Frescura sobre todo, y bien hecha. Muy recomendable.


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