Porco Rosso

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sábado, 13 de mayo de 2017

ALIEN: COVENANT de Ridley Scott - 2017 - ("Alien: Covenant")


La nave Covenant se dirige hacia un lejano planeta con el objetivo de que sus tripulantes establezcan en el lugar una colonia humana. Durante la travesía, sin embargo, un fallo despierta a parte de la tripulación y detectan una transmisión que parece ser humana en una estrella cercana que tiene características que la hacen perfectamente habitable. Los tripulantes del Covenant deciden dirigirse a este lugar... Y allí van a encontrar algo terrible.


Ha tardado cinco largos años, pero ya se ha estrenado la secuela de "Prometheus", "Alien: Covenant", de nuevo dirigida por Ridley Scott, que sigue profundizando en su saga estrella junto a "Blade Runner" y expandiendo y explicando su universo. Y, desgraciadamente, otra vez vuelve a hacer una película muy irregular que deja montones de cabos sueltos de nuevo y que hace más preguntas de las que contesta, amén de tener miles de lagunas de guión. Es una pena, porque "Alien" es una de las series cinematográficas más míticas de la historia, y sus hasta ahora dos precuelas están a un nivel bastante bajo. "Alien: Covenant" tiene logros fantásticos como la ambientación, que pone los pelos de punta, y como la fotografía y algunas escenas de acción visualmente geniales marca de la casa (porque Ridley Scott siempre ha sido un gran maestro de la estética hasta en sus películas más infames). El resto es pura irregularidad. Tenemos una expedición que aterriza en un planeta lejano donde encuentran algo. Y tenemos un guión lleno de agujeros, y un buen montón de hechos algo absurdos y mal explicados, y unos personajes que salvo dos o tres no dicen nada (incluida una nueva protagonista interpretada por Katherine Waterson sin carisma ninguno) y unos aliens que no dan el miedo que solían dar. Hay buenos detalles, como unas conversaciones algo pedantes pero en general acertadas sobre el origen de la vida y sobre la creación de la vida y sus implicaciones morales, y alguna escena aislada verdaderamente angustiosa y sangrienta. Pero nada más. Ni siquiera produce terror un filme que tendría que haber cuidado bastante este aspecto: los sustos son en su gran mayoría, y salvo un par, bastante flojitos. Ridley Scott, que es la irregularidad hecha persona, que lo mismo rueda una obra maestra que un bodriazo inexplicable y repentino, no sabe una vez más realizar algo coherente con el universo que él mismo creó, y la decepción vuelve a chafarnos sin piedad.


Es pecado mortal de esta sexta entrega de "Alien", pienso sobre todo, el no resolver casi nada de lo que se dejó en el aire en "Prometheus" (y lo poco que se cierra se cierra de forma apresurada y cutre) y, encima, liarse a poner nuevos enigmas que también se quedan sin resolver para la presumible siguiente entrega de la saga. De hecho, se nota muchísimo que, ante el escaso éxito de esta primera parte de 2012 mencionada y ante la deserción de algunos de sus principales actores, se ha optado por cortar con ella de un tajo y relegar al olvido muchas de sus líneas principales. Claro, las incoherencias se multiplican sin cesar. Por otra parte, el desenlace, sorprendente o no (aunque yo lo veo algo predecible) no tiene ningún sentido y no es posible bajo ningún tipo de mínima coherencia (y en el espacio para el spoiler lo explico). Es una pena, pero "Alien: Covenant" nos vuelve a tirar por encima un jarro de agua fría. ¿A la tercera irá la vencida?


ESPACIO CON SPOILERS: Me parece lamentable cómo se quita Scott de encima a los Ingenieros. Tanta importancia que tienen en "Prometheus", tanto por saco que dan, para eliminarnos de un plumazo en una escena cutre con un arma que encima supuestamente es suya. Es que además de salchichera, la explicación de todo esto encima es incoherente. El final también es un cromo: un robot más antiguo y débil NO puede ganar a uno más nuevo y fuerte. NO, Scott, NO. Que a ti te convenga para poner el final que tu quieres con calzador es otra cosa, pero te lo has montando fatal. Y luego tenemos los fallos de siempre: gente que llega a un planeta nuevo y sale de la nave al aire con gorras de baseball para que les de un chungo, así sin estudiar nada. Y finalmente tenemos una evolución de los aliens que ya es un delirante lío padre. Que si azules, que si blancos, que si negros, que si en "Prometheus" son unos y aquí son otros, que si arañas que salen de la nada, que si partículas chungas... Ni el propio Ridley Scott se entera ya de una mierda. Una auténtica lástima todo esto, en serio.


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