Porco Rosso

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martes, 13 de diciembre de 2016

KIKI, EL AMOR SE HACE de Paco León - 2016 - ("Kiki, el amor se hace")


La fantasía sexual de Natalia consiste en ser víctima de un atraco, pero es incapaz de confesárselo a su novio y las cosas no les marchan bien. Paco y Ana son una pareja que pasa por una crisis cuando Ana se siente atraída de repente por las mujeres. María Candelaria descubre que lo que más le pone en el sexo es ver llorar a su marido pero no sabe cómo decírselo. José Luis lleva mucho tiempo sin hacer el amor con su mujer porque sólo le excita cuando ella está dormida y esto le sume en una crisis. Sandra es una chica llena de manías que no tiene éxito en la búsqueda del amor por ser vista como un bicho raro. Todos ellos tienen parafilias que dificultan sus vidas pero que a la vez las enriquecen sexualmente como no se pueden imaginar.


Las dos películas de Carmina le salieron a Paco León irregulares como conjunto: la primera fue un verdadero soplo de aire fresco y la segunda fue bastante repetitiva. Su tercera obra, "Kiki, el amor se hace" ya no le ha salido nada bien y es su primer patón gordo como director. Se trata de una comedia sobre parafilias (muy rebuscadas todas y algunas como el poliamor que realmente no lo son) y sobre relaciones sentimentales estrambóticas conformada por un grupo de historias cortas que se entrelazan al final bastante irregulares y con bastante poca gracia. La película tiene muy buenas intenciones, y trata de transmitir siempre buen rollito y aboga por la apertura sexual, por romper tabúes y por el disfrute sin complejos del sexo tal y como a cada cual le guste; estas intenciones se pueden encontrar desde los primeros minutos en el filme y son muy loables. Hasta aquí todo bien. La cosa se cae por los suelos cuando vemos que los personajes no tienen relieve y que además son bastante tópicos, que sus problemas están tratados muy por encima, que el humor es poco efectivo y poco inteligente (nada nuevo por otra parte en la comedia española en general), que el comentario social presente (es muy leve pero está) se basa en el trazo grueso y que de las cinco historias que la película tiene realmente merecen la pena dos (y tampoco es que enganchen especialmente) porque las otras tres son predecibles y bastante tontunas. Sí me quedo con el gag de los sordomudos, que me parece verdaderamente original y divertido (y que es casi lo único que hace gracia de toda la película). El resto me mató del aburrimiento y del poco interés. Sí, el humor es lo más personal que hay, y a lo mejor estoy siendo injusto para algunos con una película que, al contrario que otras comedias de su corte del cine patrio, trata de ofrecer una visión social del sexo como algo divertido, necesario y siempre digno, pero a mi ni me ha llegado ni me ha divertido y ni siquiera me ha entretenido. "Kiki, el amor se hace" me parece, tristemente, un rollazo, y digo tristemente porque confiaba más o menos en el buen hacer de Paco León tras "Carmina o revienta".


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