Porco Rosso

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miércoles, 23 de noviembre de 2016

EL AMOR ESTÁ EN EL AIRE de Baz Luhrmann - 1992 - ("Strickly Ballroom")


La Federación de Baile domina con mano de hierro las normas de todas las salas de baile profesional y de todos los concursos de prestigio: quien no baila como sus miembros dictan, tiene cerradas todas las puertas serias. Scott es un prometedor bailarín que junto a su pareja Liz va a participar en el prestigioso concurso Pan Pacific. Scott, sin embargo, comete un pecado imperdonable: atreverse a ensayar nuevos pasos que no están contemplados por la Federación. Liz le abandona y su carrera parece acabada. Sin embargo, Scott va a encontrar a una nueva pareja de baile... Una persona que no esperaba conocer y que le va a llevar a las estrellas de su arte.


He aquí una película encantadora: "El amor está en el aire" (de título real "Stricktly Ballroom"). Es una de las películas menos conocidas de Baz Luhrmann y posiblemente sea una de las mejores de su filmografía y, desde mi punto de vista, la mejor, pues el director australiano para mi está algo sobrevalorado y creo que muchas de sus obras e incluso algunas de las más reconocidas son irregulares. "El amor está en el aire", rodada en su Australia natal y gran éxito que le permitió dar el salto a Hollywood, es un musical, el género predilecto del autor, fresquísimo, visualmente precioso y narrativamente fantástico. En un mundo de bailarines que viven para su arte y que bebe de cierto realismo mágico la llamada Federación de Baile gobierna "con mano de hierro" los concursos de baile profesional. Quien no se pliega a sus exigencias, no baila en circuitos serios. Entonces, una pareja decide romper las normas y ensayar nuevos pasos que les van a poner en la picota ante toda la comunidad. Parodia en parte de películas como "West Side Story" o "Grease" (mundos diferentes, amores diferentes, rebeldía -en el caso de la primera- y baile "retro"), "El amor está en el aire" es un canto a la diferencia y a la mencionada rebeldía alegre, divertidísimo, con unos números inolvidables, una banda sonora igualmente inolvidable, unos actores geniales que cantan y bailan comiéndose la pantalla y una atmósfera casi de sueño cargada de colores imaginativos y collage de influencias variadas y étnicas (algunas muy castizas españolas), amén de, algo extremadamene importante en un musical, unas coreografías efectivas, hechas con cariño e imaginación. El filme puede pecar de predecible en su trama (algo que le ocurre a bastantes musicales, de hecho), pero nada más. Es una joyita de su género y la obra más olvidada, injustamente, muy injustamente, del Baz Luhrmann primerizo, el que no estaba obsesionado por abusar de mala manera del efectismo barato más cutre. Imprescindible para todo amante del musical y del baile y el cante en el cine que se precie.


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