Porco Rosso

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domingo, 23 de octubre de 2016

EMPIEZA EL ESPECTÁCULO de Bob Fosse - 1979 - ("All that jazz")


Joe Gideon es un famoso coreógrafo y director de teatro y de cine que pasa una época mala: está montando a la vez su última película y su nuevo musical para las tablas. Joe es adicto a su trabajo y a la mala vida: entre sus obras artísticas y sus relaciones amorosas no tiene tiempo apenas para dormir, y está peligrosamente enganchado al tabaco, al alcohol y a las medicinas que le hacen seguir en pie y trabajando sin parar. Este ritmo infernal está a punto de pasarle una muy grande factura...


"Empieza el espectáculo" es, junto a "Lenny" y "Cabaret", la otra gran obra maestra de la corta filmografía del prematuramente fallecido Bob Fosse. Después de la mencionada biografía de "Lenny", el director volvía a su género predilecto, el musical, para rodar su suerte de versión personal de "Ocho y medio" de Federico Fellini (lo que ha influido esta película en tantos y tantos directores, madre mía) en la que recorría los últimos días de la vida de un coreógrafo y director de teatro y cine que no era otro que él mismo. Un Roy Scheider absolutamente espectacular, inigualable, en el que es uno de sus papeles más grandes, es el trasunto de Fosse. Es un hombre narcisista, muy crítico consigo mismo en su trabajo pero muy dejado en las otras facetas de su vida, muy despectivo con los demás (a veces sin proponérselo), adicto al tabaco y al alcohol y al sexo y a la mala vida en general y, sobre todo, adicto al trabajo. Todo está inspirando en una mala época que pasó Bob Fosse cuando en 1975 estaba montando "Lenny" y a la vez el musical de "Chicago" para Broadway. La película se mueve constantemente entre el presente y el pasado y las alucinaciones del protagonista. Los números musicales son magistrales, geniales, inolvidables. El ritmo es frenético. La ambientación es deliciosa. La riqueza de los escenarios un portento. Las coreografías otro. Los actores están dirigidos con una maestría sin par y los secundarios brillan, aún en apariciones más breves, como el propio y exultante Roy Scheider. En fin, todo "Empieza el espectáculo" es genialidad pura, de la grande, de la mejor, de la que hace historia, de la que está hecha con cariño y de la que sabe conseguir que un tema personal como la vida de uno mismo alcance cotas universales que interesen a todo tipo de público.


Bob Fosse revisa su propia vida con nostalgia y con afecto en su obra más personal, pero también con autocrítica. La película es un retrato cruel de la fama una vez más, de un mundo sin piedad en el que solamente vale avanzar y avanzar pisoteando a los rivales. Como en "Lenny", no es condescendiente y no deja títere con cabeza: sus películas siempre fueron críticas y despiadadas, y siempre mostraron la podredumbre que hay entre las bambalinas. Curiosamente, "Empieza el espectáculo" (que por cierto se llama realmente "All that jazz" -para variar fue traducida como el culo en España-) fue una obra totalmente profética: el propio Bob Fosse murió en 1987 de un paro cardiaco con tan solo sesenta años. Él y el personaje de Roy Scheider eran desde luego la misma persona. Imprescindible obra maestra es ésta película irrepetible, cuyos números musicales ya de por sí solos son una delicia (no me canso de revisitarlos sueltos una y otra vez). Uno de los musicales más claves e influyentes de la historia del cine de todos los tiempos.


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