Porco Rosso

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miércoles, 23 de marzo de 2016

UN HOMBRE SIN PASADO de Aki Kaurismaki - 2002 - ("Mies vailla menneisyyttä")


Un viajero llega a Helsinki a altas horas de la noche y se sienta a descansar en un banco de un parque. Unos desconocidos le pillan por sorpresa y le dan una paliza de muerte antes de robarle sus pertenencias de valor y abandonarlo. El hombre se levanta tirado en la calle y no recuerda nada, absolutamente nada, de su vida pasada ni de las razones que le han llevado hasta donde está ahora. El hombre tiene ante sí un largo camino para tratar de recordar quién es. Un camino lleno de inesperadas sorpresas.


Después del excelente experimento que fue "Juha", Aki Kaurismaki entregaba otra (otra más) de sus grandes obras. "Un hombre sin pasado" es otra de sus fantásticas tragicomedias sociales. En esta ocasión, el asunto central, por encima de la pobreza, de la falta de oportunidades o de los estragos del capitalismo salvaje, es el de la identidad. Como su propio nombre indica, el protagonista de la película no tiene pasado. Ha venido a Helsinki por la noche, unos desconocidos le han dado una paliza de muerte y se ha levantado tirado en la calle sin recordar nada. A partir de aquí, comienza su periplo. El cineasta finlandés reflexiona sobre la memoria, sobre la realidad y la mentira, sobre el peso del pasado, y nos pone ante la tesitura de permanecer en un presente maravilloso o arriesgarnos a afrontar un pasado, valga la redundancia, que puede ser mejor o peor que este presente y que, aunque desconocemos, es también parte de nuestra vida. Alrededor de este asunto central pivotan, como he comentado, otros habituales de Kaurismaki. El ambiente marginal de Helsinki es retratado con un ojo agudo pero a la vez tierno por el director, que rompe una vez más una lanza a favor de los más pobres de la sociedad, de los desheredados de la supuesta Europa desarrollada. Nuestro hombre sin pasado encuentra de casualidad entre los mendigos de la capital su hogar, el calor de la amistad que necesitaba, la lumbre de la fraternidad que no encontró nada más llegar a la gran ciudad y, también, el amor verdadero. Una vez más, el estilo es minimalista, hierático, de diálogos escasos, pero todo cargado de significado, de riqueza, de sugerencia en todas esas acciones que se hacen de forma pequeña o que no se hacen pero que condicionan las vidas de los personajes. El humor es fino e irónico, cargado de guiños culturales, y la música es una maravilla (Kaurismaki es un gran melómano).


El peor de los dramas, el de la pobreza absoluta, el de la miseria de la vida en la calle, es tratado por el finés con una comicidad sin par, cargada de sensibilidad y de respeto. De la situación más triste y patética sabe extraer sonrisas sin parar y razones sobradas para el optimismo y para ayudar a creer que el ser humano es capaz de dar lo peor en los peores momentos pero también, decisivamente, de dar lo mejor. Tarea extremadamente difícil de la que él es un maestro y que aquí desarrolla con una perfección increíble. Como siempre, los actores protagonistas del filme están maravillosamente dirigidos. Markku Peltola y la siempre impresionante Kati Outinen están simplemente soberbios, y despliegan una química perfecta. En definitiva, "Un hombre sin pasado" es una obrita maestra del cine social europeo. Imprescindible y una de las mejores creaciones de este director incombustible e inimitable. La tienen que ver. Por favor, háganlo.



ME VOY DE VACACIONES DE SEMANA SANTA. ¡PASENLO MUY BIEN! HASTA LA VUELTA ;)

1 comentario:

  1. Una absoluta maravilla, estamos de acuerdo. Como siempre, está la influencia de Bresson, pero también de Capra, de Chaplin y hasta de Buñuel. Yo veo la película más luminosa y optimista que otras de Kaurismäki, pero igual de buena que "Ariel" o "La chica de la fábrica de cerillas". Que pases buenas vacas.

    Saludos.

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