Porco Rosso

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sábado, 23 de enero de 2016

POCAHONTAS de Mike Gabriel y Eric Goldberg - 1995 - ("Pocahontas")


John Smith es un joven marinero inglés que llega a las costas del Nuevo Mundo en busca de grandes tesoros y aventuras. Allí descubre una gran tierra virgen, inexplorada, de la que pretende extraer todo lo que pueda para hacerse rico. Sin embargo, también conoce a una nativa del lugar llamada Pocahontas... Y entre él y ella surge una complicidad especial que va a cambiarles la vida a ambos.


De la segunda Edad de Oro de Disney, tal vez sea "Pocahontas" la película más criticada del estudio, basada en la historia real de la princesa india que le da título. Desde luego, dentro de todas las obras de esta compañía, ha sido siempre una de las más polémicas en lo referido a calidad. Llegó justo después del bombazo de "El Rey León", que venía precedido por "La Sirenita", "La Bella y la Bestia" y "Aladín" y dejó frío al público en general (recuerdo que yo, siendo un pre-adolescente, fui a verla y me pareció, en aquellos tiempos en los que no tenía mucho criterio y en los que casi todo lo que me echasen me gustaba, un poco decepcionante). "Pocahontas" es una película errática, que no termina de concretarse nunca. Quiere mostrar un tono más adulto que el de otros filmes de Disney pero mete por medio una trama mágica que lo soluciona todo por la cara. Quiere sorprender con un desenlace que no se ajusta tanto al clásico "Happy Ending" al que el estudio de Walt nos tiene acostumbrados pero este desenlace no está bien concluido (y es que historia real aparte -y la de Pocahontas es muy compleja-, no hay ninguna explicación clara de por qué ella y John Smith se separan -a estas alturas todos creo que la hemos visto y nos sabemos la historia-). Y quiere sorprender con unos personajes más complejos pero lo cierto es que, aunque empiezan bien (muy seria sobre todo la representación de la india y el inglés), terminan cayendo en la infantilidad y en todos los tópicos de Disney de siempre. Tampoco ayudan el resto de los personajes, bastante sosos (incluido un villano muy olvidable y sin carisma, el gobernador Ratcliffe), y tampoco la trama, que da bandazos entre la lucha por definirse como "adulta" y la necesidad de seguir siendo "para niños" sin concretarse, como he señalado. En el aspecto visual el filme es magistral, eso sí, y la animación es deliciosa y mucho más los escenarios, lo mejor de la película con diferencia, tanto los del Viejo como los del Nuevo Mundo (la profundidad de los bosques está genialmente recreada).


Hay otra buena intención en "Pocahontas" que termina también fallando: la de elaborar un retrato del racismo sin ningún tipo de maniqueísmo. Presenta tanto a los conquistadores ingleses como a los nativos indios como bárbaros (y lo dice la canción del filme misma: "Són bárbaros" -uno de sus mejores momentos sin duda-) y como pueblos en los que hay tanto gente buena como mala, y elabora un ataque al racismo y a la guerra y, también, a la destrucción de la naturaleza. "Pocahontas" es ecologista, antibelicista y antiracista y, además, también muestra a una protagonista femenina fuerte e independiente (tal vez a una de las más fuertes e independientes de esos años de Disney junto a Mulán). Sin embargo, todo esto cae en saco roto porque se supedita todo a la magia y a los tópicos indispensables (o supuestamente indispensables) para que a "guste a los niños". Así, la película se descalabra y cae en un desenlace infantil, precipitado también, y mal cerrado. Es de elogiar el intento, y también esa idea de realizar "La primera película Disney sin final feliz" (así se vendió incluso en su día), pero un intento es un intento.


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