Porco Rosso

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miércoles, 2 de diciembre de 2015

OTELO de Orson Welles - 1952 - ("The Tragedy of Othello, the Moor of Venice")


Otelo, general moro al servicio del gobierno de Venecia, ha ganado grandes batallas contra los turcos y por eso se ha hecho con un lugar de confianza especial en la ciudad. Está enamorado de Desdémona, la hija del senador Brabancio, un hombre que desprecia a las personas de piel oscura. Sin embargo, el amor triunfa y ambos se casan felizmente. Por desgracia, Otelo tiene enemigos en la corte que van a utilizar el fantasma de los celos para envenenar su relación con Desdémona y hundir su vida en el infierno de la desconfianza y del miedo.


Después de su excelente "Macbeth", Orson Welles repetía con William Shakespeare y adaptaba otra de sus grandes obras, "Otelo". Lo hacía, de nuevo, asediado por la falta de dinero y de apoyo de productores potentes y se veía obligado una vez más a rodar en espacios reducidos en los que debía recrear supuestos grandes escenarios y con medios técnicos exiguos. Y a pesar de todo, entregó una obra genial. Pocos directores saben rodar una tragedia de este calibre en un escenario tan pequeño y tan "cutre" (porque lo es, otra cosa es que Welles lo aproveche tanto y tan bien), usando con tal maestría el plano cerrado y la posición de los actores (al parecer por problemas técnicos hasta tuvo que verse obligado a grabar sonido e imagen por separado y por ello hubo de colocar a los intérpretes en muchas escenas de espaldas). En fin, todo lo que tuvo que enfrentar en la mencionada "Macbeth" tuvo que enfrentarlo de nuevo aquí, y consiguió salir airoso como sólo un grande puede hacerlo. "Otelo, el moro de Venecia", una de las obras más revolucionarias de William Shakespeare por presentar a un personaje "moro" (como el propio nombre de la obra ha indicado) alejado de los estereotipos que primaban en la época en Europa (los personajes de piel oscura y relacionados con otras culturas o religiones solían ser villanos y malas personas "porque sí"), es llevado al cine con una gran fidelidad por el director de "Ciudadano Kane", que se reserva una vez más el papel principal y que lo interpreta como siempre, es decir, de forma soberbia y comiéndose la pantalla ya simplemente con su portentosa presencia. Los demás actores y actrices también están absolutamente inolvidables,


"Otelo", perfectamente rítmico, con garra de principio a fin, con un drama lleno de potencia, despliega con maestría y sin faltar en ningún momento a su espíritu la tragedia original de Shakespeare. El asunto principal es el de los celos y la desconfianza, que transforman el bello amor en puro odio y en miedo que se transfigura en terror total, pero alrededor de dicho asunto pivotan otros como el machismo o el racismo, algo verdaderamente, pienso, revolucionario en una obra que fue escrita alrededor del año 1603. Los diálogos, la caracterización, son un portento y complementan una de las mejores tragedias inspiradas en creaciones shakesperianas nunca llevadas al cine. Y van. Este escritor inglés le debe bastante a directores como Orson Welles, embajador total de su universo en su paso al celuloide como Kenneth Branagh, Laurence Olivier o Akira Kurosawa.


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