Porco Rosso

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miércoles, 1 de julio de 2015

127 HORAS de Danny Boyle - 2010 - ("127 Hours")


25 de abril de 2003. El experto y apasionado montañista Aron Lee Ralston se prepara para una jornada de Barranquismo en el Parque Nacional Tierra de Cañones de Utah. Ralston es intrépido, tiene técnica y experiencia, tiene una inmensa destreza y adora lo que hace. Sin embargo, ese día, va a cometer un fallo... Un fallo que le va a precipitar en el peor de los infiernos.


Aunque a veces realice películas irregulares y aunque a veces meta la pata, Danny Boyle es desde luego un director todoterreno que en líneas generales suele ser solvente. "127 horas", llegada después del sobrevalorado fiasco de "Slumdog Millionaire", recupera a un Boyle con ganas de innovar, de ofrecer algo diferente. La película narra el infierno que el montañista norteamericano Aron Lee Ralston pasó durante cinco días de abril y mayo de 2003 en los que se quedó atrapado en un estrecho desfiladero con el brazo aprisionado por una roca que había caído sobre él. El propio Ralston calificó la película como muy "exacta" y "cercana al documental". A él lo interpreta James Franco, que realiza un papel excelente, sufriente, agónico y en definitiva magnífico. Boyle sabe llevar el filme con gran destreza: tras una introducción necesaria en la que retrata la vida y las actividades cotidianas de Ralston, se sumerge de lleno en su infierno. Ocurre el accidente y ya el espectador no tiene un un segundo para poder parar. Con primeros planos casi constantes y con efectismo que no agobia el director inglés capta la tortura del protagonista del filme, su dolor, su delirio, su soledad total en medio de la naturaleza más indómita y salvaje espléndidamente fotografiada. Consigue además una cosa que es verdaderamente encomiable: que aún conociendo el final del filme (el caso de Ralston fue bastante famoso y se vendió la cinta como su historia), logremos pasarlo verdaderamente mal en medio del hambre, la sed, el calor, el polvo y la desesperación. Hay un mensaje en "127 horas" de lucha a toda costa, de esperanza, de triunfo ante la adversidad, y este mensaje no necesita soltar una moralina barata ni manipuladora en ningún momento. Otro punto a favor.


"127 horas" puede que no sea la mejor obra de Danny Boyle, pero desde luego es una obra difícil de llevar a cabo, sensacionalista incluso (comercialmente, se entiende) y por ello proclive a caer en interpretaciones facilonas. La historia de este conocido montañero podría haber terminado de dos maneras básicamente: una, como la clásica chorrada de autosuperación tonta y ñoña (lo que le salió al director en "Slumdog Millionaire"); dos, como la también clásica película de "semi-terror" en la que se explota la angustia de mala manera y de forma repetitiva. "127 horas" no es ninguna de estas, por suerte: es una drama de superación, sí, y con momentos de terror, también, pero es limpio, claro, coherente y que no da gato por liebre.


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