Porco Rosso

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martes, 30 de diciembre de 2014

MARIDOS Y MUJERES de Woody Allen - 1992 - ("Husbands and Wives")


Gabe y Judy son una pareja de Nueva York que lleva mucho tiempo casada. Gabe es profesor de literatura en la universidad y Judy trabaja en una revista de decoración. La vida transcurre con normalidad en su hogar. Una noche, sin embargo, sus mejores amigos, el matrimonio que conforman Jack y Sally, les anuncian que van a separarse... Inesperadamente, la vida de Gabe y Judy cambia de golpe... Ambos empiezan a plantearse si su matrimonio marcha también como debe marchar y las cosas, desde ese momento, se revelan peor de lo que creían que estaban. Gabe y Judy se enfrentan de golpe a su peor crisis amorosa.


Las leyendas y los mitos sobre las obras artísticas de cualquier clase suelen tener muchas veces, por lo menos, una parte de verdad. Se ha dicho hasta la saciedad que en "Maridos y mujeres" Woody Allen rodó su propio proceso de separación de la que había sido durante muchos años su compañera sentimental y musa actoral, Mia Farrow. Y sí, posiblemente esto sea completamente cierto. Inspirado ligeramente en "Secretos de un matrimonio" de su amado Ingmar Bergman (yo veo esta inspiración clarísima, por lo menos en el concepto y el espíritu de la trama principal), Allen disecciona el proceso de ruptura de una pareja con una desolación pocas veces vista en su filmografía. Poco después del estreno de este filme, se anunciaba la separación del director neoyorkino y la actriz de "La semilla del Diablo". Con escándalo incluido: Allen tenía desde hace tiempo una relación sentimental con la que es su esposa desde 1997, Soon-Yi Previn, que era la hija adoptiva de Mia Farrow. Fue uno de los casos más sonados de los cotilleos de la prensa durante aquellos años. Ver en "Maridos y mujeres" a los propios Woody y Mia dando vida a una pareja que se va al traste aplastada por la rutina, por el aburrimiento, por la falta de sexo, por el distanciamiento en la gran ciudad y porque la comunicación y la compenetración entre ellos se ha apagado aunque les cueste creerlo es un ejercicio casi de voyeurismo. Por eso tal vez sea esta una de las mejores películas del genio neoyorkino. Es una película dolorosa, y cualquier pareja de cualquier edad y cualquier generación se puede ver perfectamente reflejada en ella.


En "Maridos y mujeres" no hay comedia que valga. Ni chistes. Es una película al más puro estilo "Interiores", "Septiembre" u "Otra mujer". Los mencionados Woody Allen y Mia Farrow se hunden en la miseria amorosa irremisiblemente y el espectador asiste a una historia brutal de sentimientos en carne viva, de diálogos sobrios y duros, de explosión de dos visiones distintas de la pareja contrapuesta. Asuntos habituales del director pivotan alrededor, como siempre: la soledad, la falta de comunicación, la psicología, el sexo, la crítica a las clases altas e intelectuales estadounidenses, el existencialismo. El estilo es sobrio, muy ágil y con trazos de documental (un narrador entrevista a los propios personajes en muchas ocasiones), pero cortante de forma consciente. "Maridos y mujeres" es una de las obras maestras de Woody Allen y una de sus películas más oscuras y crudas. Pocas han diseccionado tan bien y con tanta triste lucidez lo que es una ruptura amorosa. Sí, se notaba definitivamente que el director de "Annie Hall" estaba en aquel momento viviendo su propia "Maridos y mujeres".


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