Porco Rosso

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miércoles, 24 de septiembre de 2014

EL REINO DE LOS CIELOS de Ridley Scott - 2005 - ("Kingdom of Heaven")


Siglo XII. El joven Bailan, herrero en un pueblo de Francia, vive sumido en la amargura tras la muerte de su hijo y el suicidio de su mujer. Su vida cambia cuando aparece en el lugar su verdadero y desaparecido padre, el Barón Godofredo de Ibelin, caballero que le propone que le acompañe a combatir en las Cruzadas. Bailan va a descubrir un mundo terrible minado por el odio y el enfrentamiento entre cristianos, judíos y musulmanes, y va a tener que luchar por conseguir un equilibrio que evite el exterminio de toda la ciudad de Jersualén.


Ya sabemos cómo es el cine histórico de Ridley Scott: básicamente cargado de exaltaciones épicas y adaptado a la moral de nuestros días. A veces le funciona la cosa, como en "1492: La conquista del Paraíso" o en "Gladiator", y a veces no, como en esta "El Reino de los Cielos", donde se sumerge en los tiempos de las tristemente célebres e inútiles Cruzadas para contar una historia de tolerancia religiosa y de fraternidad entre credos y opiniones diferentes (lo cual en 2005, con el trauma de la destrucción de las Torres Gemelas y las contiendas de Irak y Afganistán cerca, era toda una demostración de buenas intenciones -y bueno, sigue siéndolo hoy con la que por desgracia sigue liándose en Irak o Palestina, por poner gruesos ejemplos-). El problema de la película no es que se falsee la historia real de lo que ocurrió en Jerusalén durante la Tercera Cruzada. "Gladiator" es históricamente un despropósito y funciona a las mil maravillas como filme épico de acción. El problema es que, teniendo un repartazo, ningún personaje salvo tal vez el del excelente Edward Norton se queda en la retina del espectador: todos son bastante planos, sin gracia, desdibujados, y ninguno destaca por casi nada, ni siquiera el de un bastante aburrido Orlando Bloom, protagonista de la cinta. Tampoco la trama ayuda: está descompensada entre la batalla y el intimismo, su mensaje es difuso, su acción abrupta, su ritmo da malos saltos y todo ello hace que el conjunto pierda el fuelle demasiado rápido y no lo recupere. Este vez, a Ridley Scott no le sale bien la jugada. Y si bien es cierto que la versión extendida del filme ayuda a tapar bastantes lagunas que tiene la inicialmente estrenada, sigue siendo insuficiente porque no logra levantar un guión completamente endeble.


Queda ahí como siempre la gran maestría a la hora de afrontar lo visual del director británico: se nota que es, en este campo, uno de los grandes. La ambientación es excelente, la fotografía preciosa, los decorados maravillosos, el vestuario riquísimo y las escenas bélicas y de acción son una maravilla sin discusión. Por desgracia, si el guión falla... Todo se hunde. Puede que su trama sea un completo desastre a nivel histórico. Insisto: la de "Gladiator" lo es. Puede chocar más o menos ver a cristianos, judíos y musulmanes intentando hacer de Jerusalén un paraíso de tolerancia en plena Tercera Cruzada, en pleno enfrentamiento religioso y cultural entre las dos fuerzas de destrucción, odio e intolerancia que fueron en aquel momento el Cristianismo y el Islam, abocados a una guerra larga y absurda que finalmente ningún bando ganó. Pero esto sería tolerable con un buen guión, que es lo que le falta a "El Reino de los Cielos". Una pena.


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