Porco Rosso

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martes, 29 de abril de 2014

MICMACS de Jean-Pierre Jeunet - 2009 - ("Micmacs")


El padre del pequeño Bazil murió en los años setenta víctima de una mina antipersona en el Sáhara Occidental. Treinta años después, el propio Bazil sobrevive a una bala errada que se le incrusta en la cabeza... Y milagrosamente no lo mata. Bazil pierde su trabajo y acaba en la calle. Sin embargo, un grupo de freaks ambulantes lo adopta y él encuentra la amistad en ellos. Juntos, trazan un plan: hacer la puñeta a las fábricas de armas que destrozaron la vida a Bazil y que cada año destrozan miles de vidas de otras personas inocentes.


"Micmacs" es una de las películas más personales de Jean-Pierre Jeunet (aunque este director francés es siempre personal) y por desgracia también es, pienso, una de las más irregulares. La idea es buena: un grupo de freaks (freaks nada traumatizados y con un corazón de oro, al más puro estilo Jeunet -por lo menos desde que se separó de Marc Caro-) quieren hacerle la puñeta a los que mueven el mercado de las armas, que han fastidiado la vida de muchas personas; entre ellas, la del protagonista, un absolutamente genial Dany Boon. Lo que viene a continuación es una colección de gags visuales en los que se homenajea al humor francés y de más allá de toda la historia del cine que, sin embargo, se mueven entre la genialidad, la solvencia y la pura repetición y pesadez y que además llegan a sustituir al argumento base de la cinta. Jeunet plantea una historia que parte como he señalado de una idea buena (y que además contiene una clara crítica social antibelicista, como también la contenía su anterior filme, "Largo domingo de noviazgo") que se queda en una simple colección de sketches sin más. La trama principal parece ser incluso secundaria cuando estos sketches llegan a ser incesantes y el espectador pierde la noción de lo que está viendo. El montaje se resiente incluso y "Micmacs" contiene algún que otro momento claramente aburrido. Cerca del desenlace, el conjunto remonta, por suerte, y esto no quita que el filme esté plagado de escenas preciosas y que tenga una inventiva visual muy hermosa. Pero una comedia que aburra... Lo siento, es imperdonable.


Jeunet cuida muchísimo, como siempre, el aspecto visual de su obra: volvemos a tener la Francia luminosa y feliz de "Amelie" y volvemos a tener personajes estrambóticos de buen corazón. Volvemos a tener inventos fantásticos y un humor que se sustenta en lo visual y que hace referencias y sentidos homenajes a grandes del género como Charles Chaplin, Buster Keaton o Jacques Tati (o al propio Jeunet, que se autofagocita sin cesar, a veces con gracia y a veces con fallos). Y, por desgracia, tenemos esa distancia de la que he hablado entre la trama inicial y lo que tenemos al final: Jeunet parece estar más preocupado por el desarrollo de los mencionados gags que por el de la historia. Así, "Micmacs" se resiente y, sin ser un mal filme, se queda a la mitad de lo que podría haber sido. Es bonito, es divertido (salvo por ese momento aburrido en el que se pierde ligeramente la noción de lo que se está viendo), tiene imaginación y tiene un mensaje con crítica social. Sin embargo, una película es una película, no una colección de escenas.


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