Porco Rosso

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viernes, 22 de noviembre de 2013

HATFIELDS & MCCOYS de Kevin Reynolds - 2012 - ("Hatfields & McCoys")


Al terminar la Guerra de Secesión, las familias Hatfield y McCoy vuelven, como otros tantos ciudadanos, a sus actividades habituales y a recobrar por fin sus viejas y tranquilas vidas. Sin embargo, surge un pequeño enfrentamiento entre sus dos patriarcas, William Anderson Hatfield y Randall McCoy... Que se transforma poco a poco y sin que nadie tenga apenas tiempo de hacer nada en un gran alud de odio y resentimiento. Pronto, los miembros de uno y otro clan se contagian y empiezan a atacarse entre ellos. Pronto, una brutal y sangrienta guerra estalla en las comunidades que ambas familias habitan, en las que se instalan el terror y la muerte.


Injustamente muy olvidado hoy, el norteamericano Kevin Reynolds es un excelente director de filmes comerciales centrado especialmente en el género de las aventuras aunque abierto a todo tipo de incursiones en otros. Actualmente un poco de capa caída debido a varios grandes y sonoros fracasos, fue un cineasta bastante arriesgado en los años noventa que trabajó con grandes presupuestos y en proyectos muy ambiciosos. Su estilo es de raiz clásica y muy centrado en crear evocadores y bellos ambientes ayudado siempre por una genial fotografía. Ambientadas en pasados lejanos muchas de ellas y llenas de espectaculares escenas de acción, sus películas, a menudo épicas y cargadas de misticismo, tratan asuntos universales como la libertad, el amor, la amistad o la lucha del bien contra el mal. Su actor fetiche fue durante un tiempo Kevin Costner, que tras protagonizar su cinta “Waterworld” y tras el descalabro de la horrenda “Mensajero del futuro” (esta dirigida por él mismo) se hundió profesionalmente durante un tiempo junto al propio Reynolds (aunque ahora Costner ha levantado ligeramente el vuelo con creaciones propias muy infravaloradas como “Open Range”).


Debutó el director que nos ocupa con el drama nostálgico universitario “¿Dónde dices que vas?”, al que siguió el bélico “La bestia de la guerra”. Llegaron después sus mejores películas de aventuras: “Robin Hood, príncipe de los ladrones”, “Rapa Nui” y “Waterworld” (la cual no considero tan mala como en su día se dijo que era, y no soy el único). Como las dos últimas fueron un total fracaso en las taquillas, Reynolds entró en una etapa de decadencia durante la que dirigió el irregular drama sobre la violencia escolar “187”. Su regreso a la aventura ha venido de la mano de las simplemente solventes “La venganza del Conde de Montecristo” y “Tristán e Isolda”. Aunque no está en su mejor momento, Kevin Reynolds es un director comercial que pienso que hay que reivindicar y que ha entregado recientemente la fantástica serie que comentamos.


"Hatfields & McCoys" es el último proyecto de Kevin Reynolds desde el año 2006, esta vez rodado para la televisión y, a todas luces, un western histórico absolutamente genial. Serie de sólo tres episodios (aunque de una hora y media de duración mínima cada uno, un total de 285 minutos de metraje total), narra la famosa historia real de dos familias estadounidenses de las fronteras de Kentucky y Virginia Occidental que, durante la segunda mitad del siglo XIX, se enfrentaron en una guerra personal que acabó destruyéndolas en todos los aspectos. En un estilo directo y sobrio en el que se da la mano el clasicismo del western dorado pero sin olvidar el realismo violento y sucio del crepuscular, apoyado en una fotografía espléndida y cruda, Reynolds narra paso a paso el enfermizo delirio en el que ambas familias van introduciéndose poco a poco hasta acabar masacrándose abiertamente a los propios ojos de su comunidad, puritana y que intenta ser rígida pero que finalmente se torna incapaz de mantener un orden en el brutal mundo del salvaje oeste al que la civilización moderna se resiste a entrar. Unos espléndidos Kevin Costner, Bill Paxton y Tom Berenger (algo olvidados injustamente en las grandes carteleras pero actores siempre impresionantes) encabezan el magnífico reparto de la serie, mientras que un amplio plantel secundarios brilla también con luz propia.


Reynolds maneja con fluidez a una enorme cantidad de personajes perfectamente definidos en unas pinceladas iniciales y perfectamente desarrollados para tratar una también enorme cantidad de asuntos universales que pivotan alrededor del odio, motor de la trama: amor, amistad, hermandad, venganza, redención, muerte, vejez, búsqueda de la identidad, negación de un destino fatal, enfrentamiento generacional, puritanismo religioso, intransigencia, violencia, ambición, avaricia, solidaridad, lucha por la libertad. El fresco de la serie da muestra, una vez más, de la creación de unos Estados Unidos obstinados en unos valores en los que prima el sacrificio por las grandes empresas de los pioneros de la conquista del continente norteamericano pero también un ancestral culto a la lucha despiadada en todas sus formas. "Hatfields & McCoys" peca ligeramente de tener unos capítulos demasiado extensos (se podría haber dividido la acción perfectamente en seis en vez de en tan sólo tres), pero dejando esto a un lado hay que decir que tampoco resulta nunca densa y que tiene garra y el aliento épico de las grandes gestas. Muy destacada producción y un gran retorno para Kevin Reynolds.  

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