Porco Rosso

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sábado, 30 de noviembre de 2013

28 SEMANAS DESPUÉS de Juan Carlos Fresnadillo - 2007 - ("28 weeks later")


Han pasado seis meses desde que Inglaterra fuera asolada por un virus que transformó a gran parte de sus habitantes en zombies iracundos sedientos de sangre. Ya no queda ninguno: han muerto todos de hambre y los supervivientes de la masacre se disponen a rehacer sus vidas, aunque por ahora han de conformarse con vivir en recintos especiales facilitados por los Estados Unidos, que se han hecho cargo de la situación. La paz parece instalarse en el Reino Unido. Sin embargo, todavía queda algún reducto del virus oculto… El caos va a volver de nuevo, y una familia y un grupo de supervivientes van a tener que unir sus fuerzas para escapar de la matanza.


Casi cuatro años después de que el siempre ecléctico Danny Boyle nos sorprendiera con “28 días después”, una de las películas de zombies básicas de la "zombiemanía" que todavía nos azota para bien y para mal, llegó su esperada continuación, “28 semanas después”, dirigida por el español Juan Carlos Fresnadillo, que hacía ya algunos años había debutado con “Intacto”, un destacado e imaginativo thriller de corte fantástico. Esta segunda parte, como su propio nombre indica, transcurre veintiocho semanas después de su antecesora. Todos los zombies iracundos que atacaron Inglaterra han muerto de hambre y los supervivientes de la masacre se disponen a volver a sus vidas cotidianas en recintos especiales preparados por el ejército de los USA, que para variar ha asumido la protección del país mientras todo vuelve a la normalidad. Por supuesto, la normalidad no va a llegar. Los protagonistas esta vez son una familia y algunos hombres y mujeres pertenecientes al cuerpo militar y científico de los Estados Unidos que tendrán que unir sus fuerzas para sobrevivir en medio del caos que se vuelve a apoderar de Londres, la ciudad en la que una vez más se desarrolla la trama.


“28 semanas después” es una película de terror muy destacada pero que podía haber dado mucho más. Pienso que si bien la cinta de Boyle tenía unos personajes bien desarrollados pero unas escenas de acción que no destacaban especialmente, la de Fresnadillo es todo lo contrario: las escenas de acción son geniales, pero los personajes son todos bastante planos. “28 semanas después” tiene algunas de las mencionadas escenas de acción más imaginativas y frenéticas vistas en los cines en los últimos años. El prólogo del filme es un puro disparo a los nervios: de la calma absoluta el espectador entra casi sin percatarse en una vorágine de sangre, rabia y destrucción pocas veces vista. Rodada con cámara en mano y montada en un estilo videoclipero muy bien empleado, esta primera persecución es, sencillamente, soberbia. Inmejorable comienzo para un filme de terror (aunque recordemos que el de su predecesora también lo fue). Sin embargo, las demás tampoco se quedan atrás: es muy destacada la del encierro multitudinario en el almacén y la posterior matanza descontrolada y, sobre todo, la escena del metro a oscuras con la visión nocturna del arma: da miedo, miedo de verdad y una insoportable angustia, y muy pocas películas lo consiguen ya. Hay también otros puntos meritorios: los giros de guión inesperados que ponen a los protagonistas en un lugar radicalmente opuesto al inicial (muy sorprendentes), la violencia descarnada que se utiliza en todo momento o la crítica a los USA y a sus métodos en más de un tramo puntual del filme (como “28 días después”, “28 semanas después” consigue que los propios humanos den más miedo que los infectados).


Por desgracia, a la película le fallan sus personajes: planos unos y otros puros esbozos, cosa que no ocurría en el filme de Boyle. Está claro que la cinta es principalmente un espectáculo visual de acción y de terror, pero eso no es en absoluto una excusa para presentar unos caracteres tan acartonados, especialmente cuando se presenta además la obra como una creación con una cierta crítica política y social. Por otra parte, hay algunas lagunas en el guión (quedan pendientes muchísimas cosas que ni siquiera se explican) y algunos giros forzados (el acceso del personaje de Carlyle –gran interpretación, por cierto- a zonas restringidas, la manera en la que los niños escapan de la base...…), mientras que el desenlace, sinceramente, me parece una tremenda chapuza propia de las películas de terror más típicas y tópicas. Cuando todo termina nada queda claro y el espectador siente la total sensación de que todo acaba de esa manera porque los creadores del filme no sabían cómo cerrarlo. Desde hace seis años se habla de que posiblemente haya una "28 meses después", pero al parecer el proyecto nunca termina de concretarse y está estancado no sé debido a qué razones.

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