Porco Rosso

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lunes, 15 de julio de 2013

EL SEÑOR DE LA GUERRA de Andrew Niccol - 2005 - ("Lord of War")


Yuri Orlov es un hombre con una ambición sin límites que se lanza a traficar con armas junto a su hermano Vitaly. Pronto, comienza a destacar y a vender su mercancía a grandes dictadores y asesinos de países en guerra de todo el planeta y sobre todo de África y, pronto, empieza a nadar en la abundancia y en el lujo y a llevar una vida secreta incluso para su mujer. Su ascenso imparable sin embargo le trae problemas: la Interpol le empieza a perseguir y se gana peligrosos enemigos...


En la corta y espaciada filmografía de Andrew Niccol, bastante irregular, brilla con luz propia una obra maestra que es su mejor película, esta "El Señor de la Guerra", basada en hechos reales e interpretada además de forma soberbia por un Nicholas Cage hoy tristemente irreconocible. Pocas películas hay tan contundentes, tan bestialmente tristes y tan ácidas como ésta en lo que se refiere a su retrato del mundo del tráfico de armas. Con unos recursos geniales (esas balas saliendo del arma a ritmo de caja registradora son absolutamente impagables), con un ritmo trepidante y fresco y con una voz en off perfectamente comedida, el filme sigue la vida de Yuri Orlov, un comerciante de armas que asciende desde la nada, comenzando con pequeños negocios, hasta lo más alto y que, sin embargo, y como es de esperar, alcanza la soledad y la miseria moral más absolutas a pesar de acabar nadando en la abundancia más delirante.


El filme, con un guión tremendamente inteligente, irónico y sobre todo cínico y cruel, despliega una amarga crítica al capitalismo más agresivo y al "mercado de la muerte", del que se beneficia el primer mundo, que hace su agosto vendiendo armas a países en guerra y a los peores dictadores y asesinos, y también un retrato del clásico individuo que triunfa en este sistema, otro "Ciudadano Kane" más que representa al norteamericano (o al comido por la cultura norteamericana) de ambición sin límites y sin escrúpulos de ningún tipo.


"El Señor de la Guerra" tiene además uno de los desenlaces más gloriosos del cine de los USA de los últimos años, un desenlace que pone los pelos de punta y que lanza uno de los dardos envenenados más directos al poder actual que se han visto también en los últimos años en una película relativamente "comercial". Como he dicho, Nicholas Cage está soberbio, esplendoroso: se come la pantalla y recuerda al Nicholas Cage de "Birdy", de "Corazón Salvaje", de "Leaving Las Vegas", de "Al límite", de "Adaptation", a ese Nicholas Cage que cuando quiere sabe ser un enorme actor (qué pena que lleve cinco o seis años devaluándose de mala manera y sacando tres o cuatro películas por año a cada cual más horrenda). Los secundarios también brillan: Ethan Hawke está maravilloso en su papel de "némesis" del Señor de la Guerra y Jared Leto también en el papel de su hermano, y otros como Bridget Moynahan o Ian Holm están igualmente excelentes. "El Señor de la Guerra" es una maravilla, una obra imprescindible del último cine americano.

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