Porco Rosso

Porco Rosso

miércoles, 12 de junio de 2013

ZELIG de Woody Allen - 1983 - ("Zelig")


Documental sobre la vida de Leonard Zelig, el "hombre camaleón" que se hizo famoso en los años veinte gracias a su cualidad sobrenatural para cambiar su aspecto según el medio en el que se moviese y que fue testigo y también colaborador directo de gran parte de la historia de los USA del siglo XX.


"Zelig" es una de las obras más personales y perfectas y también insólitas e irrepetibles de la filmografía de Woody Allen, que se sacó de la manga un falso documental sobre un hombre camaleón (por supuesto interpretado por él mismo) para diseccionar en profundidad numerosos asuntos de la sociedad de su momento y de hoy en día y de su pensamiento. "Zelig" narra en el referido tono documental la vida de Leonard Zelig, un hombre que "llegó a ser famoso en los años veinte del pasado siglo" y que se caracterizaba por su capacidad para cambiar su apariencia de forma sobrenatural según el medio en el que se encontrase en cada momento. Utilizando falsas imágenes "de archivo" (con unos efectos especiales por cierto igual de buenos que los que once años después se emplearon para "Forrest Gump"), con una conseguidísima ambientación "de película vieja" y con un montaje prodigioso (a ritmo de jazz, por supuesto), Allen sigue la carrera de este ser insólito desde los felices y mencionados años veinte hasta finales de los años sesenta pasando por la Gran Depresión o la Segunda Guerra Mundial desplegando, con un humor satírico sin concesiones y a la vez con un sentido del drama desgarrador, un inteligente y lúcido ensayo cinematográfico sobre la personalidad y la identidad (o su búsqueda o las confusiones que provoca).


Sin embargo, si por algo destaca "Zelig" es por ser uno de los compendios de temas humanos más amplios vistos en mucho tiempo (y en apenas 79 minutos) y por contar con una de las críticas sociales más mordaces, duras, tristes y a la vez divertidas de la historia del cine. Porque Woody Allen no se deja nada en el tintero sin su correspondiente disparo a la cabeza: los totalitarismos, la corrupción, el culto al líder, el relativismo moral, la religión, la represión sexual y sentimental o las modas estúpidas (el alienante y "dirigido" Baile del Camaleón, igual de imbécil que cualquier "baile del verano", constituye una de las escenas más desternillantes de su filmografía). Y surcándolo todo, como he señalado, una disgresión sincera y cruda sobre la personalidad y también finalmente sobre el sentido de la vida y sobre su sentido en un mundo tan complejo y violento como el nuestro. "Zelig" está perfectamente al nivel de "Annie Hall", "Manhattan", "La Rosa Púrpura de El Cairo", "Hahnnah y sus hermanas" y de las grandes obras del autor neoyorkino. Una obra maestra sin discusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario