Porco Rosso

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viernes, 4 de enero de 2013

BLADE RUNNER de Ridley Scott - 1982 - ("Blade Runner")


Noviembre de 2019. Los Ángeles. El agente retirado Rick Deckard es contratado de nuevo para acabar con un grupo de "replicantes", robots creados por los humanos para realizar diversas tareas, que se han rebelado contra sus amos y que por ello han sido tachados de potencialmente peligrosos. Deckard vuelve a ser un "Blade Runner", un especialista en "retirar" a estos androides. Su nueva misión no va a ser sin embargo como ninguna que haya realizado antes. Deckard está a punto de conocer a un grupo de seres que le van a hacer replantearse todo lo que ha sido su vida hasta este momento e incluso su propia identidad.  


Justo después de sentar nuevas bases en el terror y en la ciencia ficción con su imprescindible "Alien. El octavo pasajero" y antes de caer inexplicablemente y por desgracia en la mediocridad generalizada (de la que por suerte ha salido en los últimos años), Ridley Scott revolucionó de nuevo el mencionado género de la ciencia ficción con su siguiente obra maestra, "Blade Runner". Inspirada libremente en la novela "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" de Philip K. Dick, el tercer filme de Scott ha sentado parámetros innumerables que han quedado marcados a fuego para siempre a todos los niveles; temático, argumental, narrativo y estético. No voy a hacer un estudio exhaustivo de la película a nivel temático porque no tengo los conocimientos suficientes y porque hay ya montones y montones, pero sí a comentar que el filme fue uno de los primeros que se introdujo con tanta hondura en el dilema de la inteligencia artificial y de la delineación de lo que es o no es humano, de lo que es o no es real.


Los "replicantes", los robots rebeldes de "Blade Runner", demuestran ser más humanos que los propios humanos, y luchan por su derecho a ser considerados seres vivos y por descubrir una razón para vivir mientras los que los crearon se pudren en calles abarrotadas de gente insensible, en un planeta Tierra acosado por los edificios ultramodernos que sepultan una suerte de submundo en el que las arquitecturas clásicas (desde grecolatinas hasta orientales pasando incluso por las que tienen referencias precolombinas) están descuidadas y casi abandonadas (la casa de Sebastian es el ejemplo y, en menor medida, parte de la de Deckard). En este marco turbulento, el protagonista (un Harrison Ford genial en uno de sus papeles más míticos) se plantea su labor, su pasado, su futuro y su propia identidad y, también, su moral de cara al conflicto en el que vive, ya que es un cazador de "replicantes", un "Blade Runner". Esta es mi breve interpretación de un filme complejísimo y del que se saca, con cada nuevo visionado, un nuevo tema para discutir ampliamente.


Otros asuntos que pivotan alrrededor del principal son la lucha contra un poder opresor (el filme se ambienta claramente en una distopía), la tecnología desbocada y usada sin responsabilidad, la paranoia conspiranoica, el capitalismo agresivo, el poder desmedido de las grandes empresas, los dilemas del supuesto progreso económico, la incomunicación a pesar de la teconología desbordante, la publicidad invasiva y colosalista, la conquista de los territorios del espacio o la destrucción del medio ambiente. Argumentalmente "Blade Runner" también fue un filme novedoso: mezclaba el cine negro y sus temas clásicos con la ciencia ficción y la acción con la narrativa centrada en la discusión filosófica llena de metáforas y simbolismos (que son muchísimos). Por último, su estética homenaje al expresionismo alemán (la sombra de "Metrópolis" de Fritz Lang es alargadísima), oscura y sucia, de lluvia constante y de neón brillante, colocada dentro de un marco ultrafuturista con un pie en el mundo "real" y con la constante presencia de la mencionada tecnología anticipó el cyberpunk en los albores de su década de esplendor, la de los ochenta del siglo pasado. Y no se puede dejar de mencionar lo que termina de redondear a esta obra maestra: sus personajes y los actores que les dan vida y que clavan a esos seres perdidos en un mundo que no terminan de comprender y poderosamente ambiguos y por ello tan creíbles y humanos. Rutger Hauer está esplendoroso como el contrapeso de Deckard, y Sean Young hace un papel sencillamente para los anales, mientras que los secundarios como Daryl Hannah, Edward James Olmos o Brion James brillan igualmente. En fin, quien no haya visto todavía "Blade Runner"... ¿A qué está esperando?


2 comentarios:

  1. Una de las películas más bellas que haya visto, caso curioso, pues supera a la novela original, que, por otro lado, está muy bien. Junto a "El sur", "Toro salvaje", "Nostalgia", "Sacrificio", "¿Dónde está la casa de mi amigo?", "Zelig" "Dublineses", "Ariel" o "Ran", "Blade Runner" compone la lista de las cumbres cinematográficas de los años ochenta.

    Saludos.

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