Porco Rosso

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miércoles, 10 de octubre de 2012

UN LUGAR DONDE QUEDARSE de Sam Mendes - 2009 - ("Away we go")



Burt y Verona van a tener un hijo y se embarcan juntos en una aventura a través de las carreteras de los Estados Unidos y de Canadá para buscar el lugar ideal en el que establecerse y en el que echar raíces para su futura familia. Van a visitar Phoenix, Tucson, Madison, Montreal y Miami, en donde residen diversos familiares y amigos que les van a dar su visión de la maternidad y de la vida en pareja. La elección final va a ser difícil para Burt y Verona, pero este viaje les va a unir más que nunca.


Después de los duros dramas familiares que supusieron "American Beauty" y "Revolutionary Road", del crudo filme negro "Camino a la perdición" y del también crudo bélico "Jarhead", Sam Mendes estrenó en 2009 su película más "pequeña" (que no mala), más optimista y fresca. "Un lugar donde quedarse", el filme que separa la mencionada "Revolutionary Road" de la incursión del director en la franquicia de James Bond (que se va a estrenar en muy breve tiempo), es una típica comedia seria de estilo road-movie y de corte independiente con una dirección más sencilla, más ligera, y con una historia con mensaje positivo sobre la experiencia de una pareja a la hora de tener su primer hijo. En manos de cualquier director mediocre de rollo familiar él guión de esta película habría sido, posiblemente, una cosa empalagosa con una exaltación de la maternidad ñoña para la mayor gloria del Sueño Americano, pero la verdad es que Mendes consigue narrar una historia con personajes particulares (John Krasinski y Maya Rudolph interpretan muy bien a la pareja protagonista), con un humor fino con el justo toque estrambótico y con un desenlace acertado, directo y limpio y alejado de la referida exaltación de la maternidad ñoña.


La pareja de "Un lugar donde quedarse" visita sucesivas ciudades de los Estados Unidos y de Canadá en busca de un lugar para establecerse y se pregunta sobre sucesivos asuntos relacionados con la maternidad de una forma u otra: el amor, la familia, el sexo, el envejecer juntos, la separación de las parejas y cómo puede afectar a los niños, la educación, el hogar ideal, los sueños de futuro... En fin, todo está más que visto, pero la verdad es que Mendes lo lleva todo muy bien, sin producir vergüenza ajena y exprimiendo las dosis justas de emoción para enganchar al espectador sin irritarle. En la filmografía de su autor posiblemente ésta sea, hasta ahora y a falta de ver su entrega de las aventuras del agente 007 de Daniel Craig, la película menos destacada de todas; sin embargo, suele ser dificil realizar una comedia seria (seria de verdad) sobre la maternidad, y Mendes lo consigue, lo cual creo que es loable.


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