Porco Rosso
lunes, 16 de julio de 2012
EL SICARIO DE DIOS de Scott Stewart - 2011 - ("Priest")
El mundo vive asolado por los vampiros, que desde hace siglos están en guerra constante contra los humanos, que se refugian en ciudades extremadamente fortificadas controladas por la Iglesia. Cuando un sacerdote experto en cazar chupasangres es avisado de que su sobrina ha sido secuestrada por las bestias a las que combate, parte hacia su hostil territorio para salvarla. Este sacerdote va a hacer un descubrimiento terrible: el líder de los vampiros secuestradores es un ser extremadamente malvado y poderoso que tiene que ver con su pasado y que tiene un plan diabólico preparado para los humanos...
Tras el bodriazo de "Legion", Scott Stewart rodó el pasado año "El sicario de Dios", basada en el cómic homónimo del coreano Min-Woo Hyung y de nuevo protagonizada por ese Paul Bettany que parece cogerle bastante gusto a los héroes de acción mesiánicos de armas tomar. La cosa mejora un poquito con respecto a aquel despropósito de 2010, pero tampoco tanto como para considerar que ésta nueva obra es una película buena o simplemente aceptable. Al igual que en "Legion", el aura consciente de serie B y el tono pulp está servido con una prácticamente total falta de pretensiones, y se agradece la ambientación postapocalíptica del filme, en la que se mezclan con cierta gracia el western, el eterno rollo "Mad Max" con un toque de "Matrix" y una pizca de "Blade", los vampiros y otras bestias y las intrigas bíblicas baratas, y también los efectos especiales, graciosos y efectivos. Pero aquí queda todo: la trama de "El sicario de Dios" es extremadamente poco interesante por lo predecible y lineal que es, el ritmo es inconsistente y por ello todo cae en el aburrimiento, los diálogos son sosos y a veces tontos, el villano de turno (un solvente aunque algo olvidable Karl Urban) no tiene demasiado carisma y tiene unos objetivos poco interesantes, los vampiros de la función no son muy atractivos y a pesar de su aspecto de bichos ciegos no tienen nada que ofrecer que no hayamos visto en otras miles de películas de chupasangres y las escenas de acción no muestran nada nuevo y tampoco son lo espectaculares que prometen ser. Por otra parte, hay algún que otro momento de chapuza y vergüenza ajena por ahí que no ayuda a levantar el conjunto (la muerte del villano de Urban es de lo más cutre que he visto en años -es casi invencible pero lo mata una simple explosión... de la que los protagonistas, humanos, sobreviven porque sí-) y la supuesta crítica a los fanatismos religiosos que el filme lleva en su interior es chusca y simplista. Es cierto que la película no tiene, como he dicho, casi ninguna pretensión, y que por cierto el mencionado Bettany tiene carisma frente a las cámaras (y la verdad es que hace lo que puede para levantar el papel tan salchichero que le han dado), pero "El sicario de Dios" a pesar de esto no es más que otro horrible blockbuster palomitero destinado al consumo poco exigente y a ir después directo al olvido más absoluto.
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