Walter Sparrow es un hombre normal y corriente que vive feliz junto a su mujer y su hijo de su trabajo como cazador de una perrera. Un día, encuentra de casualidad un libro llamado "El número 23". Es una novela en la que se narran las aventuras de un personaje que tiene muchísimos parecidos con el propio Walter y que vive escenas que él también ha vivido. En la novela se hace constante referencia a un número, el 23, el que le da título. Walter pronto comienza a estar obsesionado con este número e intenta descubrir qué se esconde detrás de él... Pronto también empieza a meterse en problemas.
Joel Schumacher suele ser tan prolífico como irregular, y una de las películas de su filmografía que más prometió en su día posiblemetne fue "El número 23", la que también fue por cierto su película número 23 y que vino protagonizada por un Jim Carrey que olía por lo menos a buen papel. Éste buen papel lo ofreció el gran actor, desde luego, pero poco más por desgracia ofreció "El número 23". La trama de esta cinta se basa en el mito que hay alrededor del mencionado número para desarrollar la historia de un hombre cuya vida familiar normal y corriente se ve alterada cuando empieza a obsesionarse con los misterios que supuestamente encierra el susodicho (las 23 letras del alfabeto latino, los 23 segundos que tarda la sangre en recorrer el cuerpo, el cromosoma 23 que determina nuestro género, las 23 puñaladas con las que asesinaron a Julio César, el día del mes o los años en los que nacieron y murieron artistas como William Shakespeare o Kurt Covain, el día 23 en el que empieza el calendario sumerio o egipcio...). La obra, bastante pretenciosa, utiliza gran parte de los mitos alrededor de éste número para llevar al protagonista, un excelente Jim Carrey (ya lo he dicho), por un intrincado camino de enigmas (algunos bastante ridículos) que le van a mostrar una realidad que se le ha venido ocultando durante mucho tiempo. No puedo contar nada más porque estropearía el filme a quien no lo haya visto (y a quien a estas alturas tenga algún interés en verlo), pero sí puedo comentar que, en mi opinión, el enigma que envuelve a la trama está mal desarrollado y está deshilvanado de una manera farragosa y retorcida artificialmente para intentar dar la sensación de que uno se encuentra frente a un thriller exquisito, cuando en realidad Schumacher sólo consigue crear la sensación de intriga y sorpresa mediante efectismos vulgares.
Por otra parte, la trama, que además está llena de lagunas de bulto, bien podría no basarse en el mito del número 23: al terminar el filme el espectador se da cuenta de que nada tiene en realidad relación con él, aunque en el guión se le intente hacer ver lo contrario. Por ello, también queda anulada la supuesta carga de profundidad que la obra supuestamente tiene (porque trata de tenerla). "El número 23" es una cinta completamente fallida con un solvente (que no personal) ambiente onírico de la que lo poco que se puede rescatar es la mencionada buena actuación de Carrey dando vida a un paranoico (el filme ilustra bien esta enfermedad, todo hay que decirlo, aunque el 80% lo hace Jim) y un comienzo bastante ágil y prometedor (que cae conforme el metraje avanza). La creación 23 de Joel Schumacher es una creación vacía, por mucha moralina que tenga en su desenlace, una obra vacía que además está mal llevada y que hace aguas por todas partes. Es curioso que alguien pueda hacer cosas tan destacadas y dignas como "Un día de furia" o "Última llamada" y que a su vez aparezca también con bodrios como esta película que comento o como "Batman Forever" y "Batman & Robin".
Terriblemente aburrida. No tengo ni pajolera idea de qué quiere contársenos, ni qué está ocurriendo en cada momento, excepto que el tipo está como un cencerro, claro. Prometía, sí, pero se quedó en una gilipollez sin interés...
ResponderEliminarUn saludo...