Porco Rosso
viernes, 15 de junio de 2012
ROCKETEER de Joe Johnston - 1991 - ("The Rocketeer")
Años treinta del siglo XX. El joven piloto acrobático Cliff Secord, que no pasa por una racha especialmente buena, encuentra un extraño aparato que le permite volar a una velocidad endiablada con sólo colocárselo a modo de mochila. Pronto, sin embargo, su suerte parece desvanecerse de nuevo: unos gangsters empiezan a perseguirlo, y también el gobierno de los USA está interesado en su hallazgo e incluso los mismos nazis andan tras su pista. Cliff se va a transfomar en Rocketeer, un "super hombre cañón", para hacer frente a la amenaza que le acosa, amenaza que se extiende a todo su país.
Joe Johnston es un director de cine comercial en líneas generales solvente que, a pesar de no gozar de una personalidad marcada, suele realizar filmes aceptables encuadrados en toda clase de géneros (entre los que predomina el infantil, juvenil y familiar) aunque, alguna que otra vez, ha entregado algún que otro producto horrendo. Su filmografía, en la que tiene varios grandes taquillazos, se compone de la comedia "Cariño, he encogido a los niños", del filme de aventuras "Rocketeer", del filme parcialmente de animación "El Guardián de las Palabras", del filme familiar "Jumanji", del drama de superación "Cielo de Octubre", de la horrenda secuela "Parque Jurásico III", del filme de aventuras "Océanos de fuego", del fallido filme de terror "El hombre lobo" y del filme de superhéroes "Capitán América. El primer vengador".
"Rocketeer", basada en los famosos cómics de Dave Stevens, posiblemente sea la mejor película de Joe Johnston, una de esas encantadoras producciones de aventuras y ciencia ficción que no por ser "para toda la familia" (hablando de ello en su sentido más "despectivo") sacrifica una buena historia, unos personajes carismáticos y una acción divertidísima. Partiendo del argumento casi tontorrón que tantas comedias aventureras de la década de los ochenta y de los primeros años de la de los noventa tenían (argumento casi tontorrón pero que entonces solía ser bien llevado), "Rocketeer", que narra las peripecias de un superhéroe con poderes de "bala de cañón" de los años treinta del siglo XX, despliega una trama tan infantiloide e ingenua como encantadora (no cae en la ridiculez, ni en el humor vergonzante, ni tampoco en la pretenciosidad) en la que no falta de nada; desde el romance hasta el toque de cachondeo pasando por el homenaje a otros clásicos del cine o del cómic, la pura aventura al estilo clásico e incluso una pequeña guinda bélica (también está ahí el patrioterío barato estadounidense, pero se le puede perdonar porque tampoco resulta cargante). El bastante olvidado Bill Campbell entrega un personaje principal con gracia y presencia y los secundarios tienen un gran carisma (de hecho, por desgracia para él, le terminan superando incluso): Jennifer Connelly está genial como la chica valiente, Timothy Dalton (recién venido de su breve andadura como James Bond) es un villano de opereta muy divertido, y otros como Alan Arkin, Paul Sorvino, Jon Polito o Terry O'Quinn (al que trece años después veríamos en la mítica serie "Perdidos" dando vida al no menos mítico John Locke) hacen papeles más cortos pero igualmente entrañables. Las escenas de acción son dinámicas y están muy bien rodadas, y están insertadas en la trama en perfecto equilibrio. Por otra parte, la ambientación es exquisita: unos años treinta excelentemente recreados desde una visión romántica en los que no faltan los homenajes a los gangsters del momento, a la entonces ascendente Alemania Nazi, al Hollywood de aquellos días, a Howard Hugues, al pulp o a las películas de Errol Flynn. "Rocketeer" es un divertimento excelente y muy alegre que no pierde fuelle incluso hoy.
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La recuerdo con especial cariño porque era pequeño cuando fui a verla al cine con mis padres. Todavía, cada vez que la ponen en la cada vez más olvidada tele, me gusta verla.
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