Porco Rosso
lunes, 18 de junio de 2012
DIAMANTE DE SANGRE de Edward Zwick - 2006 - ("Blood Diamond")
1999. Tres personas muy diferentes cruzan sus vidas con el telón de fondo de una Sierra Leona destrozada por la guerra y por las luchas por el control del mercado de los diamantes: el ex mercenario Danny Archer, cínico y desencantado contrabandista sudafricano que sólo busca el beneficio económico; la periodista norteamericana Maddy Bowen, idealista que intenta denunciar con su pluma y su cámara lo que está ocurriendo en el país, y el pobre pescador Solomon Vandy, que ha perdido su hogar y su familia por culpa de la contienda. Juntos, van a emprender un largo viaje en busca de una rara piedra preciosa que Vandy ha escondido y que ansían todos los bandos enfrentados en el conflicto. Juntos, los tres van a cambiar su forma de ver el mundo para siempre.
Formado en la televisión (dirigiendo capítulos de series como "Family" o "Treinta y tantos") Edward Zwick es un director estadounidense que ha conseguido grandes resultados creando un cine histórico de aura épica que, en la línea clásica de las grandes superproducciones del Hollywood dorado, se apoya en una fotografía y una ambientación esplendorosas para retratar grandes conflictos humanos universales y vidas de personajes (siempre grandes actores y actrices muy bien explotados y con gran carisma) a menudo forzosamente orientadas a hacer frente a una circunstancia histórica terrible (una guerra civil o guerra a secas, un holocausto, una tiranía sorpresiva). También, sin embargo, ha dirigido Edward Zwick thrillers y comedias, aunque con peor resultado. En muchos de sus filmes reflexiona el cineasta sobre asuntos sociales tales como el terrorismo ("Estado de sitio") o el abandono de África y el mundo del tráfico de diamantes ("Diamante de sangre"), aunque a veces lo hace con mucha seriedad y otras precipitándose y sacando conclusiones algo simplistas. Debutó con la historia romántica "¿Qué pasó anoche?", tras la que llegó el filme sobre la Guerra Civil Norteamericana "Tiempos de gloria", la road movie "Dos chicas en la carretera", la película de aventuras y romance "Leyendas de pasión", los irregulares thrillers "En honor a la verdad" y "Estado de sitio", la película bélica de aventuras "El último samurai", la excelente cinta social "Diamante de sangre", el muy destacado drama bélico sobre el holocausto judío "Resistencia" y la floja comedia romántica "Amor y otras drogas".
Aunque películas suyas como "Tiempos de gloria" o "Leyendas de pasión" han sido tal vez más aclamadas, "Diamante de sangre" es, desde mi punto de vista, la cinta más redonda de Edward Zwick hasta la fecha. Conjugando aventuras y algo de cine bélico con fábula social, política y moral contruye el cineasta esta genial denuncia del mundo del tráfico ilegal de diamantes y de la destrucción de África y de las vidas de los miles de africanos que se ven inmersos en las contiendas entre los grupos que luchan por las referidas piedras preciosas. Un excelente Leonardo DiCaprio da vida a un desencantado y casi cínico contrabandista que ve cómo su existencia cambia cuando, en uno de sus trabajos, se cruza en el camino de una periodista (genial también Jennifer Connelly) y de un pobre nativo pescador que ha perdido todo lo que amaba por culpa de la avaricia y de la violencia humana (soberbio Djimon Hounsou, un actor enorme con una capacidad dramática tremenda que, aunque lleva años despuntando -"Amistad", "Gladiator", "Las cuatro plumas", "En América", "Eragon"...- demasiado a menudo no es tan valorado como se merece). Juntos, estos tres personajes recorrerán una tierra indómita y en guerra y lucharán por denunciar las atrocidades cometidas en el nombre de los diamantes de sangre. Zwick, apoyándose en una fotografía preciosa, retrata un África dura y brutal y también hermosa devastada por la codicia combinando a la perfección el referido mensaje social con la espectacularidad del mejor cine clásico de aventuras e incluso de acción. "Diamantes de sangre" es un enormísimo drama sobre la redención y la fidelidad a la verdad y a la justicia, una gran película de denuncia que, con el tiempo, será valorada como se merece y que, desde mi punto de vista y como he señalado, se erige como la mejor de la filmografía de su director.
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