Porco Rosso

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martes, 1 de mayo de 2012

PEUR(S) DU NOIR de varios autores - 2007 - ("Peur(s) du noir")


Seis cortometrajes independientes con el miedo a la oscuridad en todas sus variantes como protagonista:

-Un aristócrata vaga por campos y ciudades con sus salvajes perros de caza matando con ellos a todo el que se cruza en su camino por pura diversión. Sin embargo, la violencia de la que disfruta se puede volver contra él...

-Una mujer habla de sus impresiones políticas, sociales o filosóficas con unas formas geométricas en movimiento como fondo.

-Un joven apasionado por los insectos encuentra un día un bichito antropomórfico que decide guardar en su cuarto... No sabe que una pesadilla terrible va a llegar a su vida por culpa de ese animalito.

-Una niña japonesa no puede salir de una terrible espiral de sueños terroríficos que no dejan de atormentarla.

-Un hombre recuerda cómo, en el pasado, un amigo suyo desapareció de su pequeño pueblo justo cuando apareció en el lugar una misteriosa bestia que llegó a causar el terror a sus habitantes.

-Un hombre se ve atrapado en una casa situada en medio de un apartado campo nevado. Quiere salir de la casa... Pero la casa, que parece tener vida, no le deja escapar.


Si bien argumentalmente sus historias no son maravillas, el apartado visual de "Peur(s) du noir" ("Miedo a la oscuridad") es una auténtica delicia en todos los sentidos. La película, producida en 2007, reune seis cortometrajes de animación de terror de seis artistas distintos (franceses, italianos y norteamericanos) del cómic, de la mencionada animación y de la ilustración. Creados expresamente para formar parte de esta colección, las piezas comparten el mismo asunto: el miedo a lo oscuro, a lo negro sin matices, a lo desconocido, lo que no se ve o no se puede comprender. Como collage de historias y de estéticas "Peur(s) du noir" presenta una homogeneidad, además de temática, visual: el blanco y negro, a veces el negro y blanco duros, son los dueños casi absolutos de la obra (en uno de los cortos predomina el tono verde enfermizo, pero es el único que presenta otra apariencia). Cuatro de estos cortometrajes se exponen seguidos mientras los otros dos van alternando sus segmentos con ellos hasta cerrar la obra conjunta. El primero de éstos es uno de los mejores, el del autor de cómic francés Blutch, que narra el vagar sin rumbo de un perverso aristócrata de un lugar indefinido que puede ser la Francia del siglo XVIII que, acompañado de sus perros de caza, se dedica a atacar con ellos a todos los seres que se encuentra a su paso de manera indiscriminada. Este aristócrata, amparado en el poder de su posición, disfruta de la violencia, de la depravación y del sadismo mientras ve sufrir a los demás por pura diversión. Sin embargo, la violencia siempre termina devorándose a sí misma y a sus ejecutores (y el autor da aquí un mensaje muy gráfico que no revelo)... El trazo, de estilo grafito y artesanal, evoca a grabados de autores como Goya, y es oscuro, sucio, cargado de detalles. El protagonista es aterrador, al igual que sus perros, y el trabajo contiene escenas que "duelen" de verdad por su crudeza.


No se puede decir, sin embargo, lo mismo del otro cortometraje "intermedio", el del también francés Pierre di Sciullo, que se limita a colocar formas geométricas ingeniosas en movimiento para ilustrar el monólogo de una mujer que habla de ideas políticas, filosóficas o sociales, entre otras, pero sin mucho nexo de unión entre ellas o con la colección en general. Tal vez yo no haya comprendido este segmento, pero qué quieren que les diga, me dejó completamente frío y me parece pedante y pretencioso y con menos contenido del que aparenta tener. Para mi, es el peor de todo el grupo e incluso está absolutamente fuera de lugar.


La cosa mejora con otra pieza genial, la del gran autor de cómics norteamericano Charles Burns (creador de maravillas como "Agujero Negro", entre otras), que ofrece un nuevo retrato de una América profunda de malévolos tintes kafkianos y oníricos en el que un joven apasionado por la investigación de los insectos ve cómo estos seres (en una vertiente atropomórfica no definida) terminan siendo su pesadilla. Como en tantas obras del creador de Washington D.C., la oscuridad es la protagonista en forma de ambientes enrarecidos, mutaciones, relaciones personales obsesivas, animales amenazadores, sadismo y unos USA delirantes y muy negros. La animación es excelente y lleva la firma del autor, cimientada en el blanco y negro poderoso y en la simpleza de un trazo limpio y directo.


El siguiente cortometraje, dirigido por la de nuevo francesa Marie Caillou, es una pesadilla en homenaje al cine de terror oriental con una animación de composición simple pero cargada de inventiva y de profundidad y empapada de un color verde enfermizo con degradaciones que remiten a la sala de hospital en la que está la protagonista, víctima de sueños terribles llenos de fantasmas geniales de corte japonés maravillosamente animados. Este trabajo juega con la metarrealidad para engañar al espectador y sumergirle en la terrible espiral de terror y malos sueños encadenados que sufre su personaje principal. El siguiente trabajo, del italiano Lorenzo Mattotti, es también desde mi punto de vista muy destacado: la animación vuelve a ser más tradicional, de grafito y con toques de grabado, para ofrecer una historia de licantropía y oscurantismo ambientada en un pequeño entorno rural en el que el protagonista recuerda la desaparición de un amigo suyo que coincidió con la aparición de una bestia que asoló el lugar. Un toque de lirismo y melancolía se da la mano con la excelente animación de toque artesanal y con la imaginería visual de cuento gótico.


El último de los trabajos es, pienso, el mejor de todos. El norteamericano Richard McGuire recrea una auténtica pesadilla basándose en formas simples y en el blanco y negro duro en la que una casa perdida en medio del campo nevado atrapa a un inquilino como si de su tumba viva se tratase. La animación es deliciosa, la inventiva de las situaciones es una maravilla (la casa, terrible, tiene absoluta autonomía y vida) y la tensión llega a ser casi insoportable en la escalada de terror y angustia que posee al espectador. El cortometraje que cierra "Peur(s) du noir" es una joyita de la animación y clausura una excelente colección de piezas dibujadas que ningún amante de este arte debe perderse.


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