Porco Rosso

Porco Rosso

viernes, 25 de mayo de 2012

MANHATTAN de Woody Allen - 1979 - ("Manhattan")


El intelectual neoyorkino Isaac Davis, con dos fracasos matrimoniales a las espaldas, pasa por una etapa de constantes problemas personales: su ex mujer Jill, que ahore vive con otra mujer, está escribiendo un libro en el que cuenta todos los detalles de su vida sexual con él. Para colmo, se ha colado de Mary, la sexy e inteligente amante de su mejor amigo Yale... Y para colmo de los colmos, el ya está saliendo con Tracy, una jovencita vitalista a la que cree que realmente no ama... La vida de Isaac Davis va a experimentar giros radicales y él se va, tal vez, a encontrar a sí mismo.


Después del injustísimo fracaso (por suerte, ha sido revalorizada como se merece) de "Interiores", Woody Allen volvió a la "fórmula" de la inolvidable "Annie Hall" para asentar de manera definitiva el estilo básico final que, aún con variantes, han mantenido la gran mayoría de sus filmes: un intelectual neurótico y habitualmete judío (a menudo, como aquí, interpretado por él mismo) vive una aventura cotidiana en la que, entre referencias culturales constantes y gags ya plenamente inteligentes, diserta sobre asuntos universales y "allenianos" como el amor, el sexo, la muerte, el arte, su amadísimo jazz o el sentido de la vida. Por supuesto, la acción vuelve a tener lugar donde ya la tendrá casi siempre (menos en algunos de los últimos filmes del director, que tienen lugar en grandes ciudades europeas), en su inolvidable Nueva York. En este sentido, "Manhattan" marca un punto de inflexión total porque es la declaración de amor a esta ciudad definitiva de Allen: retratada en un blanco y negro maravilloso de Gordon Willis, la Manhattan de esta película es mostrada con un poder evocador sin par. Desde el agobio inmisericorde hasta la vida cultural desbordada, desde la paz de remansos como Central Park hasta la locura de la marcha nocturna, Nueva York es la auténtica protagonista de esta película desde su maravilloso inicio. Y en esta Nueva York, volvemos a tener a Allen (ahora escritor de gags para televisión) indeciso entre el optimismo y el pesimismo, entre unos artistas u otros y, por supuesto, entre varias mujeres.


Con dos matrimonios fracasados a las espaldas, Isaac Davis se debate entre la intelectual esnob y finalmente insegura Mary y la jovencísima Tracy, menos intelectual que Mary pero más segura y, según yo creo, mucho más adulta y madura a pesar de ser más joven. Me recuerda mucho el retrato de la disyuntiva existencial entre estos dos tipos de amor que Allen realiza en "Manhattan" al que el escritor argentino Julio Cortázar realiza en su genial novela "Rayuela", en la que otro hombre se debate entre unas aspiraciones intelectuales y vitales que no termina de concretar ni siquiera él mismo y entre el amor más puro y sencillo de la Maga, personaje que no deja de recordarme a su vez a Tracy. Sobra decir que Diane Keaton y Mariel Hemingway están maravillosas en los papeles de estas dos mujeres: maravillosas es decir poco.


Humor delirante (delirante es la relación que Isaac mantiene con su ex esposa Jill -una excelente Meryl Streep-) e intelectual se dan la mano con una visión ciertamente amarga de la vida (la que ya se daba en "Annie Hall" y por supuesto en "Interiores") que aquí deja vislumbrar también un optimismo final limpio, sin ñoñerías y sin mensajitos de aliento baratos, un optimismo que viene finalmente de la gente sencilla, que termina derrotando a los intelectuales descreídos y finalmente víctimas de la inseguridad como el propio protagonista (todo esto está comprendido en el conciso desenlace de "Manhattan", que todavía me pone los pelos de punta y que renuncia al "happy end" pero sin perderlo de vista dejando abiertas infinitas posibilidades para cambiar, para ver la vida de otra manera, para simplemente vivirla). Porque esta película, una obra maestra absoluta (eso creo que no se discute) es uno de los más emotivos cantos de Allen a la vida y a sus posibilidades finales a pesar de todo lo decepcionante y sombrío que resulta el mundo moderno.


7 comentarios:

  1. Sé que te he dedicado ya miles de veces pelis de Woody Allen, pero creo que ésta, especialmente, te la mereces: para ti, Alhy ;)

    ResponderEliminar
  2. Una de las mejores maravillas de Allen, sin duda!!!
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Como dices, el final pone los pelos de punta. Para mi, la mejor. Paul.

    ResponderEliminar
  4. Uno de mis inicios de film favoritos de la historia y con holgura. Amén de mi favorita de Allen junto a "Recuerdos". Gran entrada, si señor, y saludos.

    ResponderEliminar
  5. Bueno, no sé si me la merezco (¿se la merece alguien? ;)), pero, desde luego, me ha hecho mucha ilusión que me dediquen una de mis peliculas favoritas (además, me han dado unas ganas locas de volver a verla). Una review muy inspirada, nene :)
    Te he dicho muchas veces que, junto a Annie Hall y Hannah y sus hermanas, para mi Manhattan conforma el tríptico perfecto. Con el paso de los años me va pareciendo cada vez más redonda. Y es que tanto su beginning como su ending son insuperables.

    No se me había ocurrido la comparación con Rayuela. Interesting. Tengo la sensación de que en las pelis de Allen siempre acaba ganando el pulso la sencillez "carpe diem" frente al intelecto pesimista y neurótico. Creo (y esto ya es mucho suponer) que es algo que Allen se repite a si mismo sin éxito, como una lección que nunca acaba de dominar.

    Thanks again :)

    Rhapsody in blue kisses ***

    ResponderEliminar
  6. Me encanta esa película aunqe cuando la vi por primera vez quedé algo desconcertado porque aún recordaba al Allen más cómico. Es una adecuada película de transición antes de pasar a las más serias "Interiores" o "Septiembre" o la experimental "Stardust Memories". Saludos. Borgo.

    ResponderEliminar
  7. Muy buena película, para mi de lo mejor de Allen junto con "Annie Hall", "La Rosa Púrpura del Cairo" y "Desmontando a Harry".

    Un saludo

    ResponderEliminar