Edad Media. Los hombres lobo son los esclavos de los vampiros, que les utilizan para realizar experimentos o para trabajos forzados y que intentan, aunque sin mucho éxito, que les defiendan durante el día, cuando ellos son más vulnerables. Esta situación va sin embargo a cambiar cuando un licántropo llamado Lucian se rebele contra su amo vampírico Viktor y se enamore de su hija Sonja, que para el horror de su padre le corresponde. Una guerra entre las dos razas va a comenzar cuando, además, todos los demás hombres lobo sigan el ejemplo de Lucian y se unan a él en su cruzada.
La saga de "Underworld" tuvo hace tres años la precuela de sus dos primeras entregas y de la cuarta que ahora está en las salas, precuela en la que se narra el comienzo de la guerra entre los vampiros y los hombres lobo enfrentando al villano de la mencionada primera entrega (Viktor: Bill Nighy) con el Michael Sheen embutido en cuero y peludísimo que fue el líder de los licántropos en aquellas películas. Los errores de la franquicia se confirman: la trama es lineal en el peor de los sentidos de nuevo, los personajes son planísimos de nuevo, los diálogos son bochornosos de nuevo, las escenas de acción son pastosas y faltas de imaginación de nuevo y el ritmo es bastante abrupto de nuevo. El hecho de que ahora se desarrolle la acción en la Edad Media no supone ninguna sorpresa debido a una historia 100% predecible en la que los hombres lobo, que eran antaño los esclavos de los vampiros, se rebelan contra estos con otra tópica y típica historia de amor gótica de por medio entre ambas razas (el mentado Michael Sheen y una Rhona Mitra que nada tiene que envidiarle en impersonalidad a la Kate Beckinsale de la línea temporal de las otras tres entregas).
La ambientación, una vez más, vuelve a estar sustentada en el horrendísimo emplaste de tonos azules degradados que sume en el sopor más que en el terror o la extrañeza al público, mientras que los escenarios de la trama son puros clichés sin ninguna inventiva (apenas un castillo y un bosque oscuros: mazmorras, acantilados, mazmorras, claros de luna, mazmorras...). El encargado de dirigir "Underworld. La Rebelión de los Licántropos" es ahora el debutante parisino Patrick Tatopoulos, que se limita a copiar en todo a Len Wiseman con todo lo malo que eso tiene. Y nada más; esto es lo que hay y se acabó, y encima queda otra entrega por comentar.
La saga de "Underworld" tuvo hace tres años la precuela de sus dos primeras entregas y de la cuarta que ahora está en las salas, precuela en la que se narra el comienzo de la guerra entre los vampiros y los hombres lobo enfrentando al villano de la mencionada primera entrega (Viktor: Bill Nighy) con el Michael Sheen embutido en cuero y peludísimo que fue el líder de los licántropos en aquellas películas. Los errores de la franquicia se confirman: la trama es lineal en el peor de los sentidos de nuevo, los personajes son planísimos de nuevo, los diálogos son bochornosos de nuevo, las escenas de acción son pastosas y faltas de imaginación de nuevo y el ritmo es bastante abrupto de nuevo. El hecho de que ahora se desarrolle la acción en la Edad Media no supone ninguna sorpresa debido a una historia 100% predecible en la que los hombres lobo, que eran antaño los esclavos de los vampiros, se rebelan contra estos con otra tópica y típica historia de amor gótica de por medio entre ambas razas (el mentado Michael Sheen y una Rhona Mitra que nada tiene que envidiarle en impersonalidad a la Kate Beckinsale de la línea temporal de las otras tres entregas).
La ambientación, una vez más, vuelve a estar sustentada en el horrendísimo emplaste de tonos azules degradados que sume en el sopor más que en el terror o la extrañeza al público, mientras que los escenarios de la trama son puros clichés sin ninguna inventiva (apenas un castillo y un bosque oscuros: mazmorras, acantilados, mazmorras, claros de luna, mazmorras...). El encargado de dirigir "Underworld. La Rebelión de los Licántropos" es ahora el debutante parisino Patrick Tatopoulos, que se limita a copiar en todo a Len Wiseman con todo lo malo que eso tiene. Y nada más; esto es lo que hay y se acabó, y encima queda otra entrega por comentar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario