La humanidad lo ignora, pero, desde hace siglos, los vampiros y los hombres lobo mantienen una guerra en la sombra entre sus campos y ciudades, una guerra que parece no tener fin. Selene es una vampira que tiene que desbaratar un plan de los hombres lobo para secuestrar a Michael, un joven científico que esconde un secreto que puede ser decisivo para las dos razas. En su lucha, Selene va a descubrir algo terrible sobre su pasado, sobre sus enemigos y sobre su protector, Viktor, el vampiro al que adora y que es como un padre para ella... Y, además, se va a enamorar de Michael.
El hasta ahora mediocre Len Wiseman, formado en la publicidad, ha dirigido únicamente tres películas: las horribles "Underworld" y "Underworld Evolution" y la ya bastante más aceptable "La jungla 4.0".
Una saga cinematográfica sobre el odio mutuo que en tantos relatos fantásticos de todo tipo y género se les ha atribuído a los vampiros y a los hombres lobo podría haber dado mucho, pero que muchísimo juego. ¡Que digo: podría haberse transformado en un clásico de culto! Si hubiese estado bien realizada, claro está. Si no hubiese caído en las garras del peor Hollywood de hoy, ese que ya es incapaz hasta de crear un simple producto de entretenimiento digno con un mínimo de personalidad y que se dedica a hacer películas de serie B pero buen acabado visual (gracias a los efectos especiales que hoy nos podemos permitir) como churros. La patética saga de "Underworld", que ya va por cuatro entregas y que tiene pinta de querer dar todavía más guerra (me juego el cuello a que tendremos por lo menos una quinta), comenzó en 2003 con una primera parte homónima verdaderamente lamentable que, además, fue acusada en los tribunales de plagiar (y con razón) las historias de los famosos juegos de rol de la compañía White Wolf "Vampiro: La Mascarada" y "Hombre Lobo: El Apocalipsis" y, concretamente, la campaña "Bajo una Luna Ensangrentada" (que enfrentaba a las dos razas) y la novela "The Love of Monsters" de Nancy A. Collins. La demanda, al parecer, la perdió inexplicablemente White Wolf... Cuando, cualquiera que haya jugado a sus juegos de rol, descubre horrorizado que "Underworld", dirigida sin gracia por el impersonal Len Wiseman, es un pésimo y descaradísimo calco de los mundos que retratan (incluso aparece la "Abominación", el híbrido vampírico-licántropo casi invencible).
Dejando, sin embargo, esto a un lado, la película, vil copia o no, es una soberana porquería en todos los aspectos. Una Kate Beckinsale y un Scott Speedman sin alma protagonizan este bodrio que se sustenta en una historia de amor tópica a más no poder cimientada en un romanticismo gótico adolescente manido y aburrido mientras, de fondo, unos vampiros y unos hombres lobo aún más tópicos (los primeros son unos conspiradores retorcidos y refinados que viven en mansiones esnobs y los segundos unos sucedáneos de moteros-rockers peludos que se dedican a berrear y a pegarse a la mínima) combaten por unas razones que, debido a la falta de ritmo casi total de la soporífera y predecible trama (lineal además en el peor de los aspectos), a nadie le importan al llegar a la primera media hora de metraje. El conjunto lo redondean unos secundarios planísimos, unos diálogos horrendos, unas escenas de acción cansinas y nada ágiles e imaginativas y una atmósfera verdaderamente terrible que se basa, para crear un ambiente supuestamente onírico y tenebroso, en empaparlo todo de un aplastante azul oscuro degradado que se ha convertido en la marca estética de la saga (una estética de la saturación y de la acumulación efectista sin sentido). Otra buena idea tirada a la basura por Hollywood. Y lo mejor es que no terminó aquí. ¡Pero qué ha hecho el cine de aventuras y de terror comercial para merecer esto!
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